Finísima y personal. Foto: Juan G. Andrés
Finísima y personal. Foto: Juan G. Andrés

Concierto

Laetitia Sadier & The Source Ensemble, culto sin nostalgias

En un breve y anguloso concierto, Laetitia Sadier dejó muy claro anoche en la sala Dabadaba de San Sebastián todo lo que una artista de raza puede seguir ofreciendo. Esta gira por España recién estrenada pasará hoy por Barcelona y después por Elche (24), el festival Tomavistas de Madrid (25), el ciclo Bombo y Platillo de Zaragoza (26), Castellón (27), el ciclo SON Estrella Galicia en Santiago de Compostela (30) y Ourense (31).

23. 05. 2024

En formato cuarteto y acompañada de un LP como es “Rooting For Love” (2024), disco con el que conviene insistir por contener, probablemente, la colección de canciones más completa de su carrera en solitario, compareció Laetitia Sadier en Dabadaba, “uno de esos clubs que una banda en gira se alegra de encontrar dentro su programa de actuaciones”. Ante un centenar de asistentes, comodísimos solo con recordar el lleno irrespirable –y parlanchín– que provocaron hace año y medio Stereolab en esa misma sala, repasó con todo detalle su último trabajo, intercalando apenas alguna pequeña incursión en sus discos previos, particularmente en el anterior, aquel “Find Me Finding You” (2017).

Todo lo que es Sadier lo enseñó sobre el escenario. Lo naíf y lo atmosférico, su particular manera de tocar la guitarra, las espirales de electrónica envolvente, las notas gomosas de bajo que sostienen ese entramado de música tan suyo que tiene tanto de pop amable y juguetón como de traviesa anarquía sonora, solo a veces reconducida por una manera de cantar –y de interpretar, que hasta secuencias entre la mímica y la apariencia taichí hubo– que parece darle sentido a todo. Se habla mucho de Brigitte Fontaine como una de sus referencias más evidentes, pero convendría desde ya incorporar también al lote a la Jane Birkin de la época oscura, la de todos esos discos de mediados de los setenta y ochenta de los que casi nadie se acuerda.

Traviesa incorporando momentos de disonancia y experimentación a lo largo de un repertorio que podría perfectamente haber solventado empaquetándolo en un formato mucho más amable (para lo que le sobran material y recursos), demostró que, más allá del componente nostálgico, tiene muy poco sentido regodearse en el pasado. Y mucho menos cuando sigue siendo capaz de proponer un material que no solo sirve para consolidar su firma y estilo, reconocible siempre, sino también para demostrar lo lejos que parecen estar sus límites.

¿Interpretación taichí?. Foto: Juan G. Andrés
¿Interpretación taichí?. Foto: Juan G. Andrés

Pensaba en ello al mismo tiempo que valoraba el hecho de que siga girando por salas pequeñas, siempre a la aventura, tocando noches de entre semana en ciudades pequeñas y evitando abandonarse a la tentación más fácil de la nostalgia, tan bien encarnada por esa parte de los carteles de festivales en la que el nombre de los grupos aparece con un tamaño de letra mediano. Esto también implica una posición política, escenario en el que Laetitia nunca se ha sentido extraña ni incómoda. También de eso hubo en alguno de sus pequeños discursos entre canción y canción: “La gente tiene más poder, mucho más poder, del que nos quieren hacer creer. Tal vez el primer paso sea pensar en lo que quieres ser y qué puedes hacer para conseguirlo. A partir de ahí vendrán los pasos que te lleven a serlo. Quizá la suma de todo ello nos lleve a ver que, efectivamente, nuestro poder es mayor del que nos hacen creer que tenemos, que es básicamente ninguno”. De nuevo el “People Have The Power” de Patti Smith, pero reformulado desde el pop aeroespacial y el mestizaje franco-británico siempre tan kitsch, pero indiscutiblemente contemporáneo y moderno a pesar de proceder de materiales reconocibles.

Recordaba a una artista más taciturna, incluso de apariencia un tanto hastiada, de ocasiones anteriores. Anoche pudo frustrar un poco la brevedad de un concierto que pasó volando, pero verla radiante y expansiva, particularmente afable y agradecida, hizo pensar que tanto en lo personal como en lo artístico se encuentra en un muy buen momento. Y la impresión que dejó es que, si lo suyo siempre ha merecido atención, algunos caminos de mayor riesgo que parece querer emprender ahora le abren las puertas a un futuro alentador. Un concierto excelente, una hora de música tan agradable como retadora, culminada por un solo bis: ella sola, voz y guitarra, finísima y sumamente personal. Una artista de culto y de lujo. ∎

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión