“Con ‘Paciencia’ mis padres me dijeron que si llegaba a las 100.000 reproducciones nos íbamos a comer sushi… Obviamente hubo sushi”. El tema en cuestión acumula casi 4,5 millones de reproducciones en Spotify, pero esto no le afecta y tampoco carga excesiva presión sobre sus hombros. “Llevo desde que tengo ocho años tocando y componiendo. Desde que tengo uso de razón. A los 12 o 13 años subí mi primera canción a Soundcloud, pero nunca he pretendido esa repercusión”.
El reconocimiento le ha llegado muy rápido a Kora. Sucede con muchos chavales por culpa –o “gracias a”, según se mire– de internet. A través de algoritmos que no controlamos y de gustos que están ahí. De repente te encuentras con que un amigo te manda un vídeo con tu música sonando en una tienda de discos de Estocolmo, en una cafetería en Nueva York. O lees un comentario en uno de tus vídeos diciendo que te ha descubierto en el hilo musical de un H&M en Nueva Delhi. “Yo no he hecho nada para que pase… fue muy loco porque el tema empezó a entrar en listas, la gente lo compartía, empezó a subir… Me acuerdo que le hice una captura de pantalla y se lo envié a mi madre en plan ‘what the fuck’... Yo ni lo compartía, en ese momento no tenía ni Instagram. Al principio no tenía ni correo y ya cuando me empezaron a intentar contactar más en serio, me hice todo”. Las discográficas llamaban a su puerta y ella escuchaba con timidez, pero con la determinación suficiente para saber que lo que no quería, lo que no iba a permitir, era que se interfiriera en su visión creativa. Escribe, compone, graba, produce, mezcla y masteriza todas sus canciones, algo que ha aprendido a base de tutoriales online y mucha dedicación. Y cuenta con una fanbase global que le permite decidir por sí misma. “Soy muy friki. Le echo mucho tiempo. Me gusta probar cosas, divertirme… realmente no tiene ningún truco; solo YouTube”.
El fruto de todo este proceso de descubrimiento personal –que atraviesa esos años tan intensamente determinantes del paso de la adolescencia a la madurez en el marco de una pandemia mundial– cristaliza ahora en “fuera de lugar” (La Marea-ADA Latin, 2022), después de haber publicado los EP’s “01” (2019), “Renacer Pt. 1” (2021) y “elixir::bajo cielo” (2021). Un trabajo humilde que pone el peso en las melodías y en las canciones y que refleja muy bien la identidad de su autora. Relajado, bonito, serio. “De lo que he hecho, es lo que he sentido más real. Es sólido, tiene principio y fin. Me representa cien por cien. Estoy muy contenta con el resultado, me gusta cómo suena y tiene para mí ya un peso más emocional. Al sacar el disco también he sentido que he cerrado una etapa y ahora estoy en un momento totalmente diferente”. Como buen espejo de un momento, “fuera de lugar” hace referencia a esas sensaciones, a no encajar en el instituto o en el contexto de una localidad pequeña como Terrassa, pero también se recrea en una intimidad familiar y agradecida. “Igual no es tanto mirar para adentro como mirar hacia fuera desde dentro. Y sí, mis experiencias, lo que me rodeaba, el estar fuera de lugar en el instituto o sentirme totalmente aceptada en casa, con mi familia… Todo eso está ahí”. Para la contraportada del disco, cuando salga el vinilo, ha hecho unos dibujos de su familia. Su apoyo ha sido primordial. Es más, confiesa que le encantaría escribir más canciones en catalán, que es el idioma que hablan en casa. “Me gustan mucho los idiomas; seguramente, tiraría por ahí mi plan B vital si lo de la música no saliera, o a lo mejor me plantearía irme a Los Ángeles a hacer una ingeniería de sonido. He escrito en italiano y en inglés porque me gusta la sonoridad y porque he escuchado música en esos idiomas desde muy pequeña, y me gusta su musicalidad. Pero me gustaría escribir más en catalán. Solo tengo un tema y, joder, es mi idioma y, hablando, es con el que más cómoda me siento”.
En el momento de hacer esta entrevista solo había dado un par de conciertos, pero 2022 –si no se acaba el mundo– tiene pinta de ser el momento perfecto para empezar a rodar el proyecto. “Eran mis primeros conciertos y con la pandemia decidí que lo mejor era no hacer prácticamente nada. Si tocaba, quería hacerlo bien. Un amigo, Tauro, y yo nos pasamos todo el verano pasado ensayando y montando el directo. Y ahora hemos metido también a una amiga, Berta Segalàs, que es saxofonista y también estará con teclados”. El próximo mes mayo tocará en el Alhambra Monkey Weekend de El Puerto de Santa María (sin fecha definida aún), en el festival Sound Isidro de Madrid (14) y en el Festival Embassat de Sabadell (21). Abran paso. ∎
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