La muerte de ocho personas el pasado viernes en el concierto de Travis Scott en Houston, Texas, barrió internet como solo las tragedias pueden hacerlo.
El festival Astroworld fue un epicentro de confusión física (y, a posteriori, también digital), con numerosas declaraciones que se contradecían en el ojo del huracán. A las pocas horas, el jefe del departamento de policía de Houston, Troy Finner, se apresuraba a alimentar leyendas urbanas recientes, diciendo que alguien estaba inyectando drogas al público del festival con jeringuillas. Con el paso de los días, la unanimidad se asienta en que el problema parece haber sido concentrar a todo el mundo en el concierto de Travis Scott (no había otra actuación programada al mismo tiempo) y una falta de personal de seguridad debido a la escasez de trabajadores de Estados Unidos.
Internet es ahora partícipe del blame game al que están jugando las partes involucradas –decidiendo, entre otras cosas, quién paga los gastos de los funerales–. Los usuarios de las redes sociales han contribuido a esto subiendo vídeos de otros artistas parando conciertos por desmayos, que chocan frontalmente con otros vídeos de gente pidiendo a Travis Scott que parase el show en Astroworld. Y, cómo no, la parte más decepcionante de todo: las disculpas de Travis Scott. Los usuarios de redes sociales no se han cortado en apuntar que su apology video es cutre hasta para los estándares (bajísimos) de este subgénero de vídeos, y la cosa no ha mejorado cuando el cantante ha aprovechado para hacer una colaboración comercial con la empresa BetterHelp (que gestiona psicólogos online) para ofrecer a los damnificados un mes de terapia gratuita.
Como ofrenda de escapismo digital, esta semana se han ido definiendo líneas de memes para todos los tipos. La frase hecha “The femenine urge to” seguida de experiencias emocionales comunes de mujeres se ha adueñado de Twitter y TikTok. Este meme se enraíza en la teoría feminista de la perfomatividad atada al género, y juega con los impulsos que salen de ella llevadas a un extremo salvaje.
A partir de esto, y sin querer excluir a nadie, la frase ha evolucionado a otras variantes como “the masculine urge”, “the animalistic urge” o “the non-binary urge”, con vivencias muy intrínsecas a cada categoría como “el impulso masculino de tener una lata de cerveza en la ducha”.
“The femenine urge to” lleva en circulación desde 2009, pero no ha pillado tracción hasta esta semana. Personalmente, estoy muy agradecida por estas segundas oportunidades. Otros memes, sin mucha idea de cómo ni por qué, se propulsan solos de manera inesperada. No daba un duro por otro meme semidank, “Pondering my orb”, cuando un tuit con esta frase (que significa “reflexionando en mi orbe”) y una foto de un juego de rol de “El señor de los anillos” (en la que sale, efectivamente, un hombre mirando a una bola de cristal) se hizo viral hace un mes, sin contexto alguno. Sin embargo, semanas más tarde, versiones inentendibles de la misma siguen saliendo aquí y allá. Supongo que responde a algún impulso masculino de recrearse en memes que le hacen gracia a cuatro amigos de internet.
Su empujón inicial puede haber tenido cierta mano negra detrás, ya que, casualidad o no, coincidió con el anuncio del Worldcoin, una criptomoneda del conocido entrepreneur Sam Altman. La particularidad del Worldcoin implicaría que la llave de cada “criptomonedero” serían las propias personas, gracias a una esfera que escanea los ojos. Y ¿cuál es el nombre de esta esfera que fue anunciada una semana después de la viralización de nuestro meme? “The orb”.
El proyecto de Altman no ha tenido buena acogida, especialmente por los contrarios a las biométricas como método identificativo (que incluye al mismísimo Edward Snowden). Sin embargo, Altman sigue adelante con la idea de escanear los ojos de mil millones de personas en los próximos dos años (o, por lo menos, hasta que sus inversores digan basta).
Un último meme ha surgido desde la viralización de una serie de tuits de un pickup artist (aquí conocidos como “coachs de ligar”), en la que se pone una foto de una chica en una tienda y pregunta a sus seguidores qué técnicas utilizarían para ligar con ella. Los comentarios en estos tuits responden a dos subgrupos: Grupo A, que sigue en serio al pickup artist y cree en la efectividad de sus técnicas, y Grupo B, que ve la misoginia en estos actos y los boicotea a base de respuestas irónicas.
Los pickup artists no son un fenómeno nuevo y han crecido en paralelo a los movimientos de los derechos de los hombres escudados en foros digitales. Hace pocos días se viralizó otro tuit en el que Álvaro Reyes (el OG pickup artist español) presumía de que uno de sus discípulos se había besado con una instagrammer de 500k seguidores. Ay, mi femenine urge to stab.
Elon Musk no puede parar de intentar ser el main character de internet. En esta ocasión, haciendo una encuesta en Twitter para preguntar a sus seguidores si debería vender el 10% de sus acciones en Tesla para pagar los impuestos que debe (aproximadamente, 15.000 millones de dólares). De las 3,5 millones de personas que han votado, solo el 58% ha dicho que sí; una mayoría bastante insatisfactoria. Este intento por parte de los Tesla fanboys no ha evitado que las acciones de Tesla caigan en un 16%, perdiendo, en una versión moderna de la frase “cada vez que habla sube el pan”, un extra de 50.000 millones en el camino.
El hecho de que uno de los hombres más ricos pague o no sus impuestos en función a una encuesta de Twitter es lo más metaverso que hemos visto desde que Zuckerberg anunció su Meta. ∎
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