Julee Cruise, icónica, fotografiada por David Lynch.
Julee Cruise, icónica, fotografiada por David Lynch.

Fuera de Juego

Julee Cruise, dentro y fuera del universo Lynch

David Toop escribió en su libro “Océano de sonido. Palabras en el éter, ambient music y mundos imaginarios” (1995): Si Chet Baker hubiera cantado sobre orquestaciones hechas por Nino Rota... el resultado habría sonado similar al crooning oceánico de Julee Cruise”. No se puede definir mejor la música de Julee Cruise (1956-2022), una voz con mucha personalidad que se adhirió de forma modélica al universo sonoro de David Lynch al finalizar la década de los 80. Repasamos ese crooning oceánico de la cantante del Roadhouse de “Twin Peaks”, fallecida el pasado día 9 a los 65 años.

13. 06. 2022

La primigenia stock company de David Lynch va menguando, inexorablemente. Jack Nance –el protagonista de proteínico tupé de “Cabeza borradora” (1977), miembro de los Harkonnen en “Dune” (1984) y propietario del aserradero de “Twin Peaks” (1990-1991)– murió tiroteado en una tienda de donuts en 1996. Catherine E. Coulson –exesposa de Nance y la Mujer del Leño en “Twin Peaks”– falleció de cáncer en 2015. También el cáncer se llevó en 1994 a Alan Splet: tenía 54 años y había concebido el particular diseño de sonido de “Cabeza borradora”, “El hombre elefante” (1980), “Dune” y “Terciopelo azul” (1986). Frank Silva murió en 1995 a los 44, a consecuencia del sida, tras encarnar a Bob, el mal puro, en “Twin Peaks”. Harry Dean Stanton –el pintoresco protagonista de “The Cowboy And The Frenchman” (1988), el detective Johnny Farragout de “Corazón salvaje” (1990) y el hermano perdido de “Una historia verdadera” (1999)– falleció en 2017, ya anciano. Sheryl Lee, la espectral Laura Palmer, no ha muerto pero padece neutrófilos, una enfermedad que puede provocar todo tipo de infecciones.

Ahora se suma, inesperadamente, Julee Cruise. La primera noticia de su muerte, acaecida el 9 de junio, fue anunciada a la mañana siguiente por su pareja, el escritor y editor Edward Grinnan, y no era muy clara. Horas después se supo que Cruise –la voz dream pop de “Terciopelo azul”, “Twin Peaks” y otros trabajos de Lynch– padecía lupus, otra enfermedad autoinmune terriblemente dolorosa, además de las secuelas de una depresión y su antigua adicción a las drogas, por lo que decidió quitarse la vida, o someterse a una eutanasia asistida. Tenía 65 años. Lynch, que recuperó su relación con ella volviendo a filmarla en el Roadhouse, el bar fronterizo de “Twin Peaks”, en el penúltimo episodio de la tercera temporada de la serie (2017), en uno de esos momentos emotivos que detienen el tiempo, ha colgado uno de sus lacónicos vídeos. El director aparece parapetado tras sus gafas de sol, en el encuadre característico con que cada mañana, hora de Los Ángeles, da el parte del tiempo en su canal de YouTube. A quien fuera el descubridor de Cruise le cuesta articular palabra: “Una noticia muy triste… Una gran música, una gran cantante, un gran ser humano. Julee Cruise”.

El adiós de David Lynch, aparentemente frío pero emocionado, a Julee Cruise.

Es imposible no hablar de Lynch al hablar de Cruise, como también es lógico y lícito apelar al mito de Pigmalión, aunque hoy sea un concepto peor visto que antaño, dado que pertenece al punto de vista masculino que niega la realidad para buscar y moldear a la mujer perfecta: el Pigmalión mitológico terminó enamorándose de Galatea, una de las esculturas insuperables que había creado, aunque la versión escrita por el dramaturgo George Bernard Shaw en 1913 procuraba no pocos elementos feministas. Expresado un tanto a lo bruto, Lynch ejerció de Pigmalión de Cruise a partir de 1986. Ahí empezó todo. Como dijo ella misma, moldeada por el cineasta se convirtió en la Doris Day de Neptuno: melena corta y plateada, ropa gaseosa, zapatos de tacón, movimientos etéreos y una voz entre aniñada y cosmogónica que reproducía a la perfección la fantasmagoría vintage que para Lynch representaba la década de los 50 del siglo pasado en motivos musicales y estéticos.

