Josué Ramírez –el artista tras el apelativo
La Texana– tenía solo 18 años cuando grabó
“Siempre me cuesta regresar”. Era 2021, año en que iría publicando sus primeras canciones. Una guitarra y un laptop bastaron. Post-punk fibroso y letras confesionales cultivadas en un fermento estilístico que podría bordear la saturación. ¿Eco? Mucho para tan escueto recorrido: algunas de sus canciones cuentan ya millones de reproducciones en
streaming y en YouTube. Además, ha compartido escenario con Depresión Sonora, Little Jesus, Omar Apollo o Las Ligas Menores, entre otros.
El 25 de abril se publicará
“la casa que cae”, su primer álbum en el sello Sonido Muchacho tras la notable tarjeta de presentación que fue su primer EP,
“Morro” (Autoeditado, 2023). ¿Su gran particularidad? Fundir los claroscuros del post-punk de nuevo cuño con los ecos del folclore de Tijuana, de donde procede. Algo que se advierte en canciones como “Terco”, avance publicado a principios de octubre pasado. Intercambiamos con él unas cuantas preguntas y respuestas a través del correo electrónico.