Nueva Orleans, la cuna del jazz, es también el hogar elegido por los cuatro integrantes de Special Interest para realizar sus fechorías, en las que combinan EBM, punk y no wave. Sin haberse propuesto agitar ninguna bandera, se han convertido en los representantes más politizados de la escena musical queer estadounidense. Y este año han publicado “Endure”, su cuarto álbum.
A Special Interest los han definido como “dance-punk”, pero, ya que ese mismo apelativo es el que se ha empleado habitualmente para LCD Soundsystem o !!!, en este caso no parece lo más adecuado, dada la suciedad y violencia que ha caracterizado la breve trayectoria discográfica del cuarteto establecido en Luisiana y formado por Alli Logout (voz), Maria Elena Delgado (guitarra), Nathan Cassiani (bajo) y Ruth Mascelli (sintetizadores y caja de ritmos). En 2021 apareció “Trust No Wave”, un breve álbum de apenas 20 minutos que recogía sus primeras maquetas, grabadas en 2016, el año de su formación. El resultado sonoro no podía resultar más abrasivo: un cruce entre el punk canónico, la música industrial de Throbbing Gristle y la rudimentaria sencillez lo-fi tecnoclaustrofóbica de Suicide. A esos ocho temas, seguro, nadie se atrevería a calificarlos como “dance-punk” sin esperar que alguno de los interpelados respondiera con una hostia bien dada. Seis años después, el grupo publica “Endure” (Rough Trade-Popstock!, 2022), su tercer álbum “oficial” y el primero que graban para el sello británico, del que sonaron unas cuantas perlas en la pasada edición de Primavera Sound Barcelona, cuando se comieron el escenario a dentelladas secas y calientes.
El grupo fue fundado por Logout y Delgado en Texas, explica por Zoom la guitarrista en una entrevista en la que estuvieron presentes sus compañeros menos la carismática cantante, que también es cineasta y artista de performance y cuya película “Lucid Noon, Sunset Blush” (2015) ganó el premio al mejor corto feminista en el Scottish Queer International Film Festival. Delgado es hija de padres estadounidenses, segunda generación de inmigrantes de México, y cuenta que todos sus familiares son mexicanos. Explica que Alli y ella se conocieron en Denton, Texas, y al poco tiempo surgió la posibilidad de realizar una actuación en Nueva Orleans, en el Not Enough Fest, un festival punk para bandas lideradas por mujeres, queer y feministas. Decidieron crear una banda de tan solo dos miembros para esa ocasión: “Yo me quedé a vivir en Nueva Orleans y Alli se mudó definitivamente un poco después”, recuerda. “Fue entonces cuando conocimos a Nathan y a Ruth y los reclutamos para darle más cuerpo al sonido. La idea que teníamos en mente era hacer una banda que sonara como The Screamers”. Se refiere a la legendaria formación de la primera generación punk de Los Ángeles, activa entre 1976 y 1980 (con una impresionante imagen y presencia escénica pero sin discos publicados), a la que Jello Biafra (Dead Kennedys) considera una influencia decisiva. Delgado matiza que querían sonar como ellos, pero “sin batería, porque es mucho más fácil hacer los ensayos con una caja de ritmos; los baterías se terminan cansando”.
Para quien no esté al tanto, Special Interest es una banda en la que todos sus integrantes son gays y sus temas son alegatos reivindicativos contra todo tipo de opresión, incluidas la sexual y la racial. Hasta sus canciones más bailables sirven para contar historias de explotación negra, drogadicción y violencia. Para romper el hielo pregunto si entre ellos existía o existe alguna relación de pareja, pero responden entre risotadas que no. Y me lanzo a tratar de saber qué opinan de ese papel de referente de la comunidad queer en el que se han terminado convirtiendo. Maria Elena responde que en sus canciones se limitan a “reflejar lo que vemos y hacemos lo que queremos; no sería posible ignorar el mundo y las circunstancias del mundo; sería imposible”. Y añade a este respecto: “No queremos que se nos identifique solo como una banda política o solo como una banda ‘queer’. Quiero decir que todas esas cosas son asuntos, quizá, más personales”. Nathan, el bajista, ahonda en esa opinión: “Cuando empezamos esta banda era para hacer música. En las letras terminan apareciendo nuestras creencias personales, pero en ningún caso estábamos tratando de crear… –duda, buscando la palabra– ...una plataforma… –termina la frase Maria Elena y Nathan lo confirma–... ¡exactamente!”.
