Así que vamos al lío, porque resulta que una de las primeras medidas de Donald Trump al frente de la presidencia de Estados Unidos ha sido designar un gabinete de gobierno que ha dejado a todo el mundo (bueno, a todo el mundo que no apoye sus políticas del despropósito) con un palmo de narices por eso de haber cumplido lo que prometió: rodearse de perfiles que apoyen sus causas de forma lo más ciega posible.

Cinco han sido los nombres que más han llamado la atención. Robert Kennedy, un antivacunas confeso, al frente de la salud del país. Matt Gaetz, un congresista ultraconservador investigado por tráfico sexual y por sexo con una menor, como Fiscal General. Tulsi Gabbard, excongresista vinculada con Rusia y admiradora pública de Putin, como Directora de los Servicios de Inteligencia. Pete Hegseth, presentador del estercolero mediático Fox News, como Secretario de Defensa. Y Chris Wright, petrolero fanático del fracking, como Secretario de Energía. ¿Cómo te quedas?

Aunque lo cierto es que, por lo general, internet ha seguido dándole cañita al perfil de villano que realmente está engrosando las filas trumpistas… Con destacados de la talla, por ejemplo, de Roman Roy como Administrador de la NASA en premio a lo bien que llevó cierto lanzamiento espacial en “Succession”. El Barón Harkonnen (“Dune”) como Jefe de la Producción de Especias en el planeta de Arrakis por eso de que queda fetén en cualquier fotografía junto a Donald. Leatherface, gran amante de lo rural, liderando el Departamento de Agricultura. Oswald Cobb (“El Pingüino”) al frente de un Departamento de Verdad y Transparencia en el que podrá verter toda su experiencia como eterno villano de Batman. Lord Varys (“Juego de tronos”) como lo que siempre fue: Maestro de los Secretos. Freddy Krueger como Secretario de los Buenos Sueños. Gendo Ikari como Jefe de Investigación para el Proyecto de Complementación Humana (lo siento, pero no podía evitar esta broma como fan total de “Evangelion”). Pennywise como líder natural del Departamento de Seguridad Infantil. Y mis dos villanas favoritas: Taylor Swift al frente del Departamento de Polución, por eso de que es un poquito aficionada a los viajes en jet privado, y Azealia Banks liderando un Departamento de Redes Sociales que entrará en una nueva era de buen rollo absoluto. Cero insultos. Cero marrullería.

Resulta extraño que nadie se haya acordado de Olivia Rodrigo para afrontar algún puesto de importancia en el gobierno de Trump. ¿No sería perfecta al frente del Departamento de Diplomacia con los Exs que desde ya tiene a “bad idea right?” como banda sonora? De hecho, puede que no se le haya tenido en cuenta porque, obsesionados siempre con la novedad (es decir: Chappell Roan), muchos han infravalorado lo grande que Rodrigo se ha hecho dentro del mundillo musical.

Una infravaloración que ha quedado totalmente expuesta en los últimos días al conocerse que la artista ha agotado entradas en menos que canta un gallo para las dos fechas que había anunciado en un espacio tan gigantesco como el Estadio GNP de Ciudad de México, que tiene una capacidad para 65.000 personas. Los fans de Olivia, que ya veían venir el cartel de “sold out”, encararon con algarabía la compra de tickets después de echarse unas risas al ver lo perdidos que iban aquellos que pensaban que la artista sería incapaz de llenar el mencionado estadio. Aunque los que más ruido han hecho han sido precisamente esos mismos “perdidos” que han acabado por encontrarse con las habituales colas virtuales para comprar las entradas. Algo que ya es de sobra conocido en los grandes conciertos de Ticketmaster pero que sigue causando frustración en propios y extraños.

¿Recuerdas que cerramos el año 2023 con la esperanza de que la recién llegada Threads se llevara por delante a la cada vez más aborrecible X / Twitter? Yo mismo le dediqué un apartado estelar en este Haciendo Scroll que dejó constancia de un trend que se dedicaba a evidenciar el ambiente tan diferente que se apreciaba en ambas redes sociales comparando imágenes, personas y personajes que contrastaban de forma tronchante los unos con los otros. Al final, Threads tuvo sus cosillas (tardó mucho en llegar a España, está excesivamente ligado a Instagram y, en consecuencia, también relacionado con Meta y Zuckerberg) y, aunque es una plataforma cada vez más usada, no le plantó cara real al condominio de Elon Musk.

Pero el descontento con X / Twitter ha ido en aumento e incluso ha llegado a límites insostenibles cuando ha resultado demasiado evidente que ha sido utilizado como herramienta de propaganda con la que echar leña al fuego de la victoria de Trump. Ha sido precisamente esta victoria trumpista la que ha animado a muchos a decidir que “hasta aquí hemos llegado”, coger sus bártulos y mudarse a Bluesky (yo incluido). Mientras escribo estas líneas, se anuncia que la red social acaba de superar los 20 millones de usuarios. Y lo mejor de todo es que bastan un par de días mariposeando por esta red social para darse cuenta de que tiene todo lo bueno de X / Twitter y te evita la experiencia de todo lo malo (priorización de discursos de odio, premio a los troles, difusión de fake news, clima de tensión constante… y Elon Musk, que directamente es lo peor de esta y de cualquier otra red social).

Dicho de otra forma: de nuevo se respira en el ambiente la esperanza de que Bluesky se lleve por delante a X / Twitter. Y, aunque es difícil saber si todo esto acabará fraguando o no, una cosa voy a decir desde la experiencia personal: es una maravilla ver no solo que la mayor parte de mis amigos ya han aterrizado en este CieloAzul, sino que la plataforma incluye medidas antitrol tan interesantes como la posibilidad de crear listas de usuarios potencialmente problemáticos (es decir: el facherío habitual) y hacer un bloqueo masivo que deje bien limpio tu timeline. Yo ya lo he hecho. Y, oye, funciona.