Aquí tenemos por fin en castellano un clásico de la literatura rock: la “biografía autorizada” de Little Richard publicada por el irlandés Charles White en 1984 y posteriormente revisada por el propio autor en las reediciones de 1994 y 2003. Que fuera autorizada no significa que se soslayen los rincones oscuros. No tendría sentido. Tampoco es una tesis “de autor”. White partió de la fascinación que sentía por Richard y lo convenció para que contara su vida desde el principio. Ante el material obtenido, decidió organizar el libro a partir del relato oral del Melocotón de Georgia.

Página a página, las palabras de Richard reviven en primera persona la historia del rock’n’roll, con puntuales aportaciones de otros protagonistas que matizan, corroboran e incluso contradicen su versión. White transcribe y ordena para desentrañar la naturaleza de un juego tan fascinante como desconcertante.

Richard desempeñó un papel determinante en la evolución del rhythm’n’blues hacia el rock’n’roll, sobre todo desde el escenario, y en 1957, cuando estaba en lo más alto, suspendió una gira por Australia y lo dejó todo para convertirse en pastor evangélico. Pero el hombre de Macon, negro, homosexual, bisexual y gran masturbador, albergaba un ego del tamaño de su tupé, y volvió al rock a principios de los sesenta para aleccionar a los blancos británicos que iban a revolucionar la música.