Como su propio título indica, “More Photographs (A Continuum)” es una continuación del anterior álbum, “This Is A Photograph” (2022), en la que el tejano Kevin Morby indagaba en sus emociones alrededor del paso del tiempo y a propósito de esas ventanas permanentes al pasado que son las fotografías. No solo el material conceptual de su nuevo disco es el mismo, sino que hay algunos temas que se repiten y en los que vale la pena detenerse un poco para comprobar el cambio del enfoque.
Si “This Is A Photograph” planteaba el dilema de la dichosa dimensión temporal en un tono austero, casi existencialista, a base de banjo y voz, el asombro que demuestra Morby por las viejas imágenes en “This Is A Photograph II” es diferente. Su autor hace ahora acopio de optimismo, aplica bálsamo a las lesiones invisibles y emplea una lujosa orquesta que rememora el “The Lexicon Of Love” (1982) de ABC. Tras la acústica “Triumph”, que recuerda bastante a Lloyd Cole, recupera “Bittersweet, Tennessee” con muy poca variación sobre la anterior, “Bittersweet, TN”. La cantante Erin Rae inaugura el corte en ambas versiones, pero el banjo se ve sustituido esta vez por una guitarra acústica que remite a Swell, y el tempo desciende aun conservando su demoledor mensaje: “De repente, ya no quedaba tiempo”.
“Going To Prom” no acarrea menor desazón: la madre muestra al hijo cómo fue su propio pasado, un bienintencionado gesto de nostalgia familiar que, sin embargo, abre un abismo de vértigo e incertidumbre en el vástago. Sería algo así como el reverso tenebroso de “Que sera, sera (Whatever Will Be Will Be)”. Morby suena, de nuevo, al joven Lloyd Cole y esto nos lleva a “Five Easy Pieces Revisited” –otra de las canciones que ya aparecieron en el álbum anterior–. Morby recurre a los arreglos orquestales –los Commotions de Cole eran maestros en ello– para insuflar un lirismo aún más cinematográfico si cabe (predomina la flauta), y quizá sirviendo también para sustituir sentimientos negativos como el rencor inicial por el reconocimiento y el perdón. Morby parece estar refiriéndose a una vieja relación sentimental.
El norteamericano no deja vector temporal en el tintero, o así nos lo parece. En la metafórica “Lion Tamer”, rescata al pobre hijo de Tim Buckley: “Aquí yace Jeff Buckley, justo después de los leones, junto a los tigres, en el zoo de Memphis”. Toda su corta vida domando fieras para acabar llevado por la corriente. Aunque la postrera “Kingdom Of Broken Hearts” te deja un tanto meditabundo –sabemos que el tiempo acaba incluso con los corazones rotos–, no todo es ansiedad, ni mucho menos, en este catártico “More Photographs”. “A Song For Katie” exhibe una melancolía juguetona a lo Daniel Johnston alrededor de un bucle de piano que se repite sobre la voz de Morby. Su octavo álbum no alcanza los tétricos abismos de Matt Elliott y su inconmensurable “The End Of Days” (2023). Más bien da carpetazo al álbum de fotos, restaña alguna que otra herida y crea una colección de canciones que sonarán perfectas el día en que lo vuelva a abrir. ∎
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