hana Cleveland –cantante y guitarrista de La Luz– está griposa, pero no esquiva preguntas y responde generosamente en su encuentro con Rockdelux. Y habla con el corazón en la mano cuando recuerda los vaivenes emocionales y las crisis personales que han forjado el nuevo disco de su grupo. Si el álbum en solitario que publicó el año pasado, “Manzanita”, estaba centrado en su reciente maternidad, el cáncer de mama que le diagnosticaron dos años después es lo que ha marcado este “News Of The Universe” (Sub Pop-Popstock!, 2024), el quinto largo de la banda que completan Audrey Johnson (batería), Maryam Qudus (teclados) y Lee Johnson (bajo).

Pero Cleveland ha abandonado la pretensión de controlar su vida y gracias a eso parece haber hecho las paces con ese mundo tan voluble que la rodea. Además, ha grabado el disco sin presiones, en un entorno sereno y 100% femenino. El resultado es un trabajo de inspiración oscura y resultado luminoso, de tránsito entre formaciones, en el que la banda originaria de Seattle y asentada en California brilla entre rock psicodélico, voces angelicales y reflexiones sobre el ciclo de la vida.

La formación del grupo ha cambiado recientemente. Se han marchado personas que llevaban mucho tiempo en La Luz, como la bajista Lena Simon y la teclista Alice Sandahl, y ha entrado Audrey Johnson, además de Maryam Qudus y Lee Johnson. ¿Cómo son las sensaciones con la nueva alineación?

Fantásticas. Intimida un poco porque estamos intentando tocar muchas canciones nuevas, prácticamente el nuevo álbum entero, y es un disco un poco diferente. Tiene más órganos y sintetizadores y mis partes de guitarra no es que sean escasas, pero no es como en otros discos, en los que tocaba durante toda la canción. Así que hay momentos en los que solamente canto, y es divertido; estás como en otra onda.

¿Cambiarán las dinámicas dentro del grupo?

No estoy segura. Con Lee, la nueva bajista, nos conocemos desde hace mucho y creo que venimos de un planteamiento similar en el que queremos que la música sea algo divertido. Puede que parezca obvio decir que te lo quieres pasar bien, pero creo que no es una prioridad para muchas bandas, así que es algo en lo que yo siempre me he centrado. En cuanto a Audrey, he tocado con ella a la batería cuatro años, así que hay cierta familiaridad. Pero va a ser interesante ver cómo evoluciona esto. Tenemos los mismos objetivos y hemos visualizado lo que queremos, pero hay cosas que son imposibles de predecir.

Habéis hecho ya algunas fechas, pero el grueso de la gira llega a final de verano. ¿Cómo os organizáis con los niños?

Por ahora soy la única madre en el grupo y es un tema que va cambiando. Cuando mi hijo era un bebé me lo llevé a una gira europea y fue genial. Tenía unos tres meses y era bastante fácil viajar juntos en ese momento. Pero ahora tiene cuatro años y no creo que lo disfrutara en absoluto. Así que, a pesar de lo mucho que me gustaría llevarlo conmigo, creo que no es algo que le vaya a interesar. Hay demasiadas esperas. Y, obviamente, él no estaría tocando sobre el escenario, que es esa hora de emoción que compensa todo el resto de cosas de una gira.

Además de la pandemia, has pasado recientemente por otras dos experiencias que pausan las cosas: la maternidad y un cáncer de mama. ¿Te planteas la profesión de otra manera ahora?

Sí, totalmente. Antes de que naciera mi hijo hacíamos giras muy largas, quizá seis semanas en la carretera. Ahora no, no creo que pudiera estar alejada de él tantísimo tiempo. Así que hacemos dos o tres semanas y volvemos a casa, y después nos volvemos a ir. De hecho, este disco es la primera vez que volvemos a girar de verdad desde que nació, porque con el anterior, como me diagnosticaron el cáncer, tuvimos que cancelar un montón de fechas. Así que esto es un poco volver a como solían ser las cosas, aunque con más descansos. Y, para ser sincera, me provoca un poco de ansiedad. Pero intento pensar que si tuviera un trabajo de nueve a cinco no lo vería tanto como lo veo. Así que, a pesar de que siento como un drama estar alejada un par de semanas cada vez, sé que compensa porque cuando estoy en casa estoy con él todas las horas.

“El cambio es la única ley” es el credo de “News Of The Universe”. ¿Sientes que tu vida se rige por esa norma?