En Europa no todo el mundo entiende el inglés, ¿creéis que aquí podéis ser percibidos simplemente como una gran banda de punk? Al menos, más que en Estados Unidos o Reino Unido, donde el contenido de las letras puede hacer que se establezca un sesgo de sexo más marcado.
Maria Elena: Eso es interesante. Yo creo que se nos percibe de esa manera a escala global, pero es todavía una idea nueva para nosotros. ¿Habéis pensado mucho vosotros en ello?
Nathan: Yo me siento más cercano a Europa. No sé si es porque creo que existe un aprecio mayor por la música independiente, pero también hay muchas diferencias entre Europa e Inglaterra. En realidad hablo por el Reino Unido, donde siento que el aprecio por la música independiente está más extendido que en los Estados Unidos. Allí la música independiente se mueve en un terreno mucho más underground. Creo que cuando empezamos a crecer, mucho del impulso que recibíamos venía de Europa. Nuestra agencia de contratación, Swamp Booking, está en Berlín, y su dueño, Riccardo Biondetti, fue una de las primeras personas que se acercó a nosotros. Y sabemos, en general, que la mayor atención procede de Inglaterra.
Ruth: Creo que la idea de que alguien escuche la música y no entienda la letra es muy interesante. Nosotros lo hemos hecho. Hace poco hablamos con alguien de Japón que quería traducir nuestras letras al japonés, lo que sería algo muy interesante. Las letras son una parte muy importante de todo, pero creo que la pasión y la energía se siguen transmitiendo. A mí me gustaría poder escuchar nuestra música sin entender las letras para tener esa experiencia. Sería genial. Yo creo que reflejamos, más allá de las letras y, sobre todo, en cómo suena la música, lo que intentamos transmitir. Creo que todo está ya ahí.
Maria Elena: La gente de todo el mundo, incluidos nosotros, escuchamos música en idiomas con los que no estamos familiarizados. Mucha de la música que a mí me gusta es brasileña. En realidad, hay todo tipo de idiomas en mi colección de discos, así que no me imagino que al resto de la gente de todo el mundo a la que le gusta la música le resulte diferente.
Por cierto, ¿estáis de acuerdo en que se os califique como banda punk?
Maria Elena: Sí, creo que esa es la definición más fácil: banda punk.
Nathan: Es algo que nos unió y que fue realmente formativo para todos nosotros. Así que, incluso si nos desviamos en diferentes direcciones, esa pequeña chispa de esa energía siempre va a estar ahí, si quieres. Así que, sí, es parte de ello.
¿Y qué referencias musicales de la adolescencia tenéis? ¿Dead Kennedys, Sex Pistols, The Clash, Black Flag, Big Black, Butthole Surfers?
Ruth: Una de las primeras bandas que descubrí de adolescente fueron The Screamers, y eso fue definitivo para mí. Además, como ya ha dicho antes Maria Elena, fue fundamental en los comienzos de Special Interest, aunque luego nos desviáramos. Pero, al menos para mí, esa es la influencia principal.
Maria Elena: En mi caso, una de mis principales influencias personales es el post-punk. Y el punk bailable. Sobre todo el de chicas.
Nathan: Cuando era adolescente me gustaban muchos de los que has mencionado. Pero sí, la influencia sobre todo de las bandas post-punk de chicas es enorme. Y también el glam rock en la adolescencia; era realmente una forma de escapar y me encantaba escuchar a David Bowie, T. Rex y Roxy Music y todas esas cosas. Todos nosotros amamos eso y lo llevamos con nosotros, también, a la banda.
¿Y cómo es ser una banda punk en Nueva Orleans, con su enorme tradición de jazz, blues y música zydeco y cajún?
Ruth: Es un lugar muy particular. La escena es realmente diferente a cualquier otra de los Estados Unidos y hay mucha disposición por parte de la gente para probar cosas nuevas y combinaciones extrañas. Es una ciudad relativamente pequeña, por lo que a menudo terminas coincidiendo en los mismos espacios que otros, así que la mezcla se da por naturaleza. No creo que hubiéramos podido salir de ningún otro clima en particular, y estar allí fue realmente lo que nos ayudó a formarnos en ese tipo de apertura y esa rareza, sin duda. Todos nosotros venimos de diferentes lugares. Yo soy de Pensilvania. Nathan también es del noreste. Y luego Alli y Maria son de Texas.
