Libro

Robert Jones Jr.

Los profetasAlianza de Novelas, 2021

01. 07. 2021

En la lista de agradecimientos y reconocimientos que aparece al final del libro (¿la más extensa de la historia de la literatura?) nos encontramos con James Baldwin y Janet Jackson, Toni Morrison y Alice Walker, Maya Angelou y Jamaica Kincaid, Sonia Sanchez y Aaliyah, Anita Baker y Missy Elliott, Aretha Franklin y Millie Jackson, Janelle Monáe y Prince, Rihanna y Bessie Smith, Sylvester y Tina Turner, Rosalind Cash y Michaela Coel, Barry Jenkins y Eartha Kitt, Lupita Nyong’o y Cicely Tyson, Jean-Michel Basquiat y Angela Davis, Audre Lorde y Desmond Tutu, Malcolm X y Mumia Abu-Jamal… y tropecientos más. El mensaje es claro: una reivindicación rotunda de legado cultural afroamericano en todos sus frentes.

Y es que “Los profetas” (“The Prophets”, 2021) es uno de los claros ejemplos de los vientos que el Black Lives Matter ha llevado a todas las disciplinas artísticas dentro de una comunidad pisoteada y silenciada sistemáticamente, y Morrison y Baldwin, en puestos de honor entre los citados en la mencionada lista, los afluentes creativos sobre los que Robert Jones Jr. (Nueva York, 1971) construye su torrencial debut novelístico: esclavitud y reivindicación LGBTI+ se aúnan en la novela a través de Isaiah y Samuel, dos jóvenes esclavos que viven su amor en el establo de una plantación de Virginia y cuya relación pondrá patas arriba los equilibrios de poder que rigen las normas del lugar en el que sobreviven casi como animales.

Ellos son el ojo del huracán de una historia que se despliega de forma coral dando voz a las mujeres esclavas, a los amos y a los guardianes, que recurre a referencias bíblicas y retrocede en el tiempo para volver a África y recordarnos que las relaciones entre personas del mismo sexo ya estaban presentes en todas las culturas desde tiempos inmemoriales.

La ambición de Jones parece no conocer límites y el libro levanta el vuelo con una potencia lírica que a veces decae precisamente por un exceso de ambición: el autor persigue sin aliento una “obra total” que aúne reivindicación política e Historia, magia y realismo, relato decimonónico y modernismo. Nada grave, en todo caso, ya que en sus más de 400 páginas hay suficientes momentos epifánicos, llenos de poesía y furia, de dolor y de esperanza, de violencia y ternura, como para disfrutar sin reparos con uno de los debuts más contundentes arribados desde Estados Unidos en los últimos años. ∎

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