Retrato de Aphex Twin por Weirdcore.
Retrato de Aphex Twin por Weirdcore.

Informe

Olvídate de Halloweird: música que desata el miedo de verdad

El verdadero terror no siempre se maquilla de payasos fúnebres o satura los amplificadores de distorsión hasta hacer sangrar los tímpanos. El diablo está en los detalles. Del ethereal goth al horrorcore y, por qué no, al reguetón, repasamos algunos movimientos que dan pavor del bueno. Lo rematamos todo sin martillo, pero con una escuadra abrupta con variopintos representantes.

31. 10. 2024

Hoy buscamos la oscuridad absoluta. Si tus expectativas de sentirte genuinamente perturbado como en un concierto de Crystal Castles no eran muy altas, este no es tu sitio. Las canciones que escuchamos para escapar de una realidad cada vez más inquietante se han convertido en el acompañamiento perfecto para proyectar nuestras propias pesadillas. Aphex Twin sabe mucho de esto. La simple opción de que una banda, más allá de su puesta en escena o vestuario, embrutezca al oyente y sea capaz de aportar una sensación de intensidad, desolación o aprensión a una letra o una melodía es clave para catalogarla más allá de Halloweird. Ahora lo vas a entender.

Los visuales de Fever Ray tienen todo lo que amamos y detestamos de Halloweird. En “Shiver”, los Amantes de Valdaro examinan el éxtasis del romanticismo en un quirófano.

Terrores peculiares

Halloweird es la combinación de “Halloween” y “weird”, usada para describir algo relacionado con Halloween que es extrañamente peculiar o inusualmente raro. Dicho esto, hay quienes viven como si existiera un Halloween perpetuo, con maquillajes de feria que parecen sacados de una mala película de terror de los ochenta y disfraces que ya no asustan ni a un crío de guardería. Básicamente no te vamos a hablar de Lordi, Kiss o Misfits. Ni de movimientos gore como el clockwork punk, el funeral doom o el vampiric black metal. Lo sé, no te suenan, pero puedes deducirlo. El psychobilly posiblemente sea nuestra pantomima favorita, pero se queda fuera igualmente. Lady Gaga y Stella Maris también salen de la ecuación. Para sus fans están bien, siguen el juego y lo mantienen todo el año, pero seamos sinceros, no es ahí donde está el lado más tenebroso. Bueno, a veces sí, pero el miedo que cala hondo no necesita siempre de máscaras ni alaridos. A veces es solo tristeza y otras te causa grima. Si aún tienes dudas, te animamos a escuchar lo que sigue a continuación en la penumbra y con tus auriculares. Recibamos la penitencia de Dario Argento con “Profondo rosso”, de Goblin. Lamentablemente, las bandas sonoras de películas de terror quedan fuera de esta selección, pero lo compensamos con la banda crooner turca She Past Away y su oda al cine mudo.

“İnziva”, de She Past Away, obtiene su instante de gloria espectral con una obra simultáneamente clásica y contemporánea.
Sin desmerecer ningún movimiento musical que se catalogue con sonidos siniestros y estética oscura, vamos a abrir la enciclopedia y a revisar algunos de ellos. Eso sí, abandonando barbaridades. Sin más explicaciones, dejamos atrás aquellos etiquetados bajo el antisemitismo o la supremacía aria, aunque el auténtico estremecimiento también lo reflejen temas relacionados con la cultura de resistencia, como el narcotráfico. Este rap brasileño, “AK do flamengo”, interpretado por Borges y FLACKO, aborda la vida en la favela y el crimen, y te pone auténtica piel de gallina. Puede que algunos géneros que vislumbremos a continuación no los consideres espeluznantes por definición o que haya grupos que transiten por diferentes cielos tenebrosos al mismo tiempo, pero seguro que encuentras la oscuridad en todos ellos.

Más allá del metal

El avant-garde metal surgió como un término paraguas para un montón de bandas que decidieron incorporar elementos nuevos e innovadores al metal. Muchas se quitaron la pintura de cadáveres, arrojaron sus guantes con púas a un fiordo, se pusieron serios y dejaron de sentirse acosados por el uso de la experimentación. El metal de vanguardia está influenciado por el rock progresivo y el metal extremo y puede conocerse también como avant-metal, metal experimental, art metal y experimetal. King Crimson están considerados pioneros, aunque “Into The Pandemonium” (1987), del influyente grupo suizo Celtic Frost, se considera el primer disco en ser etiquetado específicamente como avant-garde metal. Aquí puedes descubrir algunas de sus bandas más imprescindibles pero no obligatoriamente terroríficas. Nosotros queremos llevarte por el inusitado mundo de Locrian, Thy Catafalque, Liturgy, los incombustibles Voivod, que son coetáneos de Celtic Frost, Oranssi Pazuzu, los emblemáticos post-drone-rockeros japoneses Boris o Triptykon, el grupo fundado por Tom Warrior después de dar carpetazo a Celtic Frost.

“Mindenevő”, de Thy Catafalque, es un festín para los metaleros sedientos de sangre con insaciable apetito de destrucción.

Dolor a paso lento

No es un movimiento musical en sí, pero el sadcore podría definirse como música por y para deprimidos, con un efecto hipnótico que te retuerce peligrosamente si se reproduce en bucle durante horas. Caracterizado por letras melancólicas y un ritmo lento que le da al género su otro nombre, slowcore, hoy ha ganado una enorme popularidad entre los jóvenes gracias al trabajo del prolífico y plurinominal Liam McCay (especialmente bajo su apelativo sign crushes motorist) o a Bonjr. Thom Yorke o Cigarettes After Sex tendrían cabida dentro del amplio espectro de este subgénero que nos lleva a pioneros como Galaxie 500, Codeine, Red House Painters, Duster o Low cuando rastreamos sus raíces.

En esta demo de “I’m So Sorry”, de sIgn crushes motorist, todo se torna gris, convirtiéndose en un eco sombrío de insuficiencia.

Estamos flotando en el espacio

¿Teclados que flotan en el aire y guitarras que susurran secretos del más allá? El ethereal wave florece como el primo oscuro y melancólico del dark wave, el synthpop y el rock gótico. También se conoce como ethereal darkwave o ethereal goth. Sus letras retozan en la delgada línea entre lo cotidiano y lo surrealista, acompañadas por hermosas voces de soprano o alto que pueden llegar a ser espeluznantes, gimiendo en la distancia y creando una atmósfera onírica pero siniestra. Entre las bandas clásicas se incluye la terna formada por Cocteau Twins, Dead Can Dance y This Mortal Coil, vinculada al venerable sello británico 4AD, pero también a los norteamericanos Black Tape For A Blue Girl. Nosotros te queremos llevar por la imaginería visual más creepy de Them Are Us Too, You’ll Never Get To Heaven, el gótico contemporáneo de Esben And The Witch, Faith And The Muse o la jefa Chelsea Wolfe y su batidora dream-folk-doom.

“Whispers In The Echo Chamber”, de Chelsea Wolfe, representa su propia entidad paralítica del sueño con una voz interior que atraviesa el caos y la ansiedad.

Escalofrío industrial

El doom industrial no perdona a los débiles de corazón. Es oscuro, áspero y cuenta con una fuerte presencia de sintetizadores. Olvídate de melodías suaves, aquí el muestreo y el ruido se combinan con una ética doom tan cruda y lenta que te hiela la sangre. Aunque predominan los elementos del metal industrial, no se limita a eso. La experimentación se lanza al abismo, utilizando intensivamente elementos electrónicos abrasivos sobre guitarras más tradicionales.
Hay que remontarse a los sonidos industriales de Godflesh o los primeros Swans para encontrarlos. En esta romería por sus confines, desenterramos algunas de las asonancias y visuales más inquietantes con Author & Punisher, Haiku Funeral, Love Sex Machine y Zaraza. Si dispones de un tensiómetro en casa, tal vez quieras tenerlo a mano.

La ira de la creación arde en su revancha con el universo cósmico y profano de “Church Of Gravity”, de Zaraza.
Sexo, descomposición y metamorfosis con la hipnosis monstruosa de “Body Probe”, de Love Sex Machine.

Jinetes del apocalipsis

El apocalyptic folk consistiría en algo así como música creada por gente proclive a lo espantoso. Este término se impuso sobre la mayoría de los artistas de la distribuidora World Serpent –inactiva desde hace veinte años, hizo circular trabajos de pioneros neofolk como Death In June– y sobre cualquier melodía que se atreviera a sacudirse el polvo de la era “Thunder Perfect Mind” (1992) de Current 93. Los temas gnósticos y thelémicos a menudo aparecen en las obras de estos artistas, así como influencias del rock y el folk psicodélicos de los años sesenta.

Junto con el neofolk, más ecléctico en términos de sonido y temática, conviven en un mundo que se desmorona. Los fantasmas de la historia se revuelven en sus tumbas con canciones como las de Sol Invictus, By The Spirits, Comus o In Gowan Ring. Agüita santa que en Galicia derramamos Sangre de Muérdago.