Nacida el 1 de diciembre de 1956 en Crestown (Iowa), hizo teatro escolar y acabó actuando en los espectáculos off-Broadway, en uno de ellos encarnando a Janis Joplin, cuya voz fogosa poca relación guarda con la entonación de Cruise. Allí la conoció el compositor Angelo Badalamenti, quien de hecho debe considerarse su descubridor. Estaba entonces enfrascado en su primera banda sonora para Lynch, la de “Terciopelo azul”. El director quería utilizar la versión de “Song To The Siren” de Tim Buckley grabada en 1983 por This Mortal Coil, pero no consiguió los derechos. Quería un tema de resonancias similares y la voz más adecuada para interpretarlo. El tema es “Mysteries Of Love”, que se escucha en momentos determinantes de la relación entre Kyle MacLachlan y Laura Dern. Lynch escribió una de sus abstractas letras, Badalamenti puso la música y recomendó a Cruise. Pasó la prueba y todos salimos ganando: “Mysteries Of Love” es la primera gran interpretación de Cruise y una de las canciones clave en el concepto musical que Lynch otorgó a sus filmes a partir de este momento. Además, el director acabaría utilizando “Song To The Siren” de This Mortal Coil en “Carretera perdida” (1997).

David Lynch, Julee Cruise y Angelo Badalamenti, en Nueva York, en 1989. Foto: Michel Delsol / The Village Voice (Getty Images)
David Lynch, Julee Cruise y Angelo Badalamenti, en Nueva York, en 1989. Foto: Michel Delsol / The Village Voice (Getty Images)

El año clave fue 1989. Se rodaba “Twin Peaks” y Lynch escogió a Cruise para que fuera la cantante que destensa las noches de la localidad con sus actuaciones en el Roadhouse. Además, Lynch y Badalementi produjeron y compusieron todas las canciones de su álbum de debut, “Floating Into The Night” (Warner, 1989). ¿Es un disco de Cruise? Por supuesto, se basa en su voz delicada y espacial. ¿Es un disco de sus productores? También, ya que Lynch puso en boca de Cruise sus historias entre románticas, enfermizas y surrealistas con los ondulantes arreglos de Badalamenti. No solo eso, sino que, volviendo al mito de Pigmalión, Lynch diseñó la imagen por la que Cruise sería conocida durante años y se encargó de fotografiarla para la contraportada y funda interior del disco. El director de “Cabeza borradora” recreó en ella sus fantasías de la década rebelde y dorada de los 50. De ahí lo de Doris Day de Neptuno, con mucha malicia. Cruise se aprovechó de la fascinación –casi obsesiva– de Lynch y este encontró a la persona ideal para desarrollar su primer discurso musical, años antes de empezar a grabar sus propios discos.

Julee Cruise, cantando “Falling”, en la televisión sueca, el 15 de diciembre de 1990.

La buena entente continuó en “Industrial Symphony Nº 1” (1989), una mezcla de performance, teatro industrial y concierto pop escrita por Lynch-Badalamenti, representada el 10 de noviembre de 1989 en la Brooklyn Academy Of Music y grabada en vídeo para su comercialización. Los temas de “Floating Into The Night”, interpretados por una Cruise que entra en escena envuelta en humo y cantando “Up In Flames”, se alternan con conversaciones telefónicas de Nicolas Cage y Laura Dern, la pareja de “Corazón salvaje”, escenografía de viejos automóviles Buick, hombres colgando del techo, bailarinas desnudas, enanos y ciervos desollados.

Cruise seguiría ligada a este universo particular con sus apariciones en los productos derivados de “Twin Peaks”: la banda sonora original de la serie, el largometraje “Twin Peaks. Fuego camina conmigo” (1992) –donde canta “Questions In A World Of Blue”– y el compacto “Peaks Mania EP” (Warner, 1992), acreditado a Cruise y Badalamenti, un artefacto para el mercado japonés con tomas alternativas y mezclas tibetanas, dub, a capela y beat de piezas del score de la serie y de “Floating Into The Night”. Cruise explicaba a Félix Suárez en 1991, en una entrevista en Rockdelux, que la colaboración del trío era “un sonido hecho entre todos” y destacaba que ella hacía sus propias armonías y arreglos vocales. Uno de los momentos álgidos de esta colaboración fue la versión de “Summer Kisses, Winter Tears –perteneciente al álbum de Elvis Presley “Elvis For Everyone!” (1965)– que registraron para la banda sonora de “Hasta el fin del mundo” (1991) de Wim Wenders: nadie, entonces, como Cruise-Lynch-Badalamenti para modernizar sonidos clásicos del tiempo pretérito y hacerlos aún más eternos.

Su instante “Twin Peaks” para la eternidad.
Su instante “Twin Peaks” para la eternidad.

Hubo una última colaboración con el segundo disco a nombre de Cruise, “The Voice Of Love” (Warner, 1993), compuesto, producido y diseñado de nuevo por Badalamenti y Lynch. La cantante “despegó” después hacia otros espacios musicales, muchos e interesantes, pero sin la repercusión de su etapa con el cineasta y el compositor. Solo dos discos más, “The Art Of Being A Girl” (Water Music, 2002) y uno a medias con DJ Dmitry, “My Secret Life” (Purley Sounds LLC, 2011), y probaturas de lo más diverso en singles con otros artistas, colaboraciones y directos. Durante buena parte de los 90 actuó con The B-52’s sustituyendo a Cindy Wilson, desprendiéndose de su imagen y voz vaporosas para integrarse muy bien en el sonido y la estética de una banda que, como ella, jugó a la perfección con el retrofuturismo.

