De buenas a primeras,
“Breve historia de siete asesinatos” (“A Brief History Of Seven Killings”, 2014; Malpaso, 2016) es una de esas novelas que no se sabe muy bien si asusta o impone: más de setecientas páginas, una estructura coral con más de medio centenar de voces y un arco temporal de más de tres décadas. La prevención, sin embargo, desaparece pronto: basta con acercarse tímidamente a las primeras páginas como quien le toma la temperatura al agua y querer tirarse de cabeza a este novelón que se sirve del intento de asesinato a Bob Marley perpetrado en 1976 para ofrecer un monumental fresco de las sombras de Jamaica. Una historia de violencia –o de violencias– épica y arrolladora que ni es breve ni se contenta con los siete asesinatos que promete el título.
“Todo el que lucha contra monstruos se transforma también en un monstruo”, escribe
Marlon James (Kingston, 1970) en este ladrillazo a la historia que le valió el Booker Prize de 2015 y con el que ahonda en unos años de fuego y plomo. Casi tres décadas de furia y corrupción que dejaron más de ochocientos muertos en la cuneta y de las que el atentado contra el autor de “Catch A Fire” no fue más que la vistosa punta del iceberg. De hecho, en “Breve historia de siete asesinatos” Marley ni siquiera aparece como tal: él es El Cantante, la voz que prende la mecha de la trama mientras la CIA intenta evitar que Jamaica se convierta en la nueva república comunista del Caribe, y Copenhagen City, gueto ficticio que James tiñe de rojo y negro, dicta sus propias reglas en vísperas de las elecciones de 1976 y del concierto que Marley ofrecerá el 5 de diciembre de aquel año, solo dos días después de su intento de asesinato.
Con todos estos ingredientes y un manejo excepcional del lenguaje que ha requerido de dos traductores no menos excepcionales –Javier Calvo se ha encargado de trasladar la novela al castellano y Wendy Guerra de “cubanizarla”, intentando mantener así la relación de fuerzas entre el inglés y el dialecto criollo del original–, James reconstruye la historia de su país sirviéndose de testigos ficticios que esconden toneladas de verdad. Un esfuerzo titánico y absorbente por el que desfilan agentes de la CIA, capos mafiosos, sicarios, políticos que hablan desde la tumba, pandilleros, traficantes e incluso el camello de Keith Richards; un aquelarre de voces que se amontonan unas encima de otras para dar forma a un colosal relato que desborda los márgenes de Jamaica y se acaba despanzurrando por Estados Unidos mientras resuena el eco sordo de “Crazy Baldhead”. Una novela épica y titánica. ∎