Pa Salieu. Imagen: Rockdelux
Pa Salieu. Imagen: Rockdelux

Informe

Panorámica afropop (y 4): el afrofuturismo que no cesa

Concluimos nuestro viaje por la senda del afropop contemporáneo prestando atención a músicos que se proyectan hacia el futuro sin desatender las enseñanzas de una tradición sonora de inabarcable riqueza. Bajo el pabellón del afrofuturismo, dialogan artistas de muy diversa procedencia y género. Y el resultado de esa conversación creativa no puede ser más estimulante.

19. 07. 2022

La del afrofuturismo es una etiqueta que lleva tiempo instalada en el imaginario popular, lo mismo que la dualidad tradi-mod. Es un mundo en el que habitan propuestas de lo más variado, ya sean los sonidos congotrónicos de Konono Nº 1 o Mbongwana Star, el hip hop experimental del sudafricano Spoek Mathambo o el rock progresivo de sus paisanos BLK JKS, con el himno “Harare” y su conceptual vídeo como punta de lanza. Definido como un poema visual, incluye apariciones de la afamada escultora y videoartista Nandipha Mntambo y del cantante y rapero Morena Leraba de Lesoto.

BLK JKS: “Harare”.
Recientemente se puede añadir a la causa afrofuturista a Mdou Moctar, gracias a “Afrique Refait” (2022), disco de remezclas de su aclamado “Afrique Victime” (2021) que cuenta con la particularidad de que todas las versiones son cortesía de artistas asociados al sello ugandés Nyege Nyege Tapes, afincado en Kampala. Son jóvenes constructores de sonidos que están en la vanguardia electrónica africana, como DJ Travella, que no participa en el disco de Mdou Moctar pero acaba de publicar en el sello el muy celebrado “Mr. Mixondo” (2022). Se trata de un músico de 19 años, originario de Dar Es Salaam (Tanzania), que representa a una nueva hornada de productores y DJs que fusionan música de taarab y techno para crear un nuevo y acelerado estilo de música electrónica de baile bautizado como singeli. Uno de los últimos lanzamientos de Nyege Nyege Tapes es el grupo sudafricano Phelimuncasi –trío de cantantes formado por los gemelos Khera y Makan Nana y la explosiva Malathon–, cuyo segundo disco, “Ama Gogela” (2022), es un esplendoroso cruce de hip hop y techno; música de baile electrónica que se conoce como gqom y que surge en Durban, de uno de cuyos townships son originarios. Muy conectados con la tradición zulú, utilizan la lengua isiZulu, combinan el hedonismo del baile con la concienciación política, ya sea participando en actos del Congreso Nacional Africano y otros partidos más a la izquierda, con la vibración de un desafiante sonido callejero cuya gestación se detalla al milímetro en “2013-2019” (2020), su debut en Nyege Nyege Tapes. Y para entender su conexión con el barrio, nada como rescatar el vídeo del sencillo “Umahlalela”.

Phelimuncasi: “Umahlalela”.

Ahondando en la senda congotrónica, figura el supergrupo Congotronics International, que publica en Crammed –sello descubridor del invento– “Where’s The One?”, doble álbum que aglutina a los creadores originales de Konono Nº 1 y Kasai All Stars con un conglomerado internacional de músicos admiradores entre los que se encuentran Juana Molina, Deerhoof, Wildbirds & Peacedrums y Matt Mehlan (Skeletons). Todos esforzándose en crear un convincente muro de sonido con derivaciones como “Resila”, entre Stereolab, el post-rock y el scat jazzístico. Los típicos likembes distorsionados siguen campando a sus anchas en “Kule Kule Redux”, pero el sonido gana en monumentalidad y densidad. Tal como refleja la portada, estamos hablando de una orquesta de una veintena de músicos entregados en cuerpo y alma a revivir y magnificar un sonido que se ha convertido en una de las grandes invenciones africanas del nuevo milenio, aunando el trance tribal con la distorsión propia de las jams psicodélicas. Improvisaciones que van de los cinco y seis minutos a miniaturas que son como meros apuntes del work in progress, como la evocadora “Beyond The 7th Bend”. Y aunque haya “Many Tongues In Our Band”, la camaradería predomina, sin faltar buenas dosis de rumba en “Guiyome” ni los filosóficos proverbios repletos de sabiduría popular, como indica el título de “Even The Boa Can’t Swallow A Wiper”.

