Con paciencia y determinación. Foto: Mireia Ferrán
Con paciencia y determinación. Foto: Mireia Ferrán

Radar

Kora: la música como hogar

Solo tiene 20 años, pero algunos de sus temas ya cuentan con millones de reproducciones en las plataformas digitales. Un éxito que la artista catalana está surfeando con tranquilidad, sin muchas expectativas, disfrutando del camino. Acaba de publicar su primer álbum, “fuera de lugar”, pero no deja de componer y de maquinar nuevos retos.

04. 04. 2022

“Con ‘Paciencia’ mis padres me dijeron que si llegaba a las 100.000 reproducciones nos íbamos a comer sushi… Obviamente hubo sushi”. El tema en cuestión acumula casi 4,5 millones de reproducciones en Spotify, pero esto no le afecta y tampoco carga excesiva presión sobre sus hombros. “Llevo desde que tengo ocho años tocando y componiendo. Desde que tengo uso de razón. A los 12 o 13 años subí mi primera canción a Soundcloud, pero nunca he pretendido esa repercusión”.

El reconocimiento le ha llegado muy rápido a Kora. Sucede con muchos chavales por culpa –o “gracias a”, según se mire– de internet. A través de algoritmos que no controlamos y de gustos que están ahí. De repente te encuentras con que un amigo te manda un vídeo con tu música sonando en una tienda de discos de Estocolmo, en una cafetería en Nueva York. O lees un comentario en uno de tus vídeos diciendo que te ha descubierto en el hilo musical de un H&M en Nueva Delhi. “Yo no he hecho nada para que pase… fue muy loco porque el tema empezó a entrar en listas, la gente lo compartía, empezó a subir… Me acuerdo que le hice una captura de pantalla y se lo envié a mi madre en plan ‘what the fuck’... Yo ni lo compartía, en ese momento no tenía ni Instagram. Al principio no tenía ni correo y ya cuando me empezaron a intentar contactar más en serio, me hice todo”. Las discográficas llamaban a su puerta y ella escuchaba con timidez, pero con la determinación suficiente para saber que lo que no quería, lo que no iba a permitir, era que se interfiriera en su visión creativa. Escribe, compone, graba, produce, mezcla y masteriza todas sus canciones, algo que ha aprendido a base de tutoriales online y mucha dedicación. Y cuenta con una fanbase global que le permite decidir por sí misma. “Soy muy friki. Le echo mucho tiempo. Me gusta probar cosas, divertirme… realmente no tiene ningún truco; solo YouTube”.

Concentrada en su objetivo. Foto: Mireia Ferrán
Concentrada en su objetivo. Foto: Mireia Ferrán
Kora es sonriente y muy enérgica. E intuyo que disciplinada: hay que serlo para estar así un domingo a las 10 de la mañana. Se distrae si escucha de fondo una melodía porque las persigue, no puede parar de imaginarlas. “Siempre estoy maquinando algo. Me divierte. Acaba de salir el disco y ya estoy acabando otro. No es que me estrese con nada, es que me sale solo. No puedo parar. Quiero hacer un disco sobre ruedas, yendo en una furgo por toda la costa”. Lo dice, lo visualiza y se vuelve a reír. Puede compaginar su imaginación con la promoción de su debut en Madrid o con bajadas intermitentes a Granada para trabajar en los primeros pasos del proyecto en solitario de Noni, cantante de Lori Meyers y compañero en su agencia de management. “Tiene un pedazo de estudio en su casa… Estoy como un niño, flipando con los sintes. Nos ponemos, sale algo bien… Sin presiones. Se ve que a ellos les gusta mucho mi música y conectamos muy bien musicalmente, tenemos mucha afinidad. Le moló la idea de que le produjera y ahí estuvimos haciendo unas demos. A ver qué pasa”. Les une también el tomarse las cosas con calma y sin pretensiones. Porque Kora no entiende a los artistas que crean todo el rato desde la ambición por conseguir algo, por triunfar, por ajustarse a unos números que no son más que eso, números, aunque puedan traducirse en contratos millonarios. “Vaya agobio mental, además creo que te lastra a nivel creativo: estar pendiente de muchas cosas externas te hace perder tu visión personal”. Pese a todo, reconoce que no es muy buena estudiante, que es muy mala alumna y que dejó sus estudios de música después del bachillerato. “Coincidió con que tenía 16 o 17 años y los números iban mejorando. Me permitió poder dejar los estudios, plantearme algo más allá de lo típico y centrarme ‘full’ en la música… No es algo que me hubiera parado a pensar en ningún momento, querer dedicarme a la música, ¿sabes? Simplemente lo hacía y ha terminado siendo mi alternativa. Y muy contenta: en la música encontré mi hogar”.

Camino por delante. Foto: Mireia Ferrán
Camino por delante. Foto: Mireia Ferrán

El fruto de todo este proceso de descubrimiento personal –que atraviesa esos años tan intensamente determinantes del paso de la adolescencia a la madurez en el marco de una pandemia mundial– cristaliza ahora en “fuera de lugar” (La Marea-ADA Latin, 2022), después de haber publicado los EP’s “01” (2019), “Renacer Pt. 1” (2021) y “elixir::bajo cielo” (2021). Un trabajo humilde que pone el peso en las melodías y en las canciones y que refleja muy bien la identidad de su autora. Relajado, bonito, serio. “De lo que he hecho, es lo que he sentido más real. Es sólido, tiene principio y fin. Me representa cien por cien. Estoy muy contenta con el resultado, me gusta cómo suena y tiene para mí ya un peso más emocional. Al sacar el disco también he sentido que he cerrado una etapa y ahora estoy en un momento totalmente diferente”. Como buen espejo de un momento, “fuera de lugar” hace referencia a esas sensaciones, a no encajar en el instituto o en el contexto de una localidad pequeña como Terrassa, pero también se recrea en una intimidad familiar y agradecida. “Igual no es tanto mirar para adentro como mirar hacia fuera desde dentro. Y sí, mis experiencias, lo que me rodeaba, el estar fuera de lugar en el instituto o sentirme totalmente aceptada en casa, con mi familia… Todo eso está ahí”. Para la contraportada del disco, cuando salga el vinilo, ha hecho unos dibujos de su familia. Su apoyo ha sido primordial. Es más, confiesa que le encantaría escribir más canciones en catalán, que es el idioma que hablan en casa. “Me gustan mucho los idiomas; seguramente, tiraría por ahí mi plan B vital si lo de la música no saliera, o a lo mejor me plantearía irme a Los Ángeles a hacer una ingeniería de sonido. He escrito en italiano y en inglés porque me gusta la sonoridad y porque he escuchado música en esos idiomas desde muy pequeña, y me gusta su musicalidad. Pero me gustaría escribir más en catalán. Solo tengo un tema y, joder, es mi idioma y, hablando, es con el que más cómoda me siento”.

En el momento de hacer esta entrevista solo había dado un par de conciertos, pero 2022 –si no se acaba el mundo– tiene pinta de ser el momento perfecto para empezar a rodar el proyecto. “Eran mis primeros conciertos y con la pandemia decidí que lo mejor era no hacer prácticamente nada. Si tocaba, quería hacerlo bien. Un amigo, Tauro, y yo nos pasamos todo el verano pasado ensayando y montando el directo. Y ahora hemos metido también a una amiga, Berta Segalàs, que es saxofonista y también estará con teclados”. El próximo mes mayo tocará en el Alhambra Monkey Weekend de El Puerto de Santa María (sin fecha definida aún), en el festival Sound Isidro de Madrid (14) y en el Festival Embassat de Sabadell (21). Abran paso. ∎

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