Álbum

Toteking

The KingtapeThe Music Republic, 2021

03. 12. 2021

Ha llovido lo suyo desde que en 2006 Toteking saltara a la primera línea del rap español con “Un tipo cualquiera”. De hecho, ha llovido tanto que la riada se ha llevado a parte de esa generación de MCs y DJs que hicieron historia y situaron el hip hop patrio en lo más alto del pop español –recordemos: Violadores del Verso superando a David Bisbal en el podio de discos más vendidos del momento con su “Vivir para contarlo”, también de 2006–. El mundo ha cambiado, eso está claro, y los rappers de entonces superan ahora los cuarenta en un panorama copado por el trap y el reguetón; normal que veamos las mismas canas y frentes despejadas en un concierto de Los Enemigos que en uno de Kase.O.

En estos años el Tote ha pasado por todo: de besar la lona en “El lado oscuro de Gandhi” (2010) a regresar intocable, desde la autocrítica y la disección emocional plagada de flows, barras y bases parte-columnas en “Lebron” (2018), capaz de lo peor –“Redes sociales”, qué desastre– a lo mejor –“Los mato”, con producción de Hazhe y Acción Sánchez, que si no es su mejor canción es porque “Botines” me sigue pareciendo una de las cumbres de nuestro rap–. Hasta ha publicado unas memorias, “Búnker” (2020), que no son más que la versión literaria de tantas y tantas letras autopunitivas y corta-cabezas a la par, a la caza de esa catarsis que mezcle de forma inmisericorde lírica (Vila-Matas es su estilo, recordemos) y bases NBA con las que lleva el sevillano ametrallando los bafles desde que en “78” (2015) hizo borrón y cuenta nueva.

Con “The Kingtape” el Tote barre diez de los singles publicados desde su último larga duración –deja fuera, ni idea la razón, temazos como “Mira como tiemblan” y “Ya me ven”, buena prueba de lo sobrado que anda– y añade ocho nuevos acumulando productores y colaboradores que, si bien no otorgan estructura coherente al álbum, sí le dan cuerpo a lo que parece que realmente es: una mixtape de sonidos eclécticos, de la electrónica minimal al jazz, tirando igual de riffs rockeros al bombo-caja de toda la vida. Lo del flow intocable e intachable –“Bumaye”, “Matando la liga”– y la letra que abofetea sin piedad –“Tical 2021”, “Totehijoeputa”– ya nos lo sabíamos desde los tiempos de “Tu madre es una foca” (2002), así que lo más novedoso viene de la experimentación con ritmos y voces que valen tanto para lo tribal como para el clubber“Apiladearró”, con Cruz Cafuné y Neutro Shorty o “Edificios”– o con una línea melódica más oscura y atemperada –“Lágrimas pimptadas”, con Jeke Mamoneos–.

Avanzar sin perder el gesto, renovarse pero manteniendo incólume la actitud, el hip hop de “The Kingtape” sigue siendo rap old school exprimiendo su autoexigencia. No creo que convenza a los profanos, pero los conversos comulgamos convencidos, renovando nuestra fe mientras asentimos felices con la cabeza. ∎

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