Portadas de Mdou Moctar (“Afrique Refait”), DJ Travella (“Mr. Mixondo”), Congotronics International (“Where’s The One?”) y Black Mango (“Quicksand”).
Portadas de Mdou Moctar (“Afrique Refait”), DJ Travella (“Mr. Mixondo”), Congotronics International (“Where’s The One?”) y Black Mango (“Quicksand”).
También desde Bruselas llega el debut de Avalanche Kaito, con su disco de título homónimo en el catálogo de Glitterbeat. Aunque esta imponente descarga de afropunk progresivo tiene su origen en la ciudad de Lankoé, en Burkina Faso, de donde procede Kaito Winse, dotado griot que toca instrumentos tradicionales –tama, flautas peul y arpa de boca– y recita proverbios como si de un intérprete de hardcore se tratara. Su música ya de por sí cruda es procesada por el dúo belga que integran Benjamin Chaval (batería, electrónica) y Arnaud Paquotte (bajo), más la ayuda adicional del guitarrista Nico Guitto. De su amalgama post-punk se afirma en Bandcamp, con toda la razón, que tiene trazos de la tradición griot, Fugazi, Can, el Frank Zappa de los 70, black midi y del catálogo de Nyege Nyege Tapes. Mucha atención también a su EP de debut, “Dabalomuni”, publicado el pasado enero: cuatro temas de inédito griot-noise presididos por la impactante canción que le da título.

Avalanche Kaito.
Avalanche Kaito.

Hablando de afrofuturismo, es necesario rescatar el EP “Afrikan Rebel” del cantante y MC británico de origen gambiano Pa Salieu, editado por Warner en septiembre del 2021. Este rapero de Coventry selló con tan simbólico EP una alianza africana de gran trascendencia, empezando por el gran éxito “Style & Fashion”, en comandita con Obongjayar y en clave amapiano. Su exploración de la nueva ola africana pasa también por el alté nigeriano de “Shining” –con arreglos orquestales, groove afropop y sedosos featurings de Tay Iwar o Zlatan– y por una inmersión en el oscuro drill de origen ghanés con “Lit”. Su evolución desde el grime alternativo y las colaboraciones con fellas africanos –además de otros featurings con FKA twigs e Ibeyi– hacen que el primer álbum de Pa Salieu sea esperado como agua de mayo. De momento hay que conformarse con la mixtape “Send Them To Coventry” (2020) y con sus últimos sencillos: “Glidin’”, junto a slowthai, y “Bad” con Aitch.

Pa Salieu: “Glidin’” (ft. slowthai).

Otro tipo de afrofuturismo es el afro-roots progresivo que propone Black Mango en “Quicksand” (2022). Se trata del proyecto del productor y percusionista francés Philippe Sanmiguel, que lleva 16 años afincado en Bamako. Su fino trabajo se puede escuchar en discos del grupo tuareg Tartit, los bluesmen sahelianos Samba Touré y Anansy Cissé –el fundamental “Anoura” (2021)–, Maryam Koné –miembro intermitente de Les Amazones d’Afrique– o Djimé Sissoko, el sobrino de Baba Sissoko. La mayoría de ellos colaboran en un álbum cocinado durante varios años que, partiendo de las raíces, se vuelve progresivo gracias a la estrecha colaboración del australiano Hugo Race (ex The Bad Seeds) –Sanmiguel lo conoció durante la grabación en Bamako de los álbumes “Trouble” y “Lion City” del grupo Dirtmusic compartido con Chris Eckman (ex The Walkabouts y cofundador del sello Glitterbeat)–, quien produce, mezcla y edita el disco en su estudio-sello Helixed, desde Melbourne.

Un original sonido que, partiendo del blues malí de la escuela Ali Farka Touré –no en vano colaboran sus sobrinos Bocar Sana Coulibaly y Ali Traoré, cantante y guitarrista, respectivamente, originarios de Niafunké–, se expande hacia el dub, la spoken poetry, la electrónica experimental y un detallismo en las guitarras eléctricas en el que destacan las filigranas de Samba Touré, Anansy Cissé y Hugo Race. Así no extraña el trance psicodélico que invade “Are U Satisfied”, ni el ambient fantasmagórico de “Ghost Sands”. Sin olvidarse nunca de las raíces, con un gran despliegue percutivo sustentado por calabazas y tama, más la presencia de ngoni y soku, violín de una sola cuerda primordial en la música de origen wassoulou, que toca el ya desaparecido maestro Zoumana Tereta. Música paisajista y evocadora, tendente a la lisergia blanda como la que desprende “Minamba”, ayudando a colocar el álbum a la vanguardia de la música de Malí, demostrando que lo rural no tiene por qué estar reñido con lo urbano y que la tradición puede ir de la mano de la modernidad. En este sentido, el tema “Heaven Sands”, que canta Hugo Race, no anda a la zaga de la música trascendente que hace su colega Nick Cave. Y el cierre instrumental, “Bankoni”, es kosmische con tama. Un disco para degustar con calma y buena amplificación. ∎

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