Atticus Ross y Trent Reznor, perfectamente sincronizados.
Atticus Ross y Trent Reznor, perfectamente sincronizados.

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Trent Reznor & Atticus Ross: los hermanos psíquicos

El estreno este viernes de “El imperio de la luz”, de Sam Mendes, con banda sonora a cargo de Reznor y Ross, nos sirve como excusa para recorrer la rica y selecta carrera como compositores cinematográficos de este par de veteranos del rock electrónico. “La red social” adentró al líder de Nine Inch Nails y al respetado programador en una etapa de su simbiosis creativa que no ha dejado de dar resultados sorprendentes.

31. 03. 2023

Trent Reznor y Atticus Ross estaban destinados el uno al otro. Solo era cuestión de tiempo que se encontraran. Mientras sus caminos se iban acercando, el primero explotó con su grupo de rock (post-)industrial Nine Inch Nails, no digirió bien la fama y cayó en la misma espiral de autodestrucción que el protagonista de “The Downward Espiral” (1994). Mientras tanto, el segundo, al otro lado del Atlántico, ejercía como programador de Bomb The Bass o Barry Adamson y formaba un grupo electro-rock de menor repercusión que Nine Inch Nails, 12 Rounds, con su hermano Leopold Ross y su esposa Claudia Sarne.

12 Rounds publicó su segundo y último álbum, “My Big Hero” (1998), en Nothing Records, el sello cofundado por Reznor bajo los auspicios de Universal. Dos años después, Ross se trasladó a Estados Unidos, y otros dos después ya colaboraba con Reznor en su proyecto paralelo de formación mutante Tapeworm, del que no existen testimonios discográficos. Sí que podemos rastrear al británico en todos los discos de Nine Inch Nails desde “With Teeth” (2005), primero como productor, programador o diseñador de sonido; a partir de “Ghosts I-IV” (2008) también como arreglista, y desde “Bad Witch” (2018), como compositor y músico o, en otras palabras, miembro oficial. En 2009, Reznor y Ross habían formado How To Destroy Angels con la mujer del primero, Mariqueen Maandig, y Rob Sheridan, director de arte de Nine Inch Nails. 

El proyecto How To Destroy Angels, con Mariqueen Maandig (la mujer de Reznor).
El proyecto How To Destroy Angels, con Mariqueen Maandig (la mujer de Reznor).

Pero fue con las bandas sonoras cuando profundizaron realmente en su simbiosis creativa, en su forma casi telepática de entenderse y dar pie a algo superior a la suma de sus partes. “Nuestros cerebros se complementan hasta el punto de que nos acabamos las frases el uno al otro”, dijo Reznor en una entrevista con ‘The Quietus’ a raíz del score de “La red social” (David Fincher, 2010) .

Reznor ya había trabajado antes en el cine, pero no como compositor tradicional: había producido los singulares discos de “Asesinos natos” (Oliver Stone, 1994) y “Carretera perdida” (David Lynch, 1997), una especie de mixtapes en las que combinó canciones preexistentes, edits para la ocasión, algún tema nuevo y diálogos de las películas. Cuando Fincher le propuso crear la música para “La red social”, quiso contar con Ross porque era su hermano psíquico y porque aquel sí que tenía experiencia en esa área gracias a sus colaboraciones con los Hughes Brothers: el remake americano de la serie británica “Touching Evil” (Paul Abbott, 2004), el segmento dirigido por Allen Hughes en “New York, I Love You” (2008) y “El libro de Eli” (Albert y Allen Hughes, 2010), siempre del brazo de sus antiguos aliados en 12 Rounds.

Para un compositor como Reznor, en el fondo tan enamorado de los ganchos pop y la melodía, hacer música que estuviera ahí sin imponerse, que no quitara espacio al casi constante frenesí verbal impuesto por el guionista Aaron Sorkin, iba a ser el desafío de su vida. El plan era “quitarse de en medio, pero ofrecer lo suficiente para que no se hiciera aburrido ver a gente hablando de cosas en una habitación”, según explicaba él mismo en la featurette dedicada a la banda sonora en el DVD y Blu-ray del clásico fincheriano.

La música de “La red social” (2010),  “Watchmen” (2019), “Soul” (2020), “Mank” (2020), “Hasta los huesos (Bones And All)” (2022) y  “El imperio de la luz” (2022).
La música de “La red social” (2010), “Watchmen” (2019), “Soul” (2020), “Mank” (2020), “Hasta los huesos (Bones And All)” (2022) y “El imperio de la luz” (2022).

