Ahondando en la senda congotrónica, figura el supergrupo Congotronics International, que publica en Crammed –sello descubridor del invento– “Where’s The One?”, doble álbum que aglutina a los creadores originales de Konono Nº 1 y Kasai All Stars con un conglomerado internacional de músicos admiradores entre los que se encuentran Juana Molina, Deerhoof, Wildbirds & Peacedrums y Matt Mehlan (Skeletons). Todos esforzándose en crear un convincente muro de sonido con derivaciones como “Resila”, entre Stereolab, el post-rock y el scat jazzístico. Los típicos likembes distorsionados siguen campando a sus anchas en “Kule Kule Redux”, pero el sonido gana en monumentalidad y densidad. Tal como refleja la portada, estamos hablando de una orquesta de una veintena de músicos entregados en cuerpo y alma a revivir y magnificar un sonido que se ha convertido en una de las grandes invenciones africanas del nuevo milenio, aunando el trance tribal con la distorsión propia de las jams psicodélicas. Improvisaciones que van de los cinco y seis minutos a miniaturas que son como meros apuntes del work in progress, como la evocadora “Beyond The 7th Bend”. Y aunque haya “Many Tongues In Our Band”, la camaradería predomina, sin faltar buenas dosis de rumba en “Guiyome” ni los filosóficos proverbios repletos de sabiduría popular, como indica el título de “Even The Boa Can’t Swallow A Wiper”.
Hablando de afrofuturismo, es necesario rescatar el EP “Afrikan Rebel” del cantante y MC británico de origen gambiano Pa Salieu, editado por Warner en septiembre del 2021. Este rapero de Coventry selló con tan simbólico EP una alianza africana de gran trascendencia, empezando por el gran éxito “Style & Fashion”, en comandita con Obongjayar y en clave amapiano. Su exploración de la nueva ola africana pasa también por el alté nigeriano de “Shining” –con arreglos orquestales, groove afropop y sedosos featurings de Tay Iwar o Zlatan– y por una inmersión en el oscuro drill de origen ghanés con “Lit”. Su evolución desde el grime alternativo y las colaboraciones con fellas africanos –además de otros featurings con FKA twigs e Ibeyi– hacen que el primer álbum de Pa Salieu sea esperado como agua de mayo. De momento hay que conformarse con la mixtape “Send Them To Coventry” (2020) y con sus últimos sencillos: “Glidin’”, junto a slowthai, y “Bad” con Aitch.
Otro tipo de afrofuturismo es el afro-roots progresivo que propone Black Mango en “Quicksand” (2022). Se trata del proyecto del productor y percusionista francés Philippe Sanmiguel, que lleva 16 años afincado en Bamako. Su fino trabajo se puede escuchar en discos del grupo tuareg Tartit, los bluesmen sahelianos Samba Touré y Anansy Cissé –el fundamental “Anoura” (2021)–, Maryam Koné –miembro intermitente de Les Amazones d’Afrique– o Djimé Sissoko, el sobrino de Baba Sissoko. La mayoría de ellos colaboran en un álbum cocinado durante varios años que, partiendo de las raíces, se vuelve progresivo gracias a la estrecha colaboración del australiano Hugo Race (ex The Bad Seeds) –Sanmiguel lo conoció durante la grabación en Bamako de los álbumes “Trouble” y “Lion City” del grupo Dirtmusic compartido con Chris Eckman (ex The Walkabouts y cofundador del sello Glitterbeat)–, quien produce, mezcla y edita el disco en su estudio-sello Helixed, desde Melbourne.
Un original sonido que, partiendo del blues malí de la escuela Ali Farka Touré –no en vano colaboran sus sobrinos Bocar Sana Coulibaly y Ali Traoré, cantante y guitarrista, respectivamente, originarios de Niafunké–, se expande hacia el dub, la spoken poetry, la electrónica experimental y un detallismo en las guitarras eléctricas en el que destacan las filigranas de Samba Touré, Anansy Cissé y Hugo Race. Así no extraña el trance psicodélico que invade “Are U Satisfied”, ni el ambient fantasmagórico de “Ghost Sands”. Sin olvidarse nunca de las raíces, con un gran despliegue percutivo sustentado por calabazas y tama, más la presencia de ngoni y soku, violín de una sola cuerda primordial en la música de origen wassoulou, que toca el ya desaparecido maestro Zoumana Tereta. Música paisajista y evocadora, tendente a la lisergia blanda como la que desprende “Minamba”, ayudando a colocar el álbum a la vanguardia de la música de Malí, demostrando que lo rural no tiene por qué estar reñido con lo urbano y que la tradición puede ir de la mano de la modernidad. En este sentido, el tema “Heaven Sands”, que canta Hugo Race, no anda a la zaga de la música trascendente que hace su colega Nick Cave. Y el cierre instrumental, “Bankoni”, es kosmische con tama. Un disco para degustar con calma y buena amplificación. ∎
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