Era cuestión de tiempo y, en un marco que se atreve con tó, la Márquez no iba a ser menos. Emerge desde lo reptiliano embutida en licra ­­–¿Psycho Killer’s Byrne style?–, se convierte en sombra tras el velo que cierra la escenografía y asciende, en su vacío, a lo más alto. El nuevo público también se eleva y Bronquio –al que romper su diptongo le quedaría como anillo al dedo– nos mantiene el pulso. Recordándonos a quienes antes se expusieron y serán recordados, precisamente, por no tener miedo. Tras verlos, su disco “Tercer cielo” nos suena más orgánico. (Foto: Óscar García). Miguel Tébar A.

A la hora de llevar al escenario “Motomami”, Rosalía decidió jugárselo todo a una única carta y, claro, acabó ganando. De calle. Porque en el “Motomami Tour”, con su diseño minimalista, su discreto cuerpo de baile y esa cámara que no perdía detalle de la catalana, todo empezaba y acababa en ella. En la transformación de “Saoko”, el ascenso fulgurante de “La fama” y el quejío sobrecogedor de “De plata”. Insólita en su concepción, arrolladora en su acabado y asombrosamente efectiva a la hora de sintonizar con las formas de comunicación de las nuevas generaciones, esta gira transoceánica que arrancó en verano con doce conciertos en España antes de salir a Sudamérica, Estados Unidos y Europa era lo que la catalana necesitaba para (acabar de) convertirse en superestrella global. Y lo ha conseguido. Vaya si lo ha hecho. (Foto: Juan Benítez, Getty Images). David Morán

Si con el álbum “El Madrileño” (2021) se quedó un poco corto respecto a las expectativas, la gira sí representó el salto de C. Tangana hacia nuevos territorios. Orgiástico festín en ese escenario-sala de fiestas a la antigua, con una treintena de músicos y proyecciones con empaque cinematográfico. Pucho lideró sin acaparar foco, orquestando el vaivén de palos populares –rumba, bossa nova, salsa– con aquella chulería castiza, puliendo costuras en vibrante camaradería con los Carmona (Ketama), Niño de Elche o La Húngara, y multiplicando la sobremesa del cacareado “Tiny Desk Concert” que realizó para la emisora ‘NPR’. “Sin cantar ni afinar tour”, lucía el título, y algo de eso hubo, pero también el ascenso del artista desde la educación trapera hasta el altar de las músicas latinas de ayer y siempre, sin complejos, con toda la ambición de una gira que, tras estrenarse el 19 de febrero en Málaga, recorrió España y Latinoamérica hasta su cierre, el 29 de noviembre en Santiago de Chile. (Foto: Òscar Giralt). Jordi Bianciotto