No es preciso ponerse dramático. Hace mucho tiempo que no nos rasgamos las vestiduras por la disolución de un grupo, por capital que haya sido. La vida sigue. Y
R.E.M. comenzaron a abandonarnos poco a poco hace mucho tiempo, aunque su remontada de los últimos dos discos salva los muebles y asegura un dulce recuerdo. Admitámoslo: este era el momento preciso para que los de Athens dijeran adiós. Si se hubieran despedido tras fiascos como
“Around The Sun” (2004), la desbandada hubiera sonado a claudicación, y la decadencia creativa habría pesado en el análisis.
“Accelerate” (2008) y
“Collapse Into Now” (2011) revitalizaron al grupo lo justo para cubrir de dignidad esa recta final, si bien entre líneas quedaba claro que su discurso se había agotado y que el camino de salida consistía en recrear con estilo ideas acuñadas dos o tres décadas atrás. En el fondo, su recuperación póstuma entrañaba impotencia.
Aunque los teletipos de las agencias ensalcen a los R.E.M. que firmaron
“discos tan conocidos como ‘Out Of Time’, ‘Automatic For The People’ y ‘Monster’” (¡los tres en el mismo saco!), todo corazón indie rock reserva un espacio protegido a su producción en el sello IRS, la que va del EP “Chronic Town” (1982) al imperativo
“Document” (1987). Los años en que establecieron su sonido refinado y vigoroso; los años de temazos como “Talk About The Passion”, “Fall On Me”, “I Believe”, “Begin The Begin”, “It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)”, “The One I Love”, “Finest Worksong”…