Totalmente. Ser madre y tener que renunciar a mi ego. Acabar el proceso y tener un cáncer. Fue el mismo tipo de lección con ambas experiencias. Y básicamente es: deja que las cosas pasen, renuncia al control. Me tuve que acostumbrar a la idea de que las cosas cambian y no siempre puedes controlar la dirección en la que van. Cuando eres más joven tienes esta fantasía de que posees todo el tiempo del mundo y de que todas las opciones están abiertas. Y, de pronto, cosas como la maternidad o la enfermedad te hacen despertar al hecho de que no, no tienes el control de las cosas. Una lección difícil, pero también liberadora.

Recientemente se ha publicado un estudio que demuestra que el cerebro de las mujeres cambia físicamente durante el embarazo y la maternidad para ser más eficiente con esas tareas. ¿Has notado cambios en tu creatividad?

Creo que el cambio más grande para mí ha sido una expansión de la empatía. El hecho de tener que poner siempre las necesidades de otra persona por delante de las mías. Eso me ha hecho ver el mundo entero con otros ojos, percibo a las personas de otra manera. Creo que la forma en la que amo a mi hijo es tan absoluta que eso me permite tener más paciencia con el resto de la gente.

Hasta ahora estabais publicando vuestros discos con Hardly Art, pero con este trabajo habéis ascendido a la compañía madre, Sub Pop. ¿Qué ha cambiado?

Mmmm… creo que nada. Hardly Art está gestionada por Sub Pop y son exactamente las mismas personas menos Matt (Kolhede), que se encarga de Hardly Art exclusivamente. Aunque, claro, es un sello más establecido. Y, personalmente, siempre fue un sueño poder publicar algo en Sub Pop, porque muchísimos discos que amaba mientras crecía salieron con ellos.

En discos anteriores habéis trabajado con productores de mucho renombre como Ty Segall o Dan Auerbach ¿Qué estabais buscando en “News Of The Universe” para elegir a Maryam Qudus?

Fue una cuestión de suerte. Cuando empezamos a trabajar con ella, pensábamos que simplemente íbamos a grabar unas maquetas. Yo acababa de recuperarme de mi operación y habíamos cancelado tantas fechas que nuestro mánager nos dijo “deberíais juntaros, componer algo y grabar algunas demos”. Fue una manera de mantenernos activas en una época en la que se suponía que teníamos que estar en la carretera pero no podíamos. Así que probamos con Maryam porque estaba en Oakland, cerca de donde vivo en California, y parecía una persona interesante. No sabíamos demasiado sobre ella, pero no le dimos demasiadas vueltas porque era solo para unas maquetas. Pero en cuanto llegamos allí nos enamoramos de la conexión que había con ella, lo fácil que era trabajar juntas. Estábamos en la misma onda y la colaboración tenía algo de mágico. Así que pensamos: “Oye, para el disco deberíamos volver con ella” y, esta vez sí, hacer un álbum.

¿La Luz es una democracia? Hablas de la toma de decisiones en plural.

Sí, un poco sí. En decisiones como esa lo suele ser. Y en otras creo que hay un poco de mezcla, especialmente ahora que hay gente nueva en la banda. Antes había un par de personas que llevaban más de diez años, pero ahora es muy evidente que yo soy el miembro que más tiempo lleva. Y aunque aún tomamos muchas decisiones juntas, también tengo la sensación de que todo el mundo me mira a mí para responder ciertas preguntas.

Y, volviendo a Maryam, ¿fue amor a primera escucha? No es normal que el productor de un disco de pronto se convierta en un miembro del grupo al que graba.

Cuando Alice, después de grabar, decidió que no quería girar y dejó La Luz, la primera persona con la que hablé fue con Maryam, porque pensé que conocería a un montón de teclistas como productora que es. Y en vez de recomendarme a nadie, me dijo: “Creo que me gustaría hacerlo a mí”. Me pilló por sorpresa, porque pensé que estaría demasiado ocupada como para algo así. Y quizá lo está, no sé cuánto tiempo vamos a tenerla con nosotras. Pero me siento muy afortunada de poder contar con ella en esta faceta ahora mismo.

He oído que la experiencia de estar solo mujeres en el estudio os ha resultado muy satisfactoria.

