Javier Padilla Moreno-Torres (Málaga, 1992) logró el Premio Comillas con “A finales de enero. La historia de amor más trágica de la Transición” (2019), inmersión en la España de finales de los sesenta y el movimiento estudiantil antifranquista, con Enrique Ruano, asesinado en enero de 1969 mientras se encontraba bajo custodia de la Brigada Político-Social (según la versión oficial “se arrojó por la ventana del séptimo piso de la comisaría”) como figura central.

Padilla regresa a esos años grises desde un enfoque distinto: ahora se trata de desmenuzar el nacimiento de la contracultura andaluza, con epicentro en Sevilla. Y lo hace desde una perspectiva tan particular como efectiva: tomando como punto de partida el “Jusep Torres Campalans” (1958) de Max Aub –biografía ficticia del pintor del mismo nombre, artilugio referencial de la no ficción española–, Padilla nos lleva de la mano de Gabriel Maceli Campalans, quien, en los últimos años de su vida, le relata a su nieto Juan sus recuerdos de juventud como músico en The Campalans, una de las (supuestas) bandas que plantaron el germen del llamado rock andaluz.

Realidad y ficción se cruzan en un relato fascinante que nos transmite el asombro ante las primeras guitarras eléctricas y amplificadores, la excitación de los discos que arribaban desde las bases norteamericanas, la fascinación por el movimiento hippy estadounidense y la vida alternativa en garitos y parques sevillanos.

Desfilan por “Vida y obra de Gabriel Maceli Campalans”, entre muchos otros y otras, The Storm y Smash, Gonzalo García-Pelayo y Silvio, Nazario y Diego del Gastor, Imán y Ricardo Pachón, Paloma “Palmolive” Romero, Gualberto, Kiko Veneno y Javier García-Pelayo, piezas de un puzle que va conformando según pasan las páginas el retrato sociológico de un momento histórico que, al margen de los polos de atracción de Madrid y Barcelona, plantó las semillas de una forma de vivir alejada del relato oficial de la época.

Plagado de anécdotas, jugosas notas a pie de página, entrevistas con supervivientes de la época (ver el apartado “Documentación”), culto e irreverente, estrujando el hilo entre los hechos reales y los imaginados, el libro –que sin duda aprobaría (o no) el señor Aub– es un maravilloso híbrido sobre los vericuetos de una hermosa utopía que terminaría arruinada con la muerte del dictador y el lavado de cara de la transición: el periplo vital de Maceli, que acaba como funcionario en Bruselas en los túneles burocráticos de la Unión Europea, es el mejor réquiem sobre una época irrepetible que Padilla ha sabido recrear en un volumen eléctrico, gozoso, sensacional, portentoso. Imprescindible. ∎