Tengo la sensación de que a finales de los 70 y principios de los 80 la música era mucho más multicultural de lo que ha acabado siendo en lo que llevamos de siglo.
Nathan: Tal vez. Creo que en los primeros días del punk había mucha más experimentación. En los años 80 las cosas se volvieron un poco más rígidas y menos artísticas, supongo. Pero también depende de dónde te encuentres. Si te fijas en Inglaterra, allí había bandas como The Slits o The Raincoats y cosas por el estilo, que son ejemplos realmente brillantes. Pero cuando hablas con gente de la época, lo que está claro es que había muchos hombres heterosexuales en las bandas.
Ruth: Leer cosas sobre esa época es muy interesante, por la combinación de gente, influencias y perspectivas diferentes que dieron lugar a esa música. Probablemente, la gente está un poco más atomizada en la actualidad debido a internet, y aunque ahora diera la sensación de que todo está al alcance, disponible, la gente es un poco más cuadriculada en sus influencias. Al estar todo ahí se elimina ese elemento de azar de la gente que te rodea. Pero no quiero decir que ese sea siempre el caso. Creo que la gente que se encuentra en la vida real genera las colaboraciones y los sonidos más interesantes.
Maria Elena: Y no podemos olvidar que la mayoría de la música se fundó a partir de la cultura negra, aunque al final las cosas que la industria encuentra aceptables o decide apoyar son, por lo general, un montón de bandas de tipos blancos. También puedo decir que, después de acudir a más festivales, ya hay muchas más mujeres y gente de color en estos grandes festivales en comparación con los años noventa. Cuando yo iba de joven a los festivales de música, era bastante desalentador. Ahora creo que las cosas se han ampliado.
Nathan: Con internet puedes encontrar cualquier cosa si sabes dónde buscar. Y eso sirve para el pasado y para el presente. Puede que no te encuentres con algo en tu ciudad o en tu vida diaria, pero está ahí fuera. Solo tienes que saber cómo encontrarlo.
Si comparamos vuestras primeras maquetas y los dos primeros álbumes –“Spiraling”, de 2018, y “The Passion Of”, de 2020–, el sonido de “Endure” no es tan abrasivo y amenazador. ¿A qué se ha debido?
Ruth: Bueno, algunas partes lo son, pero no diría que todo el disco lo es de principio a fin. Creo que fue producto de que lo hicimos durante la pandemia, que fue una época bastante sombría en muchos sentidos. A veces eso se refleja en la música y otras veces veíamos que queríamos hacer algo que fuera un poco más divertido, por nuestro propio bien. Crear algo bonito y divertido para tocar en el ensayo. El disco abarca un montón de emociones diferentes, pero no diría que sea más suave en todo momento: hay una parte muy ruidosa en la última mitad del álbum.
Nathan: “The Passion Of” se grabó con James Whitten, que también ha grabado “Endure”. Y cuando hicimos este último disco, queríamos que hubiera otro par de oídos y tener algo así como un equilibrio en la mezcla. Así que hicimos que un universitario mezclara el disco y, sí, creo que sacó más matices del sonido sin hacerlo tan extremo.
Estuvisteis en el pasado Primavera Sound de Barcelona y causasteis sensación. ¿Vais a volver a tocar en España en los próximos meses?
Nathan: No tenemos nada planeado, pero espero que sí. Barcelona fue muy divertido y me encantaría tocar en Madrid. Ya he tocado allí con otras bandas antes y me encanta España, así que espero que sea pronto.
Maria Elena: ¡Quiero ir a Madrid!
¿Hay algo que no os haya preguntado y que quisierais contarme?
Nathan: Si tienes los medios para decirles a los de Alaska que escuchen nuestro disco, nos encantaría que lo hicieras.
Maria Elena: ¡Alaska! ¡Alaska! ¡Alaska!
Para acabar, ¿a qué hace referencia vuestro nombre?
Maria Elena: En los videoclubs, en la era del VHS, sobre todo en los estados del sur, se llamaba así a la sección donde podías encontrar películas que eran raras o diferentes, las películas de temática gay o psicodélicas o picantes o arty. El nombre es una referencia a ese género de películas de serie B. ∎
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