Álbum

Hamilton Leithauser

This Side Of The IslandGlassnote, 2025

17. 03. 2025

Todos tenemos ese amigo que ha cambiado con los años. Sigue siendo el mismo de siempre, con el brillo en los ojos intacto, pero con menos certezas y más nostalgia a cuestas. Hamilton Leithauser está en ese momento: más sabio, pero con ese puntito de descontrol que le impide volverse predecible. Ocho años y tres presidentes después, da forma a “This Side Of The Island”, un álbum que se empezó a gestar en la era Obama y donde el paso del tiempo se percibe tanto en su madurez como en su espíritu libre.

Como vocalista de The Recoys y luego de The Walkmen –con los que volvió a la carretera en 2023 tras una década de parón–, Leithauser fue puliendo este álbum entre conciertos y vuelos transatlánticos. Recordemos, no obstante, algunos hitos de su carrera. Debutó en solitario con “Black Hours” (2014), seguido de su colaboración con Paul Maroon en el EP “I Could Have Sworn” (2015) y el álbum “Dear God” (2015). Compuso la banda sonora del cortometraje documental ganador del Óscar “Heaven Is A Traffic Jam On the 405” (Frank Stiefel, 2016) y lanzó “I Had A Dream That You Were Mine” (2016) junto a Rostam Batmanglij, ex-Vampire Weekend. “The Loves Of Your Life” (2020) lo llevó a explorar historias urbanas, mientras que amplió su faceta como compositor con la música para “The Last Movie Stars” (Ethan Hawke, 2022), la serie documental sobre Paul Newman y Joanne Woodward.

Ahora, en “This Side Of The Island”, el artista washingtoniano lo estira todo al máximo, convirtiendo esos destellos fugaces de adrenalina en un estallido controlado de energía. Con Aaron Dessner (The National) y Anna Stumpf como cómplices en la producción, la guitarra eléctrica vuelve a tomar protagonismo, marcando el pulso de un álbum que irradia esa rara combinación de alegría, auténtica poesía y ambición artística. La chispa de la añoranza prende desde el primer acorde de Fist Of Flowers”, que se cuela como un mantra pegajoso con versos como “God, I wish you were here with me” o “Maybe you’re lost / Or maybe you’re free”. Pianos de taberna, percusión de otra época y un Leithauser en plena forma. Burn The Boats”, por su parte, sigue esa línea eufórica, con un ritmo propulsado por una percusión casi tribal y un estribillo de doo-doo-doo que emana de influencias como Funkadelic o del corte “Sound And Vision” de “Low” (David Bowie, 1977). Describe la sensación de estar en una fiesta, enamorarte de alguien y darte cuenta de que lo único que quieres es irte a casa con esa persona.

Ocean Roar” mete un saxo que parece escapado de una banda de jazz callejera y una letra que salta en el tiempo de forma errática: de fumar puros con Richard Swift en Wilshire Boulevard a un cementerio en Montreal bajo LSD o hasta aterrizar quince años después en el 40º cumpleaños de Leithauser en Bedford-Stuyvesant. Mientras, en “Knockin’ Heart”, la canción que más recuerda a su pasado con The Walkmen, la imagen de “higher than the peaks in the skyline, just blazing all the way home tonight over you” transmite la intensidad de un sentimiento que arde sin apagarse y subraya la delgada línea entre la pasión y el acoso. Con una ejecución arrolladora y una entrega vocal desbordante, este tema se convierte en uno de los momentos más viscerales y magistrales del álbum.

En What Do I Think?”, Leithauser lanza un lamento generacional: “Kids today / They got everything wrong / But that’s, that’s another story for another song”, reflexionando al compás del xilófono y las trompetas, sobre un mundo cada vez más fragmentado y difícil de descifrar. Por su lado, en “Off The Beach” el ritmo se ralentiza ligeramente para dar paso a una melodía más estilizada que avanza con un compás tranquilo similar al “On The Beach” de Neil Young. Pero si esta se desarrolla como la canción más amable del disco, en “I Was Right” todo parece ir a golpes con notas que se disparan de forma entrecortada.

La obra se aproxima a su recta final con el espejismo de felicidad pasajera de “Happy Lights”, en una estructura que se tambalea como una noche de fiesta que no acaba de encontrar su término. Y entonces comparece “This Side Of The Island, la canción que da título al álbum y que cierra el círculo con una de las mejores letras que ha escrito:“This side of the island is built out of trash / Our love and our city were built to collapse”. Es un cierre tan hermoso como devastador.

En definitiva, en “This Side Of The Island” hay momentos de exuberancia descarada, donde los vientos y las cuerdas parecen desbordarse, jugando con la urgencia de las murgas, la elasticidad del jazz o el glam, y una cierta estridencia que, lejos de ser molesta, se siente como una sacudida necesaria. No es un viaje tranquilo, pero merece la pena. Hamilton Leithauser: te acompañamos. ∎

Contenidos relacionados

Los Ganglios

Peruguay
ÁLBUMES / Por David Saavedra → 17.03.2025

Alabaster DePlume

A Blade Because A Blade Is Whole
ÁLBUMES / Por Salvador Catalán → 17.03.2025

TOKiMONSTA

Eternal Reverie
ÁLBUMES / Por Marta España → 14.03.2025

Ichiko Aoba

Luminescent Creatures
ÁLBUMES / Por José Manuel Caturla → 14.03.2025

Dean Blunt & Elias Rønnenfelt

lucre
SINGLES / Por Diego Rubio → 14.03.2025

The Limiñanas

Faded
ÁLBUMES / Por Ramon Súrio → 13.03.2025

Grande Amore

III
ÁLBUMES / Por Jesús Rodríguez Lenin → 13.03.2025

Marie Davidson

City Of Clowns
ÁLBUMES / Por José Manuel Caturla → 13.03.2025

Baths

Gut
ÁLBUMES / Por Diego Rubio → 12.03.2025

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión