Un antiguo colaborador de esta publicación, Jordi Turtós (Barcelona, 1955), veterano y prolífico periodista musical –una especie en vías de extinción, según sus propias palabras– además de programador de diversos ciclos y festivales, ha asumido la ardua tarea de divulgar la evolución de la “música moderna” en Cataluña. Y para empezar ha publicado en doble edición, en castellano y en catalán, un primer volumen que comprende el período que abarca de 1955 a 1968.
La misión de Turtós no era fácil, y más tratándose de unos años muy pocos estudiados, sobre todo en lo que se refiere a los solistas y los grupos vinculados al rock’n’roll pionero y al incipiente pop que aquí derivó en la llamada música yeyé, ya que mayoritariamente se trató de proyectos precarios, frustrados u olvidados con el paso del tiempo, que ahora resucitan en las páginas de su libro. Este hecho contrasta con los numerosos estudios dedicados al jazz, a la rumba, al folk y, sobre todo, a la nova cançó que han merecido una mayor atención por parte de los especialistas, principalmente este último estilo, debido a sus connotaciones culturales, sociales y políticas.
Así pues, el autor de “Música moderna en Cataluña 1955-1968, vol. 1” comete la “osadía” –herejía lo denominarían algunos ortodoxos de un nacionalismo mal entendido– de equiparar esta ensalada de géneros musicales, a menudo equidistantes, tratándolos con la misma consideración, como si sus diferentes connotaciones lingüísticas e ideológicas no tuvieran importancia. Al fin y al cabo, la mayoría de sus protagonistas eran –y unos cuantos todavía son– catalanes.
Lo que ocurre es que, tal como está redactado, el ensayo se acaba convirtiendo en una especie de catálogo de innumerables nombres propios de conjuntos, cantantes, discos, festivales y fechas que, sin ser del todo enciclopédico, apenas mantiene un hilo argumental que lo ligue todo. Por eso, entre tantos datos, no habría estado de más incluir un índice onomástico al final del volumen para facilitar cualquier búsqueda.
De igual manera hubiera sido conveniente una última revisión del texto original, ya que se detectan algunos errores, diversas repeticiones y fallos de traducción –yo he leído la versión catalana–, lo cual no es óbice para que nos quedemos esperando la segunda parte de un trabajo que se antoja del todo ambicioso y que, por momentos, hasta ahora parece más arqueológico y antropológico que meramente histórico. Digno de alguien que ha buceado –o excavado– con sabiduría en hemerotecas y discotecas. ∎
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