La posible explicación, en el currículo. La historia de The Strokes arranca cuando el neoyorquino
Julian Casablancas, cantante e hijo del fundador de origen español de la agencia de modelos Elite, es enviado a estudiar a un colegio privado en Suiza, donde conoce al californiano
Albert Hammond Jr., guitarrista hijo del intérprete del famoso éxito “It Never Rains In Southern California” en 1972. Una vez de vuelta cada cual en su ciudad, Julian conoce en su nuevo colegio primeramente al guitarrista
Nick Valensi y al percusionista
Fab Moretti –neoyorquino de adopción nacido en Río de Janeiro–, y algo más tarde a Nikolai. Juegan a ser banda de fin de semana sin más, hasta que dos años después, en 1998, la mudanza de Albert desde Los Ángeles configura definitivamente a The Strokes, que debutan de manera oficial a finales de 1999 en directo.
“La gente que no nos conoce nos ve como unos hijos de papá metidos a estrellas de rock, con muchas más posibilidades de triunfar gracias a los contactos familiares. Solo quienes nos conocen perciben la estrechez de los lazos que unen a los miembros del grupo como una peña de amigos”. Cierto, hasta el momento casi lo hacen todo juntos, con la ventaja añadida de no preocuparse demasiado –el dinero no parece ser su objetivo prioritario– por los pequeños furúnculos diarios que deterioran las relaciones de las bandas más ambiciosas. Ellos, a su bola.