Es Peter Strickland uno de los cineastas que barren por completo los restos de una vieja contienda que, por increíble que parezca, todavía se reactiva de tanto en cuanto disfrazada de otra cosa. Es el eterno (y elitista) conflicto entre el cine de autor y los géneros puros, algo que cuando parece más que superado renace bajo etiquetas peyorativas como la del “terror elevado”.

En el caso del cineasta británico, director de las extraordinarias “Katalin Varga” (2009) y “Berberian Sound Studio” (2012), esa división del cine en dos bloques que solo se funden cuando alguien autorizado lo decide es inexistente. Básicamente, porque el código genético de sus películas no sólo lo abarca todo, sino que iguala –con suma naturalidad y sin sombra de cinismo o distancia irónica– las inspiraciones e influencias más selectas y las más populares.

En mayor o menor medida, eso sucede en todos sus filmes. Pero es “In Fabric” (2018; Movistar+, 2021) la película en la que sublima su visión del cine como espacio en el que toda combinación es posible: sin ese juego de distintos y contrarios todo dejaría de tener sentido.

Articulada en torno a una premisa de terror de serie B, la existencia de un vestido maldito que altera la vida de quien se lo pone, la película de Strickland –con banda sonora firmada por Cavern Of Anti-Matter– es un cruce genérico (terror, comedia negra, fantasía) que absorbe sus referentes de una forma muy interesante. Las inspiraciones, entre las que el giallo y el cine de Jesús Franco siguen ocupando un espacio privilegiado, fluyen de forma orgánica, sin que el filme se convierta en un sofisticado pero simple pastiche referencial. Y es así porque el director, al contrario de lo que suele ser habitual, no acompaña el guiño del elogio, no tiene la necesidad de explicarse en cada imagen como fan y/o cineasta (otra cosa es su discurso externo).

Es cierto que puede verse en “In Fabric” un amago de sátira del capitalismo, pero es injusto poner el foco en eso ante semejante torbellino de imágenes fantásticas deslumbrantes, perversiones originalísimas de planteamientos narrativos comunes y brillantes fogonazos de un humor negrísimo que muchas veces se sostiene en lo visual. ∎