Los daneses miran en sus cajones y le quitan el polvo a una docena de canciones perdidas del período 2015-2021, el que va de “Plowing In The Field Of Love” (2014) a “Seek Shelter” (2021), su último álbum en estudio, los discos que los establecieron –con “Beyondless” (2018)– como una de las formaciones más estimulantes de la escena rock europea.

Elias Bender Rønnenfelt, el vocalista del quinteto de Copenhague, tilda estas composiciones de “niños discapacitados”, canciones que no lograron encontrar acomodo en los lanzamientos oficiales del grupo. Y la verdad es que, a ratos, uno se pregunta el porqué, ya que aquí hay piezas sónicas de verdadera enjundia, como esa “All The Junk On The Outskirts” que abre la compilación, una maravilla en toda regla que pone de manifiesto la querencia de Iceage por Joy Division y otros dioses de la poesía tenebrosa. O la dinámica pieza titular, un bocado de rock enérgico que, a pesar de todas sus reminiscencias al pasado, suena lozano y guerrero (lo mismo se puede aplicar a “Sociopath Boogie”).

En un disco de estas características es casi de recibo que aparezcan apropiaciones de canciones ajenas. Aquí están “My Mule”, el single de 1961 del excéntrico (y olvidado) bluesman Abner Jay, y el “I’ll Keep It With Mine”, el regalo que Dylan compuso para/sobre Nico (aunque, oh, hay divergencias sobre el asunto: otras fuentes señalan a Suze Rotolo y Joan Baez como origen de la inspiración) y que Judy Collins sería la primera en grabar en single en 1965 (Nico lo haría dos años después en “Chelsea Girl”).

También hay piezas indulgentes: la “experimentación” de “Namouche” no aporta nada al corpus Iceage y “Orders Meets Demand” (y “Lockdown Blues”) no alcanzan los mínimos de tensión y pasión que se le presupone a los firmantes de “New Brigade” (2010).

La toma acústica de “Shelter Song”, ya escuchada en la special edition de “Seek Shelter”, es el broche ideal de una colección de retales que oscilan entre lo notable y lo (casi) prescindible, pero que no empaña el currículo de un proyecto que ha sabido deglutir en los dosmiles los mandamientos del post-punk y el post-hardcore más reivindicables (aunque sus últimas señales los muestren soltando presión y rebajando estrés en sus pentagramas). ∎