Libro

Britney Spears

La mujer que soyPlaza & Janés, 2023

12. 12. 2023

Britney Spears (McComb, 1981) ha tenido no pocos momentos de rabia femenina rayana en lo punk como reacción a la luz de gas colectiva sufrida a manos de la sociedad. Entre filtraciones, declaraciones sacadas de contexto y cotilleos de patio de vecinos, estas memorias tituladas “La mujer que soy” (“The Woman In Me”, 2023) podrían haberse interpretado como otra peineta, como una dulce venganza, como su manera de antagonizar a la industria del espectáculo y victimizarse con un pasado tumultuoso. Pero estas páginas muestran a una mujer aún recuperándose del trauma, intentando encontrar su lugar en el mundo, mirando hacia atrás sin ira.

“La mujer que soy” no deja ningún tema sin tocar: una historia de violencia familiar que parece sacada de una novela de terror sureño, sus inicios como presentadora de ‘El club de Mickey Mouse’, el despertar de su sexualidad a los 14 años, toda la verdad sobre el romance con Justin Timberlake y, claro, cómo aquella tutela legal de más de una década hizo añicos su salud mental. Una pesadilla muy real ejecutada por un padre que la obligó durante dos años a comer pollo y vegetales enlatados, que llegó a decir que “él era Britney Spears”, que la privó, en fin, de los derechos humanos más básicos.

Hay detrás de estas páginas negras, con todo, una calidez, franqueza y humanidad poderosas arrojando luz sobre la persona que hay detrás del personaje, tornándose la lectura en un potente testamento sobre la resiliencia y la necesidad de encontrar coraje cuando lo creías todo perdido. Pero más allá de los chismes y las escenas entre bambalinas (no esperes que te cuente de primera mano los secretos mejor guardados del rodaje del videoclip de “Toxic”), “La mujer que soy” es también una lección muy necesaria, una historia de advertencia para una sociedad que creemos que ha avanzado desde que Britney saltó a la fama, pero que aún tiene mucho que aprender.

En sus 42 años recién cumplidos, Britney Spears ha tenido que lidiar con monstruos de tamaños pantagruélicos. Sería fácil señalar como culpable a Justin Timberlake, el novio famoso que le rompió el corazón, le puso los cuernos repetidas veces y la animó a abortar con tal de que un crío no pusiese trabas a una carrera que estaba a punto de ascender a la estratosfera. O también a su abusivo y alcohólico padre, que se enriqueció a su costa sometiéndola a una asfixiante curatela legal. Pero nadie debería equivocarse: lo peor a lo que Britney se ha tenido que enfrentar es la prensa y una sociedad escrutadora que se cree juez, jurado y verdugo, y con algún tipo de derecho sobre ella. Ojalá estas memorias sirvan para reparar los errores del pasado, para hacernos mejores. ∎

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