Vayamos al principio. León Benavente se forma en 2013. Durante un concierto de El Columpio Asesino, el teclista y cantante David Cobas aka Abraham Boba le lanza al por entonces bajista y después también guitarrista Luis Rodríguez la idea de hacer un grupo. Ambos formaban parte de la banda de Nacho Vegas. Poco después se les unen Edu Baos –todavía miembro de Tachenko– y César Verdú, por entonces en las filas de Schwarz. Todos ellos contaban con una larga carrera a sus espaldas. “En el fondo el grupo surgió de una necesidad creativa y de que éramos cuatro personas que se habían conocido trabajando en la música y que queríamos poner en común todo lo que sabíamos y todas nuestros gustos para probar y hacer algo. Hicimos unas primeras canciones y no sabíamos si le interesarían al público o no; era más la búsqueda creativa lo que nos interesaba”, explica Abraham Boba. Los cuatro rondaban ya los cuarenta años, lo que suponía una experiencia y una visión de la vida muy diferentes a la que pudiera haber tenido un músico más joven. “También teníamos costumbre de derrota”, asegura el cantante. “Recuerdo que meses antes de empezar con el grupo me fui a hacer un bolo en solitario a Jaén. Monté y tuve que desmontar porque habían ido cero personas. En los dos primeros conciertos del grupo ya vimos que venía más gente que en cualquiera de nuestros otros proyectos. Y eso hace que veas las cosas con otra perspectiva”.
El éxito de la banda entre el público fue casi inmediato, algo que, como apunta Boba, se notaba en la afluencia a sus conciertos. Su solvencia en directo consolidó el impacto de “León Benavente” (Marxophone, 2013), su primer disco, y les haría no solo girar intensamente durante tres años, sino trabajar muy duro en su siguiente álbum, “2” (DRO-Warner, 2016). Todo ello provocaría que, poco después, tuvieran que plantearse la continuidad de sus otros proyectos al margen de León Benavente, incluida la labor como músicos en la banda de Nacho Vegas. “Lo bonito del oficio es también eso. A mitad de carrera de estos diez años del grupo tuvimos que dejarlo con Nacho Vegas porque León Benavente ya nos exigía mucho. Tuvimos que tomar esa decisión, y fue para bien. Coger las riendas y que fuéramos nosotros quienes dirigieran el timón para nosotros fue fundamental. Al principio tampoco sabíamos que iba a funcionar bien y que se iban a llenar las salas, pero decidimos dar el salto y es algo que decidimos los cuatro. Dijimos ‘si vamos, vamos con todo’. Decidimos dar la prioridad a León Benavente por encima de todo, y si no hubiera sido así creo que no hubiera funcionado igual”, afirma Verdú antes de que Boba amplíe a este respecto: “También creo que, más allá de lo que tiene que ver con la logística, con el tiempo y demás, tiene que ver con que en el fondo, cuando empezamos la carrera de León Benavente, vimos que musicalmente no necesitábamos hacer cosas aparte porque todo lo que habíamos aprendido o hacíamos en los proyectos previos ya estaba aquí también. Creo que por eso no necesitamos continuar los proyectos que teníamos antes. Si artísticamente hubiéramos tenido proyectos que nos diesen algo que no nos diera León Benavente igual sí que los hubiéramos mantenido, pero no fue el caso”.
El aumento de su popularidad les obligaría no solo a centrarse exclusivamente en el grupo, sino también a asumir nuevos retos y nuevas responsabilidades. “En el segundo disco es cuando más notamos la presión por aquello del ‘difícil segundo disco’, al menos a nivel artístico”, reconoce Boba. “Y a nivel de todo lo que tiene que ver con lo extramusical, desde luego que sí lo notamos. Cuando un proyecto va creciendo y va englobando a más gente, gente que trabaja contigo y que es tan necesaria como el grupo para que una gira o una grabación se desarrolle como tiene que ser, obviamente vas teniendo más responsabilidad y a veces notas que estás dedicando mucho tiempo a algo que no es lo musical y que no tiene nada que ver con cuando empiezas y todo lo que tienes que hacer es dedicarte a hacer canciones y dar a conocer al grupo. Tampoco creo que seamos una banda que nos hayamos sobredimensionado en el sentido de ir a hacer giras megaespectaculares. Sí que hemos hecho cosas con las que hemos perdido dinero pero que, bueno, también artísticamente nos llenaban. Y en el fondo somos un grupo que también le da la importancia que merece a lo extramusical. Obviamente, eso exige un trabajo por nuestra parte y por la otra gente que trabaja y que no somos nosotros cuatro, y eso tiene que ver con ponernos a pensar cómo va a ser la siguiente escenografía, la iluminación, el sonido… Son cosas que hemos ido trabajando en cada gira para que a nivel técnico fuéramos mejorando y para que cada concierto fuera sonando mejor. En esto tenemos la suerte de que tanto César como Edu son ingenieros de sonido y eso hace que haya una exigencia extra que quizá otros grupos no tienen”.
