Las marcas de la vida en sus canciones. Foto: Alfredo Arias
Las marcas de la vida en sus canciones. Foto: Alfredo Arias

Concierto

Future Islands, el valor de la convicción

El cuarteto de Baltimore aterrizó anoche en Madrid para presentar su reciente “People Who Aren’t Here Anymore”. Pero Samuel T. Herring y los suyos no quisieron dejar de lado ninguno de los álbumes que conforman su discografía, un camino que no siempre ha estado marcado por el éxito pero del que dieron muestras de estar orgullosos. Hoy tocarán en Barcelona.

13. 05. 2024

El cartel de sold out que anoche colgó Future Islands en la primera parada de su gira europea resulta a priori complejo de entender. Con siete discos a sus espaldas, los de Baltimore no han repetido nunca el éxito logrado con “Singles” (2014), un álbum del que se cumple una década. Han ido dejando por el camino buenas canciones, pero con ausencia de hits, y el resto del catálogo no contempla decisiones artísticas que delaten algún tipo de riesgo. Las caretas del cantante Samuel T. Herring que circulaban entre el público aún lejos del comienzo de su concierto podían ser una de las explicaciones, pero atribuirlo todo al carisma del líder de la formación sería reduccionista.

Con tiempo por delante para que La Riviera estuviera atestada, JOON, productora maltesa arropada por el sello Italians Do It Better de Johnny Jewel –Chromatics, Glass Candy–, presentaba algunos de los temas de su “Dream Again” (2021) optando siempre por aquellos con abundancia de matices en la caja de ritmos, entre los que destacan “Good Times” o “Watch The Sky”. Con alguna dificultad en las melodías más exigentes, Yasmin Kuymizakis maneja un pop electrónico profundo que también tiene piezas como “I.You” más orientadas a sus aspiraciones de DJ. Solo “Feathers” rebajó la inercia a la pista de baile.

Media hora después, Future Islands prescindió de un inicio fulminante. De riguroso negro, Samuel Herring, William Cashion, Gerrit Welmer y Michel Lowry ocuparon su lugar en el escenario; el primero para dedicarle unas palabras a su telonera antes de que sonaran las primeras notas, y sus colegas para otorgar eficacia a su papel de secundarios. “The Sickness” fue la discreta carta presentación que continuó con una tríada apabullante compuesta por “King Of Sweden”, “Seasons” y “The Tower”, tres de sus composiciones más irreprochables y dos de ellas de su reciente trabajo, “People Who Aren’t There Anymore” (2024). En la segunda, la ovación se extendió durante más de un minuto, con el vocalista contemplando entre desafiante y orgulloso las pasiones desatadas tras haber recorrido el escenario de lado a lado como un animal furibundo, un estar sobre las tablas marca de la casa.

Y ahí radica otro de los argumentos sobre la atracción que produce la banda. Son taxativos en su fe por todo lo realizado. Desde la deslumbrante irrupción en el show de David Letterman en un lejano 2014, Herring, sobre el que asienta todo lo que ocurre en Future Islands, no titubea en la teatralidad que aporta al synthpop de los suyos, animado por la empatía del público hacia sus vivencias, sus turbulencias sentimentales o sus crisis existenciales. Es la base principal de la que emana el resto de lo que rodea a los de Baltimore.

Samuel T. Herring, fuerza motriz. Foto: Alfredo Arias
Samuel T. Herring, fuerza motriz. Foto: Alfredo Arias

Aunque la fe no siempre mueve montañas. Y la banda no tiene catálogo suficiente para prolongar ese fulgurante comienzo. El ánimo menguó con el repaso a otros álbumes, incluso aunque piezas tan valiosas como “Run” se mezclaran con temas más recientes (y prescindibles) como “Say Goodbye”, y otros, como “Give Me The Ghost Back”, no tuvieran la repercusión prevista. Si se añaden los murmullos en la intimista “Corner Of My Eye”, el recital se transformó en una pronunciada pendiente para regresar el cénit inicial, que ni siquiera pudo ser suavizada por “Swept Inside”, que el vocalista anunció que no tocaban desde hacía años.

“Iris” fue el primer punto de inflexión. No dejaron ni uno de sus trabajos anteriores sin tocar, lo que avala su convencimiento, y una avasalladora “For Sure”, de “As Long As You Are” (2020), confirmó que su paso por la capital, como más tarde confirmaría Herring al verbalizar su satisfacción, iba a dejar poso. “Balance” o “Peach” fueron frutos de la inercia, pero con “Tin Man”, una canción de 2010, con un Herring desatado, expusieron otro de sus valores, la capacidad para dar vigencia a buenas canciones que se suponen perennes.

Los bises cayeron con el público entregado y dieron otra de las pistas sobre la devoción hacia Future Islands. Pese a sus hándicaps, no toman atajos. Los dos últimos temas, “Vireo’s Eye” y “Little Dreamer”, pertenecen a sus dos primeros álbumes, publicados cuando eran unos desconocidos. El último de ellos alude a la juventud, a la ilusión por los primeros enamoramientos y a las ambiciones en forma de sueños. A vivencias, resumiendo, que la banda ha ido transformando sin recelar de ninguno de sus pasos y con la convicción como fórmula irrefutable para encarar su presente. ∎

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