Fue todo taaaan fácil... No estoy diciendo que todos los hombres sean unos egomaníacos, pero, ¿sabes?, hemos trabajado por lo menos con un par que... Normalmente trabajas con un productor que está establecido. Según mi experiencia, aunque hay un montón de mujeres productoras, los que se han hecho un nombre son hombres. Y cuando trabajas con un tío famoso hay como un baile alrededor de su ego, y te preguntas: “¿OK, quién está al mando? ¿Las ideas de quién prevalecen si hay un desacuerdo? ¿Se va a ofender si no sigo su consejo?”. Con Maryam no existía esto. Y algo que he observado con La Luz es que, cuando quitas a todos los hombres y solo quedan mujeres, hay una especie de confort. Trabajamos con hombres cada cierto tiempo, hemos tenido técnicos de sonido a los que amamos y hay hombres importantes para el grupo. Pero, si es posible, intentamos ser solo mujeres porque parece que hay un ambiente más relajado.

¿También vuestro mánager es una mujer?

No, no lo es. Tuvimos una mánager que era mujer una vez y, honestamente, probablemente tenía un ego más grande que todas nosotras juntas. Así que no es que siempre haya una diferencia tan clara entre géneros, pero a menudo sí.

Volviendo al disco, “Reaching Out To The Sun” suena casi religiosa.

Sí, es que hay una canción a capela que siempre me ha encantado, “Our Prayer”, y la tenía en mi cabeza. Esa fue mi inspiración. Y se la di a Alice y Lena y básicamente la completaron con MIDI en un ordenador. Me encanta que sea la introducción, porque el escuchar nuestras tres voces juntas armonizando cuando es el último disco en el que ellas dos participan me parece especial y dulce.

Esas armonías me recuerdan, no sé si los conoces, a un grupo shoegazer británico que en los primeros noventa sacó unos discos maravillosos, Lush.

No los conozco, pero la verdad es que su nombre ha salido ya en varias ocasiones en entrevistas hablando de este disco, así que debería. ¿Me recomiendas alguna canción concreta?

“For Love”, “Nothing Natural”… El disco “Spooky” entero…

Me lo apunto.

¿Dirías que el disco ha surgido del miedo a morir?

No solo del miedo a morir, sino de muchos pensamientos sobre la muerte que no siempre están basados en el miedo. Al principio probablemente sí lo estaban, pero conseguí llegar a una relación más relajada con el concepto mientras navegaba por el trauma de la diagnosis de mi cáncer. Que, la verdad, no era tan malo como el de mucha otra gente. Pero hubo un período, un período muy largo desde el diagnóstico, en el que yo no sabía cómo de grave era y qué podía esperar. Y ese período me cambió. Estaba sometida a tal estrés… Nuestro sistema médico americano no es que sea muy bueno, y yo solo quería lograr ayuda. Simplemente quería conseguir un médico y me estaba peleando contra el sistema para hacerlo. Así que fue una época en la que tuve que terminar con un montón de cosas que sentía que no eran buenas para mí. Dejé de mirar las redes sociales, de leer las noticias, de hacer planes. Y entonces, a partir de ahí, fui capaz de reconstruirme de una manera más saludable. Y acabo de llegar a ese punto en una entrevista en el que me he perdido. ¿Cuál era la pregunta? (risas).

Si la inspiración de “News Of The Universe” era el miedo a la muerte, porque por otro lado es un disco muy bonito.

Creo que nuestros discos casi siempre están influidos por reflexiones sobre la muerte. El primero –“It’s Alive” (Hardly Art, 2013)– lo escribí justo tras una matanza en Seattle, un tiroteo en el que murieron varios amigos y que no dejaba de perseguirme. El siguiente –“Weirdo Shrine” (Hardly Art, 2015)–, después de que un camión nos arrollara…. Así que la muerte es algo que siempre los sobrevuela. Pero creo que la música es mi forma de exorcizar esos demonios, mi manera de convertir algo que siento como horrible en algo bonito.

¿Crees que has aprendido algo haciendo el disco?

De alguna forma estas canciones son la expresión de todo lo que he aprendido en los últimos años. Creo que tenía todo tan reciente cuando empezamos a componer que, por mí misma, probablemente no habría decidido ponerme a escribir. Acabábamos de cancelar las giras y dije: “Vale, vamos a intentarlo”. Y para mí ha sido una gran experiencia darme cuenta de que era capaz de poner palabras a un montón de cosas que aún estaba intentando entender. Y, cuando lo escucho, pienso que es exactamente lo que quería decir. Y no creo que hubiera sido capaz de hacerlo sin ese elemento de “no estamos haciendo un disco, solo son unas maquetas”. Me engañe a mí misma y eso me permitió abrirme y ser vulnerable. No sé cuál es exactamente la lección que he aprendido, pero algo ha habido. Tomamos decisiones, muchas, que podíamos no haber tomado. Cosas tan simples como juntarnos para componer en un momento tan raro. Así que quizá la lección de este disco sea esa, aprovechar las oportunidades. ∎