El hombre que pudo reinar con Swell.
El hombre que pudo reinar con Swell.

Fuera de juego

David Freel rozó la gloria con la punta de los dedos

Cofundador y líder de Swell, grupo de difícil catalogación dentro del rock independiente que vivió sus días de mayor gloria en la década de los 90, David Freel (1958-2022) falleció el 12 de abril por causas no reveladas. Retirado de la actividad discográfica desde 2014, dedicó sus últimos años a la fabricación de discos de vinilo, principalmente para artistas con bajo presupuesto.

20. 04. 2022

En septiembre de 1998, Swell hicieron escala en España durante una de sus habituales giras europeas. Alrededor de una hora antes del comienzo previsto para su actuación en Madrid, el día 18, un tipo de piel gris y aspecto descuidado se me acercó mientras esperaba para acceder a la sala El Sol. Era un yonqui que hablaba inglés y buscaba heroína, y no pude ayudarlo. Tras pedirme un cigarrillo, desapareció calle abajo y no volví a verle hasta que, con dos horas de retraso sobre el horario programado, aquel mismo tipo se subió al escenario, se colgó la guitarra y comenzó a cantar. Era David Freel, compositor, líder y frontman de Swell.

Freel había fundado Swell en 1989, en San Francisco (California), junto al personalísimo batería Sean Kirkpatrick, decidido a cumplir el sueño compartido de grabar un disco. En abril de 1990, pocos meses después de poner en marcha el proyecto, y con su amigo Mark Signorelli como bajista, el grupo editó las primeras 433 copias de su debut homónimo al amparo de su propio sello discográfico, pSycho-sPecific. Tras la hazaña, Freel recorrería Europa durante varios meses como músico callejero junto a Signorelli y Kirkpatrick. De vuelta en Estados Unidos, el primer concierto del grupo fue como invitado de Mazzy Star, en agosto de ese mismo año. Tras esto, Signorelli abandona el grupo y entran John Dettman como guitarrista y Monte Vallier –compañero inseparable de Freel durante los siguientes diez años– al bajo.

Los álbumes “…Well?” (pSycho-sPecific, 1991) y “41” (American Recordings, 1993) les granjearon una popularidad creciente sobre todo en Europa, gracias al auge de la escena independiente de la era Nirvana, aunque ellos estuvieran lejos del rugido de las guitarras eléctricas del momento. Su sonido, a medio camino entre el folk y el rock de guitarras acústicas de los primeros Pixies, les confería un aura de extrañeza y oscuridad potenciada por las letras crípticas de Freel. La adicción del líder marcaría un momento decisivo en la historia de Swell. Su siguiente disco, “Too Many Days Without Thinking” (Beggars Banquet, 1997), está marcado por la inestabilidad. El músico cambiaría de residencia buscando un lugar mejor para el desarrollo de su creatividad. Primero marchó a Los Ángeles y después a Nueva York. En mitad del proceso, recibiría la noticia de la expulsión del grupo del sello American Recordings. Todo ello condicionó el proceso de grabación del álbum, que sufrió varios retrasos y se publicó cuatro años después de su predecesor. Ese lapso de tiempo jugó en contra de las expectativas comerciales que tanto Freel como el resto del grupo y su nueva casa discográfica, Beggars Banquet, habían depositado en él. Aun así, es la obra que los coloca en su pico más alto de popularidad y uno de los trabajos favoritos para sus seguidores.

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