Lo ancestral revive mientras Sangre de Muérdago y Steve Von Till (Neurosis) reúnen las almas del apocalyptic-neofolk en “Xuntas”.

Saqueo de tumbas

De esta selección, la más evidente de todas sería el horrorcore. Empezó pisando fuerte en los ochenta, cuando el hip hop decidió que ya no era suficiente con rimar sobre la vida en la calle y empezó a mirar al cine de terror en busca de inspiración. Canciones como “Diary Of A Madman”, incluida en “6 Feet Deep” (1994) de Gravediggaz –con RZA y Prince Paul en sus filas; todos firmes–, fueron el Everest del horrorcore.

Hoy nos puede parecer algo más cómico, pero no por ello menos emblemático, “A Nightmare On My Street”, de DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince, donde los protas se cruzan con Freddy Krueger. En esta lista sería un crimen dejar en el tintero a Three 6 Mafia, Tech N9ne, los pioneros Geto Boys o los humorísticos Insane Clown Posse (cuyos fans se reúnen en Ohio anualmente), el mismísimo Eminem o Sematary fusionando géneros en la actualidad. Esham llamó a su música acid rap, solo para distinguirse de otros raperos hardcore y horrorcore. Doble aplauso a sellos como Psychopathic Records o Psycho+Logical-Records, que llevan esta música con orgullo. También en plena era streaming, cada Halloween se lanzan nuevas entregas de la mixtape gratuita de horrorcore “Devilz Nite”.

“Dead Body Disposal”, de Necro, cuenta con una versión actual de Peter Greene y de cómo deshacerse de un cadáver.

Otras dimensiones del perreo

Sanseacabó. Hablemos del perreo y el escalofrío que recorre nuestra columna vertebral con algunos de sus apoderados. ¿Hay algo más aterrador que prometer la juventud eterna? La amenaza más genuina es el despertar de la conciencia crítica. Isabella Lovestory cuestiona la obsesión física y nos hace recapacitar.

“Botoxxx”, de Isabella Lovestory, es un contraste entre belleza y monstruosidad y cómo ambas se necesitan mutuamente.
Hasta aquí, bien. Pero llegados a este punto, seamos francos y adoptemos el enfoque de nuestra sección viral. ¿Y el “Baño de María” de CA7RIEL & Paco Amoroso? Puede que alguno considere que hay mucho que calentar o recalentar en ese caldero mágico que tienen por jacuzzi en “LA QUE PUEDE, PUEDE”, pero aquí nadie queda exento de la depresión que sigue al éxtasis por mucho párroco que los redima. También os hablamos anteriormente del trío esotérico Meth Math y todo lo que los vincula a sus canciones de perreo satánico. Para dejar por fin este mundo igual de gore, démosle los honores a Yajaira La Beyaca, que tiene apodo de estar a punto de montar un aquelarre. ¿Crees que da miedo? Dale al play, que ella te lo confirma.

Yajaira La Beyaca en “VNK3K” lo tiene claro: con kilos de cadenas, el sufrir es su condena. Perreo y aquelarre.

Brujería indie rock

Acabando ya con el conjuro, revisemos cómo el terror menos ortodoxo puede provenir de lugares inusuales como el grunge o el indie rock. Escucha “Polly”, de Nirvana, que narra la angustiante historia de un secuestro. O “Pumped Up Kicks”, de Foster The People, cuya melodía pegajosa contrasta con la inquietante letra que describe la mente de un joven. Ambos temas te acercan a un horror mucho menos convencional que un Marilyn Manson frustrado.

Si nunca habías experimentado esa sensación extraña e inmersiva de que algo no va bien, aunque no sepas exactamente qué, esperamos haberlo conseguido. En general, el universo está lleno de buenas intenciones con grupos que fructifican con canciones para Halloween, desde Sonic Youth a Lou Reed o a la mismísima Phoebe Bridgers. A ellos se lo perdonamos todo. Aquí 15 canciones escalofriantes y ligeras para esta temporada seleccionadas por nosotros. Y para cerrar con un último escalofrío, es hora de despedirnos con la carismática, divertida, inestable y aterradora Jenny Hval. Si tienes tiempo para un ponche de sangre de vampiro, no le quites el ojo a sus visuales. Ella representa a la perfección todo lo que hemos visto más allá de Halloweird… ∎

Jenny Hval utiliza el personaje de “Female Vampire” para explorar el deseo y cómo podemos olvidarnos de nosotros mismos ante su atracción.

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