Armados de nuevos y viejos sintetizadores modulares y cajas de ritmos, siempre en busca de un sonido carnoso, con maravillosas imperfecciones, el dúo fue dando forma a una música a menudo no tan distinta del canon de Nine Inch Nails desde “The Downward Spiral”: melodías directas sobre un fondo más inasible, lleno de capas de sonido inquietantes. Uno de aquellos cruces de lo simple y lo imposible, “Hand Covers Bruise”, cautivó a Fincher hasta el punto de elegirlo para abrir la película, en un movimiento inesperado para los compositores. El director había tenido una buena intuición, como de costumbre: aquel tema dibujaba tanto la soledad como la turbulencia de Zuckerberg y aportaba una profundidad inesperada a lo que parecía una distendida historia de emprendedores juveniles.

Según contaba Reznor en la misma entrevista de ‘The Quietus’, comprobar el modo en que un score puede (re)definir una película les “recargó” y fue “una gran inspiración”. Desde entonces no han dejado de aceptar misiones, pero tampoco cualquiera de ellas. En lugar de acumular proyectos, parecen quedarse con aquellos que les permiten experimentar de alguna manera y estar en cercanía de los mejores en cada campo, ya sea el cine de imagen real o animado o la ficción serializada.

Sorprendiendo a propios y extraños, el tándem no ha dejado de dar muestras de versatilidad: en la música de “Watchmen” (Damon Lindelof, 2019) cabían desde el dance-punk hasta el jazz, el blues y el góspel; “Soul” (Pete Docter y Kemp Powers, 2020) les permitió demostrar que, además de mirar hacia el subsuelo, podían explorar el cielo y un más allá positivo; “Mank” (David Fincher, 2020) les vio investigar en la música orquestal o de big band de los años treinta y cuarenta; “Hasta los huesos (Bones And All)” (Luca Guadagnino, 2022) contiene guitarras acústicas de George Doering al estilo de Gustavo Santaolalla, con quien colaboraron para el documental “Planeta Tierra: ¿Somos historia?” (Fisher Stevens, 2016). Y en “El imperio de la luz” (Sam Mendes, 2022), el ambient luminoso de “Soul” se convierte en new age. ∎

Atticus Ross y Trent Reznor en el estreno en Los Ángeles de “Empire Of Light” el pasado diciembre. Foto: Phillip Faraone / FilmMagic (Getty Images)
Atticus Ross y Trent Reznor en el estreno en Los Ángeles de “Empire Of Light” el pasado diciembre. Foto: Phillip Faraone / FilmMagic (Getty Images)

Las bandas sonoras editadas en disco

Casi todos sus scores cuentan con edición física, casi siempre publicados por The Null Corporation, el sello fundado en 2008 por Reznor. No se localizan en vinilo ni CD los de “Día de patriotas” (Peter Berg, 2016), “En los 90” (Jonah Hill, 2018) y “Un momento en el tiempo - Waves” (Trey Edward Shults, 2019). Tampoco “Hasta los huesos (Bones And All)” ni, por ahora, “El imperio de la luz”. Pero estas ausencias quedan compensadas por la generosidad del resto de lanzamientos, en los que suelen incluirse versiones extendidas e incorporarse temas originales para dar forma a algo más parecido a un redondo álbum de música experimental que a una banda sonora al uso.

The Social Network

> The Null Corporation, 2010

La emblemática “Hand Covers Bruise”, con su frágil melodía de piano unida a un drone inquietante, apunta ya a la clase de contraste más habitual en el trabajo del equipo. Pero igual que en la película de Fincher no todo es soledad ni turbulencia, el score tiene también momentos de propulsión analógica bastante ochentas o incluso partes electro-rock; no cuesta imaginar la voz de Reznor sobre “Intriguing Possibilities”. Lo más inesperado, por otro lado: esa revisión de “En la gruta del rey de la montaña”, de Edvard Grieg, en clave Wendy Carlos, para la escena de la Real Regata de Henley. Les valió su primer Óscar a la mejor banda sonora.

The Girl With The Dragon Tattoo

> The Null Corporation, 2011

Triple disco, 173 minutos de música, un cuarto de hora más que la película: ¿Quién da más? Nadie en ese año de bandas sonoras, pero esta vez, al contrario que con “La red social”, el Óscar se les resistió. De nuevo, melodías sencillas se entrecruzan con sonidos extraños, pero esta vez las texturas y ambientes son de aún mayor frialdad. El fuego lo pone una versión de “Immigrant Song”, de Led Zeppelin, con Karen O al frente. Otro cover cierra los fastos: “Is Your Love Strong?”, de Bryan Ferry, a cargo de How To Destroy Angels.

