09. 01. 2024
El estadounidense Phill Niblock (1933-2024), uno de los grandes compositores de nuestro tiempo, falleció el pasado lunes 8 de enero, según comunicó la organización cultural Blank Forms. Miembro destacado de la escena experimental de Nueva York, su labor se desarrolló en los ámbitos de la música (drones y microtonos), la fotografía y el vídeo. Los intentos de clasificar su producción lo situaron en la órbita de la música minimalista, pero él se definía simplemente como compositor o, en todo caso, como “artista intermedia”.
Nacido en Anderson, Indiana, se graduó como economista en la Universidad de Indiana, pero en 1958 se trasladó a Nueva York, donde comenzó a trabajar como cineasta y fotógrafo, documentando la escena jazzística de la metrópoli. Su conversión en compositor fue el resultado de una sucesión de circunstancias. Primero, asistir en 1961 a uno de los conciertos de estreno de las “Durations” de Morton Feldman, cuando escuchó por primera vez “lo que realmente se podía hacer con los tonos largos. Fue, en cierto modo, como si me diera permiso para hacer mi propia música”. Y, segundo, un viaje en motocicleta: “A mediados de los años sesenta iba conduciendo una Yamaha de dos tiempos por una larga pendiente de montaña en las Carolinas, detrás de un camión con motor diésel al que no podía adelantar. Los dos llevábamos el acelerador a tope. Llegó un momento en el que las revoluciones de nuestros respectivos motores llegaron, aunque no del todo, a una coincidencia casi armónica. El latido resultante de los dos motores funcionando a frecuencias ligeramente diferentes me puso en tal estado de trance que casi me salgo por la ladera de la montaña”.
A diferencia de Philip Glass, Steve Reich, Terry Riley y La Monte Young, los llamados big four del minimalismo, no recibió ningún tipo de educación musical formal. A diferencia también de Young, con el que más se le ha comparado, tampoco se sintió interesado ni por el concepto de “afinación justa” ni por la energía extática de la música india. Sin embargo, es el único que se mantuvo fiel a la esencia minimalista, centrándose en la repetición y los drones, que empleaba a volumen muy alto. E influyó en compositores como Glenn Branca o en Thurston Moore y Lee Ranaldo, ambos de Sonic Youth.
La última vez que se le pudo ver sobre un escenario fue en las noches de los pasados 21 y 22 de diciembre, en la sala Roulette de Brooklyn, cuando ofreció su habitual concierto anual del solsticio de invierno, que comenzó a interpretar en 1976 en la sede de la Fundación Experimental Intermedia. En esta ocasión –en conmemoración de su nonagésimo cumpleaños, que celebró el pasado 2 de octubre– duró veinticuatro horas, con la participación de un gran número de músicos invitados. ∎
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