Interesante fue su asociación con el músico turco-alemán Khan y el guitarrista Kid Congo Powers. Tocaron los tres el 16 de junio de 2001 en el Sónar barcelonés, su debut en España; diez años después seguían girando juntos por Europa –volvieron a Barcelona el 10 de marzo de 2011: Caprichos de Apolo–, interpretando temas propios y versiones de clásicos como “Fever”. En el disco de Khan “No comprendo” (2001), Cruise interviene en lo más parecido a un hit de electro-pop-otomano, “Say Goodbye”.

Grabaría también temas con Hybrid, DJ Silver, Kenneth Bager y Eric Kupper, con propensión hacia una electrónica espaciosa con algunas excepciones: su participación en cinco temas de “Sarcast While” (2005), disco de la banda de metal industrial Time Of Orchids editado por el sello de John Zorn, en el que impuso cordura entre el caos, y la coautoría de “Dreams Top Rock” (2003) de Pluramon (con quien se presentó en el AV de Fuengirola el 4 de julio de 2004, así como el 17 de febrero de 2008 en los Caprichos de Apolo), obra de paisajística más sosegada donde compuso y cantó la mitad del disco.

Lo último que publicó la devolvió a los dominios lynchianos: “Three Demos” (2018) es un EP lanzado en vinilo por Sacred Bones que recupera tres maquetas de las sesiones de “Floating Into The Night”, con la voz de Cruise y sintetizadores de Badalamenti. ∎

Flotando en la noche, o el arte de ser una chica

JULEE CRUISE
“Floating Into The Night”
(Warner, 1989)

Cruise, Lynch y Badalamenti se entendieron bien en la búsqueda de una sonoridad pretérita y contemporánea a la vez, retropop aterciopelado, retrocrooner y retro-rock’n’roll venenoso con la aparente fragilidad que emanaba del cuerpo y el estilo vocal de ella. Incluye el “Mysteries Of Love” de “Terciopelo azul”, pero las estrellas del álbum son la volátil “Rockin’ Back Inside My Heart”, “The Nightingale” e “Into The Night” –estas dos incluidas después en la banda sonora de “Twin Peaks”–, “The World Spins” y por supuesto “Falling”, que, en su versión instrumental con trémolo de guitarra, se convertiría en la sintonía de la serie de los Picos Gemelos.

JULEE CRUISE
“The Voice Of Love”
(Warner, 1993)

El disco es un corolario de lo expuesto en otros trabajos de Cruise con Lynch-Badalamenti. Hace suya “Up In Flames”, interpretada por Koko Taylor en “Corazón salvaje”. Canta “Friends For Life”, el himno compuesto para los Juegos Olímpicos de Barcelona que no fue aceptado. Recupera una canción desechada para la película de Wim Wenders titulada como aquella, “Until The End Of The World”. Le pone voz al tema principal de “Fuego camina conmigo”, retitulado “She Would Die For Love”… El amor resuena por todas partes –“The Voice Of Love”, “The Space Of Love”–, pero siempre en clave entre absurda y fascinadora.

JULEE CRUISE
“The Art Of Being A Girl”
(Water Music, 2002)

Tardó una década en volver a grabar un disco tras su ruptura artística con Lynch-Badalamenti, y el cambio resultó evidente: lounge, trip hop, downtempo… Material propio y varios productores –J.J. McGeehan, Khan, Mocean Worker, Lance Massey y Rick Strom; podría haber participado Barry Adamson sin problemas– para dar forma a un artefacto sofisticado que no renuncia a mirar al pasado con una nueva lectura en forma de bonus track de “Falling”. El gusto por el misterio sigue presente en “Falling In Love”, “Beachcomber Voodoo” o “Cha Cha In The Dark”.

JULEE CRUISE / DJ DMITRY
“My Secret Life”
(Purley Sounds LLC, 2011)

Disco realizado a medias con uno de los fundadores de Deee-Lite, en el que la cadencia particular de Cruise se balancea por ritmos electrónicos, pop, dub, reggae… “Your Girl” es dance hipnótico, en la introducción de “My Secret Life” la voz se ondula y distorsiona hasta adquirir músculo soul como pocas veces se le había oído, “I’m Crazy” se adorna con arabescos de sintetizador y guitarras africanas y la versión de “Season Of The Witch”, del tercer disco de Donovan, tiene filtro jamaicano sin abandonar el toque psicodélico de su estribillo. ∎

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