Gone Girl

> Columbia, 2014

De nuevo para Fincher y de nuevo una enorme banda sonora, en más de un sentido: doble CD y casi hora y media de música. Toda ella brillante, desde el inicio falsamente sereno con “What Have We Done To Each Other?” hasta el terrorífico corte oculto, “Consummation (Reprise)”. La principal novedad de su arsenal instrumental es la orquesta, que saben arrastrar a su particular terreno amenazador. Que a veces se convierte en puro terror: véase el uso de sonidos guturales de forma rítmica en “The Way He Looks At Me”.

Before The Flood

> Lakeshore, 2016

Este documental de Fisher Stevens sobre los desafíos del cambio climático permitió a Reznor y Ross seguir cultivando, claro, la inquietud, pero también el sentido de la maravilla. Esta vez quisieron repartirse el trabajo con Gustavo Santaolalla y Mogwai, con los que no dejaron de intercambiar ideas y, en el caso del argentino, hasta grabaron algún tema conjunto de forma remota. La canción que cierra la película, “A Minute To Breathe”, era una oportunidad para escuchar a Reznor en un registro casi tierno. No todo en la vida es oscuridad.

The Vietnam War

> The Null Corporation, 2017

Otra banda sonora de documental, en este caso la monumental crónica de Ken Burns y Lynn Novick del conflicto de Vietnam. Cuando Reznor y Ross pidieron a los directores una lista de marcos emocionales sobre los que trabajar, recibieron un puñado de conceptos ligados a la tensión y el miedo. Terreno familiar en el que tratan de probar cosas curiosas, como procesar grabaciones de morteros y helicópteros para usarlas como puntos de partida rítmicos. El score sigue bastante la onda de lo grabado hasta entonces para Fincher y, de hecho, en la docuserie sonaron también partes reelaboradas de “La red social” y “Millennium. Los hombres que no amaban a las mujeres” (2011), o de algunos cortes de Nine Inch Nails.

Bird Box / Null 09 Extended

> The Null Corporation, 2019

Quizá la peor película a la que Reznor y Ross han prestado su talento, “A ciegas” (Susanne Bier, 2018) solo era levemente inquietante gracias a la labor de los músicos. Incapaces de entregarse solo a medias, dieron nuevamente todo, aunque eso supusiera trabajar en hoteles entre rato y rato durante su gira por Norteamérica “Cold And Black And Infinite” (2018). Este cuádruple vinilo incluye tanto la sugerente banda sonora como otras exploraciones surgidas durante aquellas, al parecer, intensas sesiones.

Watchmen. Vol. 01, Watchmen. Vol. 02, Watchmen. Vol. 03

> The Null Corporation, 2019

Tres volúmenes publicados en digital y gloriosos, singulares vinilos, cada uno de ellos con un aspecto muy peculiar: una falsa reedición de los ficticios Sons Of Pale Horse, la banda sonora de la serie-dentro-de-la-serie “American Hero Story. Minutemen” y un álbum llamado “The Manhattan Project” de unos tales (The) Nine Inch Nails, igual que se les llamaba en la última “Twin Peaks” (David Lynch, 2017). Los hallazgos son incontables: desde esa “Nun With A Motherf*&*ing Gun” como diseñada con una imposible remezcla de DFA en mente hasta las versiones para piano de “Life On Mars?” (David Bowie) o, disfrazada con el título de “No Rhythm”, “Careless Whisper” (Wham!), pasando por incursiones jazz, blues y góspel.

Soul

> Walt Disney, 2020

En la aventura existencial de Pixar, el dúo se encargó del plano espiritual mientras Jon Batiste buscaba las composiciones jazz y los arreglos del ámbito más terrenal. La edición más conocida de la banda sonora alterna entre ambos mundos y cuesta un poco escucharla del tirón. Mejor buscar el vinilo dedicado exclusivamente a la parte de Reznor-Ross, un ejercicio de sorprendente luminosidad a caballo entre la electrónica naíf y el ambient más luminoso e incluso beatífico, como en “Enjoy Every Minute”, (menos de) un minuto que parte en dos.

Mank

> The Null Corporation, 2020

Si alguien nos hubiera dicho en los noventa que Trent Reznor acabaría componiendo foxtrot, nos habríamos partido de risa. Pero eso, además de música orquestal y de big band, es lo que necesitaba Fincher para su película sobre el Hollywood de finales de los años treinta. Debe ser lo más colaborativo grabado por el dúo hasta la fecha: el veterano Conrad Pope (John Williams, Danny Elfman, James Newton Howard) se encarga de orquestaciones y arreglos; los arreglos de big band y foxtrot son de, respectivamente, Dan Higgins y Tim Gill; los músicos participantes son casi cuarenta. Los hermanos psíquicos son aquí familia creativa numerosa. ∎

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