Libro

Samantha Harvey

OrbitalAnagrama, 2025

17. 03. 2025

Con “Orbital” (2023; Anagrama, 2025; traducción de Albert Fuentes) , Samantha Harvey (Kent, 1975) se alzó con el más reciente Booker Prize gracias a una deslumbrante meditación sobre el tiempo, la percepción y la frágil belleza de la Tierra. Ambientada en los confinados espacios de la Estación Espacial Internacional, la novela sigue a seis astronautas que, a lo largo de 24 horas, orbitan el planeta, contemplando su inmensidad mientras reflexionan sobre su propia transitoriedad. Harvey, cuya obra ha explorado con maestría la naturaleza esquiva de la memoria y la existencia, lleva aquí esos temas al límite.

La narración esquiva las convenciones de la trama y en su lugar despliega un mosaico caleidoscópico de introspección, observación científica e imaginería poética. En un entorno donde la formación rigurosa ha reducido al mínimo los conflictos interpersonales, la escritora se sumerge en el universo interior de sus protagonistas. Dieciséis veces al día, los astronautas observan la Tierra pasar bajo sus pies: patrones climáticos, fronteras políticas, paisajes en constante cambio. Suspendidos en la ingravidez, no solo flotan en el espacio, sino también en los corredores de la memoria, ensamblando y reensamblando las vidas que han dejado atrás. Harvey capta con precisión la esencia de la existencia humana: la ilusión de que avanzamos, cuando en realidad volvemos una y otra vez a las mismas preguntas sin respuesta.

La novela oscila entre lo cósmico y lo íntimo con una naturalidad asombrosa. En un momento, sus personajes se enfrentan a la sobrecogedora inmensidad del universo y reconsideran nuestro lugar en él; en el siguiente, un recuerdo de infancia, el roce de una piel, un instante de duda adquieren una gravedad inesperada. En el gran esquema de las cosas, parecen insignificantes. Y, sin embargo, para Harvey, lo son todo.

Uno de los aspectos más deslumbrantes de “Orbital” es su riqueza visual. Harvey evoca las grandes perspectivas históricas sobre el lugar de la humanidad en el cosmos: desde la icónica imagen de la misión lunar de 1969, donde todos los seres humanos (excepto Michael Collins, el astronauta tras la cámara) estaban contenidos en un solo encuadre, hasta “Las meninas” de Velázquez, esa obra que interroga la percepción y la subjetividad. En la novela, un astronauta despierta mirando una postal del cuadro y se pierde en sus capas de reflejos y autorreferencias. Al igual que la pintura juega con la pregunta de quién observa a quién, los astronautas de Harvey también son, a la vez, observadores y observados: por el control terrestre, por sus compañeros y, sobre todo, por la omnipresente mirada de la Tierra.

Pero “Orbital” es mucho más que una pieza de lirismo elevado. Entre órbita y órbita, Harvey introduce con sutileza apuntes sobre las crisis ambientales y geopolíticas que sacuden el planeta. Desde la formación de un supertifón sobre Filipinas hasta los devastadores estragos de la deforestación, la mirada desde el espacio vuelve estos cambios innegables, convirtiendo la novela en un testimonio silencioso pero contundente sobre la fragilidad ecológica.

Al final, “Orbital” no es un libro sobre el espacio, del mismo modo que “Moby Dick” (Herman Melville, 1851) no es un libro sobre ballenas. Es una exploración del vínculo frágil pero irrompible entre nosotros y el único hogar que hemos conocido. ∎

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