Sonido Muchacho, hogar discográfico de Mujeres durante el último quinquenio, celebra su primer centenar de referencias con este single de colaboraciones en el que el trío barcelonés comparte cancionero con cuatro grupos de diversa extracción sónica y generacional. Se jalea ese primer asiento de tres cifras en el catálogo del sello madrileño, pero también el camino compartido con Pol, Yago y Arnau desde la publicación de “Un sentimiento importante” (2017), álbum que supuso un revulsivo en su trayectoria, consolidando el uso del español y multiplicando el atractivo de unas composiciones que incorporaban influjos más allá del revival garagero que las impulsaba al principio. El planteamiento coral del EP y su apasionado desarrollo lírico nos recuerdan que tener un grupo de rock puede trascender consideraciones estrictamente artísticas y profesionales. Puede hacer que las vidas de quienes tocan –también de quienes escuchan– sean más plenas. Y puede ampliar su visión del mundo pese a las dificultades que conlleva mantener en pie esa estructura, que suele ser más vulnerable de lo que parece.
La canción que da título al disco –que se ha editado en vinilo de siete pulgadas– resume en dos minutos de melódico piñón fijo el espíritu del mismo, un arrebato de beatitud eléctrica inmune al dictado de agoreros y especialistas del mal fario. Carolina Durante suman coros y guitarras a la composición, que es todo estribillo, como quien dice. “Un glorioso año” –junto a Los Punsetes– es más contundente y ruidosa. Se mueve sin dar apenas rodeos entre Buzzcocks y Ramones. Es una arenga festiva a la tropa mujeriega. Con más profundidad rítmica de la que acostumbran a desplegar los de Barcelona y con la voz de Ariadna Paniagua turnándose en las estrofas y fundiéndose en los pletóricos unísonos.
La participación de Nueva Vulcano –otros especialistas del carretera y manta en furgo repleta de instrumentos y cacharros– imprime al conjunto un plus de intensidad a la altura de “Es mejor con gente”, otra canción que apela a lo comunitario, al valor extraordinario de aquello que se comparte por el mero placer de hacerlo. Culmina así el radiante ascenso voltaico de Mujeres por los surcos de un disco eufórico que también tiene mucho de catártico, justo antes de fundirse en ese delicado achuchón con Cariño que se titula “Al final abrazos”. Esta es la canción más sorprendente del lote no solo por su humilde aparejo sintético, también por el suave planteamiento vocal con que empieza a despegar y por ese sustrato rítmico que parece amagar acento kraut cuando se acentúa del todo el compás y ya se ha dicho lo que había que decir. Que en el caso de “Rock y amistad” –breve compendio de guitarreo y palabras sencillas– es mucho. Y muy significativo. ∎