Formó parte del grupo que publicó el primer álbum realmente trascendente del hip hop en España. Fue en 1994 con El Club de los Poetas Violentos: el histórico “Madrid Zona Bruta”. Más de un cuarto de siglo después, Frank T sigue dando que hablar en el rap y su voz; como cantante y como locutor del programa “La cuarta parte” de Radio 3, ya es parte indiscutible de la historia de esta cultura.
Hace unos meses publicó su último trabajo, “Arroz” (Zona Bruta-Warner, 2021), un disco que ha recibido notables críticas gracias a un posicionamiento formal actualizado, que demuestra que su autor ha sabido adaptarse a los nuevos signos y códigos del rap. Hablamos con él de este LP, pero también de otros capítulos como CPV, Jota Mayúscula, Radio 3, las redes sociales o el racismo.
A mediados de 2021 publicaste “Arroz”, después de cinco años sin editar nueva música. ¿Por qué era el momento para hacerlo?
Fue principalmente una cuestión de inspiración. Uno no planea generalmente cuándo puede llegar el momento de componer. Si bien es cierto que, quizá al principio, te cueste más y, cuando ya tienes dos o tres canciones, el resto sale más sencillo y rodado. Efectivamente, llevaba desde 2016 sin publicar LP y tenía ganas, pero la pandemia cambió mis planes, como los de casi todos los músicos. Aunque realmente no soy de los que comienzan con una idea o concepto y desarrollen luego sobre eso, sino que me dejo llevar más por la improvisación, me gusta sentirme libre a la hora de crear mi música.
¿Por qué ese título para el disco?
Es una cuestión estilística, un fetiche. Ya he hecho muchas referencias durante mi carrera al arroz, es un alimento que siempre va a estar en nuestras vidas. Es un elemento más que forma el disco, pero no hay ningún significado secundario ni oculto.
¿Qué tiene de diferencia este álbum con los anteriores que ha grabado Frank T?
Este disco tiene bastante relación con el anterior, ya que he utilizado unas fórmulas parecidas para componerlo. Y aun así está teniendo más éxito que “Los negros también iremos a la luna” (Zona Bruta-Warner, 2016). Yo creo que todos los discos tienen mayor relación con el disco anterior que con los predecesores. Y eso es bueno, porque así se marca y se crea una evolución coherente en un artista. No obstante, creo que en este disco hay menos boom bap clásico y más influencias de rock, soul… Hacia ahí está dirigiéndose mi música.
La mayoría del disco está producido por ti. ¿Qué sonido buscabas desde el principio para “Arroz”?
Quería un sonido hip hop puro, sucio, con sampleos, que cuando lo escuches sientas hip hop. Es lo que siempre he querido hacer y creo que lo he logrado.
En este sentido, defines irónicamente tu música como “rap anticuado”. ¿Qué diferencia hay entre el rap de hoy en día, el que está más de moda, y el que hace Frank T?
Hay grupos como Space Hammu que hacen un rap más antiguo, más ortodoxo, y, sin embargo, se entienden muy bien con el público. Yo estoy ya cerca de los 50 años y sé que mi público es diferente, entiendo que mi vida y mi mensaje son diferentes a los de los jóvenes que forman el público masivo del rap hoy. Pero hay otros puntos en común en los que sí coincidimos y son los que están haciendo que este disco guste tanto.
Líricamente es el disco más avanzado y estudioso que hemos escuchado recientemente, con constantes análisis y reflexiones sobre el estado de la música y el rap. Desde tu punto de vista, ¿en qué situación está actualmente el rap español?
Yo siempre he valorado, más que hasta dónde puede llegar el rap, el seguir avanzando. El hecho de que Rockdelux esté entrevistando a un Frank T de 48 años demuestra que hemos avanzando y se han hecho algunas cosas bien. El hip hop se ha construido una buena estructura y ha sabido adaptarse muy bien al cambio de la industria con la entrada de internet. Natos y Waor, Rels B, Ayax y Prok, Foyone… lo están petando sin una gran empresa detrás. El hip hop ha sabido mantenerse fuerte e independiente en el nuevo modelo de industria musical y por eso vive uno de los momentos más importantes de su historia.
También hablas en este disco, y durante toda tu carrera, del racismo. Un problema que parece cada vez más preocupante en España. Desde tu experiencia, ¿crees que somos cada vez más o menos racistas?
Creo que se avanza, pero es un problema que nunca va a desaparecer, vivimos en un universo lleno de prejuicios. Hay que luchar contra ello, al igual que contra otras lacras como la homofobia y el machismo. Y yo siempre lo abordaré en mi música, ya que es mi manera de sumar a la lucha. Hay afrodescendientes que me han dicho que se sienten arropados o ayudados al escuchar alguna letra mía sobre el racismo y eso me da fuerzas para seguir luchando contra él.
Hablando de intolerancia, el año pasado VOX quiso cancelar un concierto tuyo en Tolón (Toledo). ¿Cómo te sientes cuando ves que un partido político intenta prohibir música en pleno siglo XXI?
Desgraciadamente parece que VOX está para eso, que su política es prohibir lo que no les gusta y atacar al que piensa distinto. El problema es que la prensa hizo un flaco favor convirtiéndolo en noticia, ya que, desde el primer momento, la organización nos aseguró que el festival se iba a hacer pese a que a VOX no le gustase. Y al final les salió la jugada mal, ellos siempre buscan salir en los medios, su estrategia política es generar ruido mediático aunque sea censurando el arte y la libertad de expresión. Una realidad, la censura, cada vez más habitual en España y que empieza a dar verdadero miedo.
La canción “Un millón de personas están equivocadas” es una reflexión sobre el uso de las redes sociales hoy en día. Como usuario de las mismas, ¿dónde ves tú el mayor problema de las redes sociales?
Las redes sociales no son malas, el problema está en el mal uso, se usan fatal. Somos de teclado fácil, nos resulta sencillo insultar o faltar en redes y curiosamente esas discusiones o enfrentamientos no los tenemos en la calle. La gente usa las redes para sacar lo peor de sí mismo y es sorprendente, se envalentonan y pierden el miedo. Es más habitual y sencillo discutir en redes sociales que en persona.
Siendo músico puede parecer que eres más exitoso cuantos más seguidores tienes, que importa más trabajar tus redes que tu música
Sí, da esa sensación. Y creo que es algo que empezó con los videoclips, eso de hacer vídeos espectaculares para conseguir muchas visitas y que parezca que le encantas a todo el mundo. Eso representa el éxito: parece más importante hacer un buen videoclip que un buen disco. La gente ya no escucha música, ve música. Y una canción evoca muchas cosas, muchas ideas, que resumir en unas pocas imágenes para mí es en muchos casos imposible. Quizá por eso yo no suelo hacer clips, me cuesta reducir en un vídeo todo lo que hay en una canción. Y todo esto por no hablar de las visualizaciones y likes comprados.
¿Deben ser las cifras las que juzguen la calidad de las canciones?
Es que las canciones no son buenas o malas, sino que las canciones te pueden gustar según lo que te evoquen o recuerden. Por eso no creo en las opiniones en masa, en el hecho de que porque le guste a mucha gente sea bueno. Hay muchos factores que pueden intervenir en el éxito de una canción o un disco, y no deberíamos medir el arte en números. De ahí la reflexión de la canción: “¿Pueden un millón de personas estar equivocadas?”. Sí, desde luego que pueden.
Cambiando de tercio, queremos preguntarte por tu programa de radio “La Cuarta Parte”. ¿Cómo ves el estado de los medios musicales en España?
En general la radio masiva en España me parece un tostón. Está feo que lo diga yo que trabajo ahí, pero el modelo de emisoras como Radio 3, que democratiza y trata de tener su propia identidad independiente, debería ser el que tratáramos de seguir. Hay emisoras que viven de poner siempre las mismas canciones y la misma música, llevan años poniendo lo mismo y la gente les sigue escuchando, sin apostar por grupos pequeños o nuevos, y es muy aburrido ir tan a lo fácil.
Aunque ahora parece que empieza a entrar fuerte la música urbana.
No me gusta nada ese nombre, me parece un eufemismo para encasillar lo que no sabes cómo definir y se cometen muchos errores. Se confunde rap con reguetón y pop, que no tienen nada que ver, tienen sonidos y orígenes diferentes. En Estados Unidos músicos como Tyler, The Creator y Weeknd ya dijeron de no compartirlo porque, además, allí supone un conflicto racial, se usa el término música urbana para evitar decir “música negra”. Yo en “La Cuarta Parte” apenas lo uso y, sobre todo, no me gusta cuando lo usan con mi música. ¡Por favor, Frank T no es música urbana, es rap!
Uno de estos programas de rap más importantes, si no el que más, fue “El Rimadero”, que comenzaste con tu amigo Jota Mayúscula (1971-2020). ¿Qué legado crees que dejó Jota en el hip hop español?
Jota fue el primer DJ en España que cogió el micro y se convirtió en maestro de ceremonias. Es el DJ por excelencia de la historia del rap español, ninguno animaba tanto la fiesta. Él ya tenía un sello e identidad como productor y como animador era único, con unas frases que convirtió en míticas. Además, es de los pocos de su generación que supo renovarse y trabajar con gente nueva y ganarse su respeto. Y a nivel radiofónico igual, siempre buscaba actualizarse. Pero para mí su gran labor fue en el directo, como DJ. Era capaz de salvar cualquier mal concierto y convertirlo en una fiesta. Ha dejado una gran herencia y, aunque provoque tristeza recordarlo, será el tiempo el que coloque a Jota en lo más alto en el hip hop.
Haciendo memoria más hacia atrás llegamos a CPV. ¿Qué aportó El Club de los Poetas Violentos al rap español?
CPV creó el libro de instrucciones de cómo se tiene que hacer esto. Nos marcó el camino a todos los que hemos venido después. Figuras retóricas, poesía, vacile, competición, creatividad… Aparte de un sonido novedoso que a veces ni podíamos llevar bien al directo, ya que en aquella época los técnicos de sonido no sabían cómo debía sonar el rap. Había otros grupos buenos, pero CPV provocó el cambio de juego más importante que ha experimentado el rap en España hasta el momento. Fue la profesionalización del rap.
Para finalizar, ¿con qué recuerdo te quedas tú de esa época?
Recuerdo el primer concierto fuera que hicimos, en Alicante, en el 93, la primera vez que salíamos de Madrid. Fue una jam session y había una gran diferencia entre cómo sonaba CPV y cómo sonaban los demás. Sólo Nazión Sur sonaba parecido, pero, a nivel de rapear, creo que desde el principio trajimos cosas nuevas y eso ayudó a crecer a otros grupos. Y aún hoy en día escuchas los discos de CPV y siguen sonando bien, siguen siendo difíciles de superar. ∎
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