Libro

Stephen Davis

Please Please Please Tell Me Now. La historia de Duran DuranLibros Cúpula, 2023

04. 10. 2023

“Please Please Please Tell Me Now. La historia de Duran Duran” (“Please Please Please Tell Me Now”, 2021; Libros Cúpula, 2023; traducción de Eva Raventós) no es la biografía autorizada de la banda de Birmingham, como Stephen Davis se encarga de aclarar en las notas del autor. Aunque confiesa su admiración, en realidad este periodista estadounidense afincado en Boston no es fan y todo surge como un encargo promocional que recibe para relanzar la reunión del grupo en 2004 con sus cinco miembros originales tras dieciocho años separados. Davis ha reutilizado las entrevistas que grabó con ellos para componer un libro cuya sustancia se encuentra en las confesiones y recuerdos de sus protagonistas hasta aquel año. A partir de ahí, es casi una funcional puesta al día de sus idas y venidas hasta la pandemia de 2020.

La aventura de Duran Duran –cuyo nombre procede de la película “Barbarella” (1968) dirigida por Roger Vadim y protagonizada por Jane Fonda: Durand Durand era un científico loco artífice de un arma de destrucción masiva– nace en 1978 desde Hollywood, un pequeño pueblo contiguo a la industrial Birmingham. Dos chicos de clase media, John Taylor –bajista, descartó astutamente su primer nombre, Nigel– y Nick Rhodes –teclados, Bates en la vida real–, quieren triunfar a toda costa en el mundo de la música. Aquello de “guapos, británicos y jóvenes”, como reza en la solapa, también era aplicable al resto de componentes clásicos del grupo. Tras una sucesión de descartes minuciosamente contabilizada por Davis, fueron integrándose por este orden Roger Taylor –batería, sin parentesco con John–, Andy Taylor –guitarra, segunda casualidad cósmica– y Simon Le Bon –cantante, letrista, estudiante de actuación y bailarín del tipo rompiendo toda la vajilla–.

Para Davis, los ochenta, la época “imperial” de la banda, fueron tan suyos como de Margaret Thatcher, Ronald Reagan o “Corrupción en Miami” (Anthony Yerkovich, 1984-1990). Como para no sentir el subidón. No dice que la serie protagonizada por Don Johnson pudo inspirarse en la imagen de opulencia y glamur que ayudaron a proyectar Duran Duran después de abandonar el inane floripondio existencial de los nuevos románticos. Movimiento del que fueron probablemente sus máximos representantes entre 1981 y 1982 con méritos propios: eran unos chicos de provincias surgidos de la sala de gánsteres Rum Runner –su romántica traducción es “contrabandista”– con fama de catetos para los finolis londinenses del Blitz.

“Please Please Please Tell Me Now. La historia de Duran Duran” llega a agotar con tanta referencia a los amoríos de Simon Le Bon y compañía. A falta de más fotos –aquí la edición es claramente rácana– podría parecer que estás leyendo el ‘¡Hola!”. También fatigan la simplicidad narrativa y de léxico o el meticuloso recuento de las giras y otros detalles de la actividad del grupo, un poco a lo ‘Smash Hits’ o ‘Súper Pop’. Pero Davis también es capaz de ponerse mordaz. La crónica rosa de una banda que empezó a codearse con la jet set del rock y la realeza británica es demasiado suculenta como para dejarla escapar, y el norteamericano no ahorra detalles. Los celos, la tendencia a lesionarse o la adicción a la cocaína de John –o de Andy–, la ruinosa afición de Nick por las obras de arte y su amistad con Andy Warhol o la obsesión de Simon por los yates que casi le cuesta la vida y su tendencia a engordar –reventó unos pantalones sobre el escenario sin ropa interior–, entre otros chismes. Al final de los años ochenta, se encontraban enfrentados y totalmente arruinados.

Las peripecias en Sri Lanka de estos chicos de costumbres turboliberales durante el rodaje de sus más famosos videoclips de la mano del director Russell Mulcahy constituyen otro momento imprescindible en el libro. Durante años, la banda fue estandarte del revolucionario canal televisivo MTV. Su participación estelar en los proyectos benéficos de Bob Geldof, cuyo recuento tampoco tiene desperdicio, no ha conseguido blanquear la imagen de tipos egocéntricos, elitistas, decadentes y autoindulgentes aficionados al lujo, las drogas y las mujeres, ahora rehabilitados aunque la cabra tire al monte. Pero tienen el mérito de haber partido de cero –tardaron muchos años en deshacerse de sus turbios mánagers–, de haber sobrevivido a largo plazo tratando de adaptarse a las modas gracias a la insistencia de Rhodes –fiel replicante de sus adorados Japan y verdadero motor del grupo– y Le Bon –cantante carismático, pero letrista confuso con ínfulas beatnik– o de haber hecho unas cuantas canciones muy buenas, además de obtener premios y varios números uno. Digamos que nunca fueron demasiado consistentes con los álbumes, dieciséis sumando el próximo “Danse Macabre” (2023), donde regresan los “fabulosos cinco” con permiso, o sin él, de los Beatles. ∎

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