Hasta dos años hemos tenido que esperar por el esperadísimo primer LP de EQX, trío gallego ganador del concurso de maquetas del Autoplacer celebrado en 2021, de quienes ya contamos con avisos previos tan suculentos como el EP “PW” (2021).

El final del trayecto de su primera etapa como grupo se consuma en “M.A.R.”, álbum compuesto de nueve canciones para el cual han conseguido definirse en un punto muy difícil de encontrar entre experimentación avant-pop electrónica y una capacidad innata para, igualmente, sacarse de la manga fogonazos pegadizos tan esplendorosos como los contenidos en “EMO666” y, sobre todo, en “LENTO”. Este último es, desde ya, uno de los temas del año. Inspiración en estado puro, destilado bajo una maestría absoluta a la hora de encajar puzles casi imposibles de voces, samples y efectos digitales. Un corte de este calibre subraya la excelencia de un trabajo que denota una búsqueda obsesiva de la originalidad a través de una estilización alucinante de microestilos urbanos y de la arqueología del breakbeat. De este modo, entre otras acrobacias, son capaces de jugar con los significantes del reguetón en “RRRR”, que suena cercana a los experimentos que Arca ha llevado a cabo con dicho estilo musical.

Por su parte, en “Miradas cortas” se adentran en terreno hip hop, donde caben pulsiones grime, efectos trap e incluso detalles que podrían formar parte del maletín de herramientas de Timbaland.

La naturalidad con la que son capaces de jugar con tan desbordante crisol de tonalidades y efectos se prolonga a lo largo de la columna vertebral de un LP que conjuga a la perfección, a partes iguales, autodescubrimiento y ambición. Estamos ante una propuesta que, como otras gallegas de corazón electrónico, tales que CRNDS o Músculo!, escapan de las corrientes centrales de consenso creativo en el uso de la vía digital.

A diferencia de las dos propuestas mentadas, EQX cuentan con el plus de su habilidad para concebir artefactos moldeados dentro de un concepto mayor de canción. Bajo esta necesidad de vivir entre extremos, brota un racimo de referencias difíciles de testar. No en vano, uno de los fuertes de este trabajo es su vampirización de referentes. Y lo hace de forma que se integran de un modo invisible en un rostro compuesto de un crisol de vertientes estilísticas cocinadas con un modus operandi centrado en la composición quirúrgica de beats, texturas y un sinfín de soluciones de producción que pueden remitir tanto a pioneros de la formulación grime como Zomby o del trap, con Metro Boomin como mejor ejemplo posible. Eso sí, dichas variables siempre surgen dentro de una fijación innata para generar emotividad digital. El puente perfecto para pasear la voz de Paula, llevada en volandas a través de los trucos de magia practicados por un Ramiro Belén a quien hay que citar, desde ya, como una de las mentes más fascinantes que nos ha dado la producción musical electrónica urbana, o no, en estos últimos años.

Pocas cosas tan frescas podremos escuchar este año como tan sobresaliente demostración de multipersonalidad. Y lo que aún les queda por enseñar. Sí, quizá eso sea lo mejor. Pero, por ahora, ya contamos con un muestra tan jugosa y excelente como este “M.A.R.”. ∎