¿Han cambiado vuestras dinámicas internas en el grupo?
Edu: Llevar diez años juntos es mucho tiempo, y obviamente en tanto tiempo las dinámicas van cambiando. Yo creo que el punto en el que estamos es el punto en el que más respeto nos tenemos entre los cuatro y en el que más hemos aprendido a trabajar juntos y a sacar lo mejor de nosotros mismos en el ámbito en que cada uno es el mejor. Nos dejamos trabajar y ayudamos a lo que haga falta a la persona que esté ocupándose de lo que sea. Y esto se refleja en la música. Somos un grupo ambicioso, pero también nos apoyamos mucho a la hora de buscar ese algo que nos sorprenda. Es un trabajo personal de cada uno, pero también nos llamamos y nos apoyamos en esa búsqueda que a veces es dolorosa, porque a menudo no sabes si estás haciendo algo que vale la pena o no. Creo que ahora somos más amigos que nunca, sinceramente.
¿Estáis atentos a lo que pasa en la actualidad musical? ¿Sois permeables a las músicas de hoy en día?
Abraham: Totalmente. A los cuatro nos sigue gustando escuchar música, cosa muy importante. Obviamente, cada uno tiene sus gustos y sus preferencias. Hay muchos que compartimos y otras cosas que menos. Pero escuchamos tanta música hecha por contemporáneos como la que se hizo hace cuatro décadas, y no sentimos especial predilección por ninguna de ellas. También cuando descubrimos que León Benavente funcionaba como una batidora de estilos, que yo creo que eso fue más a partir del segundo disco, fue cuando vimos que podíamos abrir caminos que eran muy interesantes y que en un principio no nos habíamos planteado. Ahí se nos abrió un mundo de posibilidades que fue un subidón, porque vimos que había mucho más para hacer y desarrollar de lo que podríamos haber pensado en un primer momento.
¿Qué ofrece la reedición del primer disco que sale con motivo de su décimo aniversario?
César: Sale en un vinilo doble en el que va a haber una reedición del disco remasterizado más un segundo vinilo con demos, alguna canción inédita y la canción que grabamos para el aniversario. El formato es obra otra vez de Coqué Azcona, que es quien hizo no solo el diseño de aquel disco sino también de toda nuestra discografía posterior, y que ha revisado aquel diseño para hacer una nueva versión. Es una edición de mil copias limitadas.
Además, este fin de semana empieza una gira especial de diez conciertos en la que vais a tocar ese primer disco al completo. ¿Cómo van a ser?
Abraham: Nos pensamos mucho si hacer algún tipo de celebración porque lo que nos gusta es hacer cosas nuevas. Pero sí que vimos que llevar diez años y seguir aquí merecía alguna celebración. Por eso hicimos el concierto en el Teatro Real de Madrid con la banda sinfónica a principios de este año, que fue no solo muy emocionante, sino también una cosa única e irrepetible. Y, una vez que hicimos eso, nos pareció oportuno hacer una reedición del primer disco y unos conciertos. Al principio pensamos si merecía la pena que fuesen repertorios en los que hubiese un poco de todos los discos, pero eso es lo que hacemos en nuestros conciertos normales de nuestra gira y pensamos que sería mejor hacer algo más especial. Volver a muchas de las salas en las que tocamos en la primera gira, salas pequeñas que hace mucho años que no vamos, y reinterpretar el disco de arriba a abajo, que es lo que vamos a hacer, va a ser genial. Esto será en la primera parte, y en la segunda haremos canciones de otros discos y otras que hace mucho tiempo que no tocamos.
César: Va a ser un viaje en el tiempo. Va a ser emocionante, pero hay que tener cuidado con la nostalgia.
Y en mitad de esta vorágine de conciertos, reediciones y conmemoraciones, ya estáis grabando un nuevo álbum…
César: Empezábamos antes hablando de la ilusión del primer disco y la verdad es que ahora mismo tenemos tanta o más ilusión por esto nuevo, y eso es lo fundamental, porque el motor del proyecto es que sea algo para divertirnos, que no sea algo monótono. Hubiera sido muy diferente que hubiéramos montado la gira de aniversario y no estuviéramos haciendo algo para el futuro. Eso habría sido bastante bajonazo. Pero estamos muy ilusionados con lo nuevo, y creo que eso también nos da pie a no darle tanta importancia a la nostalgia que podría haber supuesto un aniversario como este. ∎