En fin, pasemos a la alegría de vivir. Como por arte de magia y para acelerar el proceso, llegan las dos novedades editadas recientemente en vinilo que presenta Adarce Records. Dos “bombas gitanas”, así las presenta el sello: “Flamenco Pop. 14 Flamenco Pop Beat Big Hits 1968/1977”, con Carmen Sevilla, Encarnita Polo, Rosa Morena o Dolores Abril transitando desde la copla hasta el lounge pasando por el beat británico, y “¡Naino, Naino! Spanish Gipsy Soul Funk 1971/1978”, un recopilatorio que continúa lo iniciado en “¡Naino!” (2017), y por tanto más centrado en el baile desatado y racial de Peret, Bambino y Las Grecas. Está todo dicho, pero no nos callaremos que toda iniciativa mínimamente seria destinada a recuperar y documentar como es debido nuestro pasado musical, maltratado por sistema desde la propia industria discográfica, debe ser bienvenida.

Ya podemos ver el tráiler de “This Much I Know To Be True”, documental de Andrew Dominik cuyo estreno está previsto para el 11 de mayo y en el que se aborda la relación personal y el proceso creativo que unen a Nick Cave y Warren Ellis, particularmente en lo tocante a la génesis de los recientes “Ghosteen” (2019) –como Nick Cave & The Bad Seeds– y “CARNAGE” (2021), publicado como disco del dúo. Lo que se ha anticipado esta semana promete indagar en parcelas personales, por ejemplo el proceso de selección y escritura de The Red Hand Files, y ahondar en algo que ya se intuía en aquel seudodocumental tan discutido como disfrutable titulado “20.000 días en la Tierra” (Iain Forsyth & Jane Pollard, 2014), esto es, la evidente y profunda conexión personal que existe entre Cave y Ellis.

Dos interesantes reediciones de material de Richard Thompson. En primer lugar, la banda sonora del documental “Grizzly Man” (Werner Herzog, 2005), remasterizada y con material extra descartado en su momento, que publicará en breve el sello No Quarter. Y hoy mismo el sello Island pone en circulación la reedición conmemorativa del 45º aniversario de “(guitar, vocal). A Collection Of Unreleased And Rare Material 1967-1976”, doble recopilatorio de rarezas que cubre el período entre 1967 y 1976, época en la que militó en Fairport Convention, puso en marcha su carrera en solitario y también su legendario dúo con Linda Thompson.

Además, hoy llegan a tiendas y plataformas de streaming los nuevos trabajos de Aldous Harding (“Warm Chris”), Destroyer (“LABYRINTHITIS”), Guerrilla Toss (“Famously Alive”), Ibibio Sound Machine (“Electricity”), Machine Gun Kelly (“mainstream sellout”), Koffee (“Gifted”), Joan Jett & The Blackhearts (“Changeup”) y Denzel Curry (“Melt My Eyez See Your Future”). Aquí, se publican sencillos de Soleá Morente (“El pañuelo de Estrella”), un avance del disco que Rocío Márquez y Bronquio publicarán a finales de mayo (“Un ala rota”), EP conjunto de Ortiga y High Paw (“Poiro”), álbumes de Sexy Zebras (“Calle Liberación”) y de Juan Perro (“Libertad”), así como “Un minut estroboscòpica”, el esperado trabajo que saca a los mallorquines Antònia Font de su larguísimo retiro discográfico y a quienes entrevistamos hoy como tema de portada.

Pero de todos los discos que se publican hoy, hay uno sobre el que me gustaría llamar la atención, quizá por miedo a que en su modestia termine siendo sepultado por la marabunta. “Hollow Heart” es el cuarto LP de la banda londinense The Hanging Stars, una delicatessen en toda regla que hará las delicias de todos los lectores adscritos a los cánones del modelo antiguo, tan devotos ellos del country cósmico, el folk psicodélico y, en fin, las canciones de toda la vida. Grabado en Escocia, en los estudios de Edwyn Collins, el adelanto ya apuntaba que en esta ocasión podían tratar de liberarse de algunas ataduras estilísticas –inmaculadas, todo sea dicho– para ir hacia algo más contemporáneo. Veremos hoy mismo en qué ha quedado la cosa.

Y no puedo despedirme de la sección sin compartir mi disgusto al enterarme de la jubilación de Mike Dean, el árbitro más carismático y pintoresco de la Premier League –el fútbol es cultura, aunque tú aún no lo sepas–, que colgará el silbato este verano. Echaremos de menos su donaire al practicar el arte de la expulsión y recordaremos con cariño su rico anecdotario, lleno de momentos impagables como aquel en el que celebró un gol durante el partido que él mismo estaba arbitrando.