Es probable que alguno de los dos magistrales videoclips (ver aquí y aquí) de The Blaze, dúo francés formado por los primos Jonathan y Guillaume Alric, haya invadido tu muro de Facebook. Un furor hasta cierto punto comprensible por el atractivo crossover de los galos. Más allá de dotar a sus producciones de unas poderosas imágenes (¿o es al revés?), la suya es una música lo suficientemente accesible para que guste a una audiencia incluso reacia a la electrónica.
Las conexiones con el también dúo familiar Disclosure no acaban ahí: ambos se fijan en las tendencias de la música de baile británica de lo que llevamos de siglo. El problema reside en que la innovación está descompensada entre imagen y sonido. Mientras que se les venera por aportar una fresca visión del cine social y una vuelta de tuerca a la masculinidad, con su house parecen anclados en un estilo que debería estar superado.
En su EP de debut, “Territory”, abunda una electrónica que pretende ser emocional, pero termina sonando aséptica, desligada de las imágenes. Los dos temas nuevos, “Juvenile” y “Sparks & Ashes”, insisten en las mismas ideas y patrones, y los dos interludios son poco menos que prescindibles. Solo “Virile” se sostiene una vez superado el escollo de esa voz con el pitch fastidiosamente bajado. Dicen que están llamados a ser la next-big-thing electrónica, pero hay más ganas de verlos que de oírlos. ∎
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