Ponemos nuestro sistema Harman Kardon en modo Estudio para que este tema del álbum homónimo de Morby suene dinámico y emocionante. Una canción que nos invita a acompañar con las palmas su ritmo golpeado la guitarra bajo el “West Texas Sun”. Miramos por el retrovisor y, como en una fotografía, pensamos que es “A window to the past”. Y, como en muchas canciones de Morby, el pulso sube, el ritmo se intensifica y tú te descubres acelerando y cantando “Used to be, ‘C’mon, c’mon’ / But now, ‘No mas, no mas’”. ¿Existe mejor música para conducir por largas rectas que la del trovador de Lubbock, Texas?
Seguimos en modo Estudio para sacar el máximo de versatilidad de la polifacética Jeny Hval. En esta ocasión, la noruega muestra su cara más pop con una canción-río (¿o carretera?) que se aprovecha de su voz ensoñadora y un ritmo trotón de batucada nórdica para llevarnos a otro lugar, a cuando “se casó en un día lluvioso”, quizá el clima perfecto para disfrutar de la melancolía de esta canción dentro de nuestro Austral E-Tech full hybrid.
Un tema perfecto para conducir por una carretera serpenteante al atardecer: comienza con una guitarra flamenca que va y viene para atravesar el R&B aterciopelado de la autora del aclamado “Legacy! Legacy!” y derivar casi en una bossa soleada y soulera. Aunque ella nos canta que es “Safer in the outside”, nosotros preferimos quedarnos dentro de nuestro automóvil, escuchándola una vez más.
Vale, el título de esta canción nos lo pone fácil. “The morning is cool / Got my blood moving too”. Y nosotros nos movemos por la ciudad aún vacía al ritmo de sus bajos envolventes, perfectos para el equipo Harman Kardon. Soul 2.0, R&B con lascas de dub, Son Little atraviesa conduciendo todos los parajes de la música popular negra de alma más enamoradiza. Y si no, prueben a dejar el siguiente tema del disco, “Like Neptune”, y verán cómo llegan a su destino sonriendo y caminando con el estilo de Marvin Gaye y el flow de Barack Obama.
Si, el jazz ha vuelto, y en concreto el espiritual es el nuevo góspel y el nuevo soul desde que Kamashi Washington lo devolvió a la vida y lo puso de moda por obra y gracia de sus colaboraciones con Kendrick Lamar y sus posteriores discos. Pero ahora el rey del jazz en cualquiera de sus acepciones es Shabaka Hutchings, que, como buen creador de escenas, está en todos los potajes de jazz londinense (y otros lares) que han surgido en el último lustro. Como un spin off –tan habitual en el jazz– de King Shabaka ha surgido este año el sudafricano Tumi Mogorosi, batería en varios de los proyectos de Hutchings que, más centrado en ese estilo espiritual calmado pero igualmente enlazado al conscious jazz, nos ha dejado una de las canciones sanadoras de la temporada con la voz de Gabi Motuba. Si tienes que despejar tu alma o relajar tus pulsaciones, escucha a Motuba cantar que se siente “a long way from home” y te estremecerás como los doce altavoces que te envuelven.
El contraste de R&B de alma soulera y el hip hop de base jazzística son perfectos para probar los graves de los altavoces Harman Kardon en modo Club. El saxo que vuelve como un eco desde el mismo altavoz, los bajos casi disco, la voz de diva de la Muldrow y el flow clásico del ex Slum Village crean una atmósfera nocturna y classy que hace que tu Austral E-Tech full hybrid parezca un club de Santa Mónica.
Un buen road trip que se precie debe tener un toque de country, aunque sea contemporáneo y pop. Austin, hijo de Tommy Lee Jones y también actor, factura un rock de raíces americanas y slide guitar que suena amable y contoneante, cálido y optimista a pesar de sus letras melancólicas que recuerdan “cuando Jerry estaba aún con nosotros, sentado junto al lago en nuestro hotel sobre la colina”. Y quizá sea el momento de partir hacia otro hotel y arrancar el motor.
El dúo de nombre detectivesco formado por L‘Orange y Solemn Brigham vuelve a facturar un hip hop que mezcla samples de audios de la era de las luchas por los derechos civiles con bases de música asiática, como si de unos Wu-Tang Clan del siglo XXI se tratara (pero con cinco puntos menos de agresividad, que Carolina del Norte no son los barrios de Nueva York). Con “Past Life” nos divertimos –y se divierten– con esa mezcla de estilo cinematográfico de serie B –con samples, sí, de “Marlowe”, la peli– y aroma jazzy del lejano oriente para luego buscar el botón que haga rebotar arriba y abajo los amortiguadores del Renault Austral E-Tech full hybrid como si fuera un hopper que baile al ritmo de este temazo que bebe de la era dorada del hip hop actualizado a nuestros días.
Volvamos a las llanuras, o a las colinas, o a las rectas interminables y a la slide guitar. “Sunday morning why don’t we go for a hike?”. Subamos a esa montaña a disfrutar las vistas. Mountain Brews nos animan a escaparnos con un amigo para tomarnos, claro, una Mountain Brew “sweet as morning dew”. Y nosotros probamos el modo Concierto de nuestro equipo Harmon Kardon porque estos chavales de Brooklyn suenan como si fueran The Band tocando en directo.
Y así da gusto.
“Ponme a los Delines”, ordenamos al asistente de Google incluido en el sistema OpenR Link del equipo, y sin necesidad de tocar nada ni de llevar el móvil siquiera, empieza a sonar el pop clásico de este combo experimentado de Portland. Y nos parece paradójico que rodeados de tanta tecnología evoquemos carreteras y paisajes más clásicos en un tema que parece trazado para bordear los acantilados de Big Sur en coche. “Kid Codeine” es la banda sonora perfecta para probar el ambiente Lounge de nuestro equipo e imitar los coros femeninos del final, curva tras curva hasta nuestro San Francisco imaginario, en una nube.
Michael Collins, líder y único miembro original de Drugdealer, tiene una clara tendencia al rock clásico con dejes de soul blanco de los 70: de Harry Nilsson a Nick Lowe, pasando, sobre todo en su último disco, por Van Morrison. En su último trabajo además se ha rodeado de artistas como Weyes Blood o Annette Peacock, quien ha actuado de consejera. En “Baby” es Tim Presley (White Fence) quien pone la voz, a quien Collins transforma en cantante de una banda de sock hop de los primeros 60, como si Presley nunca hubiera conocido a Lou Reed. Y claro, así consiguen hacernos sonreír, como quieren en la canción, y llevarnos a otra época aunque conduzcamos un coche del futuro.
Vale, está claro que todos sabemos que “Starman” no es una canción de 2022 y que Bowie lleva seis años esperándonos en el cielo, como el protagonista de este icónico tema de 1972. Pero si la canción del spot del Renault Austral E-Tech full hybrid es esta, hagamos trampa y dejemos que los chicos “muevan el esqueleto” (“Let the children boogie!”). A nosotros no se nos ocurre una canción mejor para conducir hasta las estrellas (o hasta donde sea) que esta. A bordo de tu Renault Austral E-Tech full hybrid, claro. ∎