Hoy llega a Madrid el directo impactante y magnético de The Soft Moon. Zaragoza –el viernes 14– y Barcelona –el sábado 15– son las siguientes paradas del recorrido español que el proyecto post-punk de Luis Vasquez inició el pasado martes, 11 de octubre, en la sala Masterclub de Vigo, bajo el patrocinio –al igual que en la cita madrileña– de Son Estrella Galicia.
Entró Vasquez campante y avanzó entre el público desde el fondo de la sala directo al camerino, en camiseta, con una sonrisa de oreja a oreja y sosteniendo en un brazo una botella descorchada de vino albariño de una conocidísima bodega de Cambados. Su equipo y su banda acababan de disponer el set para el concierto, al término de la actuación de Fatamorgana, banda radicada en Barcelona que forman la polaca Patrycja Proniewska (voz) y el británico Louis Harding (teclados y programación). El dúo, que acompaña prácticamente toda la gira europea de The Soft Moon durante este mes de octubre, se presentaba por primera vez en Vigo. Su repertorio de pop electrónico sin sorpresas y con melodías contenidas –integrado por una selección de cortes de sus dos discos, “Terra Alta” (2019) y el reciente “Ahora aquí, todavía no” (2022)– recibió una tibia acogida por una audiencia remolona cuya entrada a cuentagotas retrasó considerablemente toda la velada.
Eran más de las once de la noche; la apertura de puertas estaba marcada para las nueve. Una hora de retraso para el arranque del grupo invitado, que estaban preparados y dispuesto como un clavo a la hora estipulada, sumada a la espera de rigor para el cambio de set entre conciertos. Después del sopetón de 2020, en algún momento parecía que iban a mejorar algunas cosas en el mundo en general y en el de la música en particular, como la puntualidad del público. Pero se ve que no, que fue una ilusión que duró un parpadeo y que regresamos a la misma tediosa tardanza de siempre. Más oportunidades perdidas.
Al lío, como hizo Vasquez, al mando de guitarras, sintes, percusiones y voces. Desde la negrura casi absoluta empezaron a sonar el bajo sucio de Luigi Pianezzola y la batería machacona de Matteo Vallicelli en “Burn”, de “Criminal”, su disco de 2018. Los tres vectores que atravesaron la hora y cuarto aproximada que duró el recital comenzaron a trazarse desde ese primer instante. De modo que el concierto se convirtió en un viaje por la discografía de The Soft Moon, con una representación bastante equilibrada de sus cinco títulos. Además, en todo momento, los tres músicos desarrollaron un ejercicio encomiable de sincronicidad con el que lograron mantener el estado de trance y de alta tensión hasta el final. La tercera observación general tiene que ver con la puesta en escena, que, despojada de visuales, oscureció aún más la aparición del trío, apropiadamente fantasmagórica. Apenas unas sombras se intuían entre los cañones de humo, las tinieblas y los focos rojos. Los fotógrafos se las vieron y desearon para atrapar alguna imagen cuando el escenario se iluminaba. Para alcanzar la catarsis no hace falta verse las caras, eso sí que estaba claro.
“Vigo, ¡salud!”, exclamó Vasquez en español levantando su copa antes de disparar “Circles”, tan afilada como sonaba en su primer disco homónimo. Poco más dijo que un “buenas noches” antes de la despedida, tras un bis al que raramente accede a consentir. Siguieron “Insides”, de “Zeros” (2012); “Far”, de “Deeper” (2015), y “Face Is Gone”, del todavía reciente “Exister” (2022). El tema es exponente de una obra disonante en la que Vasquez se desgañita como nunca, en donde expone sus demonios personales con una sonoridad aún más dura y angustiosa y en la que las percusiones que aluden a su herencia caribeña añaden solemnidad a la prospección perturbadora de un tormento.
La atmósfera industrial y el falsete estremecedor de “Become The Lies” y el colapso íntimo de “Nada” –otras de las elegidas de “Exister”– terminaron de pintar con un aura de melancolía ese paisaje arrasado que el músico estadounidense convierte, con habilidad, en una travesía liberadora y profundamente sugestiva. La tendencia retrofuturista de “Deeper” compareció a través de “Black”, “Wrong” y “Wasting”; de “Criminal” también rescató “The Pain” y “Like A Father”; regresó una vez más a “The Soft Moon” (2010) con “Breathe The Fire”, e insistió en “Zeros” hasta en tres ocasiones más: con “Machines”, “Die Life” y “Want”. Esta última, una alucinación a golpe de tambor que selló la burbuja a toda velocidad. Como un despertar abrupto de una sesión de hipnosis. ∎
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