Jack Clement le había pedido a Jerry Lee que acudiera al estudio en la tarde del 4 de diciembre para tocar el piano durante una sesión de Carl Perkins. Poco menos de un año antes, Perkins había grabado “Blue Suede Shoes”, tema que se convirtió en uno de los mayores éxitos de 1956 y que saltó de las listas country a las de pop y rhythm’n’blues. Fue el disco más vendido de la breve historia de Sun Records, y tanto Sam como Carl estaban ansiosos por repetir su éxito. De los cinco temas grabados el 4 de diciembre, Sam decidió lanzar “Your True Love”, que Perkins acababa de componer, y “Matchbox”, versión cañera de un blues que había sido grabado por primera vez con el título de “Matchbox Blues” por Blind Lemon Jefferson en 1927. Ninguna de las dos grabaciones tuvo el éxito que esperaban Sam y Carl, y Carl Perkins, que le había proporcionado al rock’n’roll uno de sus pocos himnos auténticos, descendió lentamente a aquel lugar en el que la fama repite su propio nombre, arrastrando las palabras sin cesar a través de sus gruesos labios prostituidos.
Aquella tarde iban a pagarle a Jerry Lee quince dólares por su trabajo, y a él le pareció muy bien. Disfrutó tocando con Perkins, cuyos discos le gustaban, y también conociendo a Johnny Cash, otra estrella de Sun Records, que había acudido a la sesión invitado por Carl. Pero por encima de todo disfrutó –fue todo un placer– conociendo a la única persona que nadie imaginaba que fuera a estar allí, la única persona en la que había estado pensando más que en ninguna otra durante los últimos días. Lo cierto es que fue un auténtico placer conocerlo.
Desde que se había marchado de Sun el año anterior, Elvis visitaba el viejo estudio cada cierto tiempo.
“Sencillamente se dejaba caer por ahí, normalmente por la tarde”, dijo Jack Clement.
“Aparecía en su motocicleta y pasaba un rato con nosotros. Una vez entró cuando estábamos jugando a los dados en la sala de control. Parecía un poli y creímos que era una redada”.
Aquel 4 de diciembre por la tarde Elvis llegó al estudio de Sun con Marilyn Evans, una bonita corista de 19 años que se había traído a casa con él desde el hotel New Frontier de Las Vegas. Todos los que estaban en el estudio se congregaron alrededor de Elvis, la persona más famosa del mundo. Él se sentó ante el piano y empezó a deslizar los dedos por el teclado con ademán inseguro. El grupito de Carl Perkins (sus hermanos J. B. y Clayton a la guitarra rítmica y el bajo, y W. S. “Fluke” Holland a la batería) cogió sus instrumentos y lo siguieron. Muy pronto Elvis, Carl, Cash y Jerry Lee comenzaron a cantar juntos. Jack Clement puso en marcha la grabadora y Sam Phillips telefoneó al ‘Memphis Press-Scimitar’. Al cabo de unos minutos, llegaron al estudio el columnista Robert Johnson (“TV News And Views”) y el fotógrafo George Pierce. Para entonces el grupo había dejado de tocar, pero Elvis, Carl, Cash y Jerry Lee seguían cantando con el piano acompañándolos. Después de que el fotógrafo obtuviera sus imágenes, Johnny Cash, que había estado cantando los bajos, se marchó para ir de compras con su mujer, Vivian. Los otros tres siguieron cantando. Perkins, que era un cantante solista poderoso, cantó con suavidad, casi de manera tímida, en presencia de Elvis. Sin embargo, Jerry Lee cantó como un poseso.