No resulta el videoclip un asidero habitual para el alojamiento de crítica social o política. Sin embargo, este trabajo de
Aus Taylor para el dúo
Paris Texas pone de relieve lo contrario: su capacidad para contornear un apunte sobre una de las lacras más sangrantes que golpea a diario el país de la Asociación Nacional del Rifle.
Coincidiendo con la publicación de
“Un país bañado en sangre” (2023) –el libro de no ficción de Paul Auster y el fotógrafo Spencer Ostrander– y el estreno de la demente
“Beau tiene miedo” (Ari Aster, 2023) –alguno de sus parajes devuelve, en clave alucinada y cómica, la pesadilla ensangrentada americana–, este videoclip se alinea con las preocupadas voces que se alzan cada vez que la enquistada cultura de las armas se manifiesta con el enésimo estallido de violencia incontrolable.
El dúo rapero angelino, que ya había mostrado una actitud crítica y enfurecida en cuestiones raciales y de violencia en anteriores muestras visuales, firma el relato que guía este frenético trayecto de una bala disparada por un
redneck hacia un hijo díscolo convertido en presa negra por, supuestamente, renegar de la tradición familiar. Este emprende su desesperada huida mientras una bala, seguida en POV, lo acompaña en su carrera. Una huida que lleva al personaje perseguido por ese proyectil de trayectoria imposible a circular por las fosas de los
mass shootings. No es arbitrario su paso por institutos (la sombra nefasta de tantos episodios funestos con armas de fuego), iglesias (otro lugar recurrente en estas enloquecidas expresiones de odio) y centros de entretenimiento (el recuerdo infame de la matanza en el cine de Aurora, Colorado), evocando alguno de los episodios más fatídicos y dolorosos de la historia reciente de los tiroteos masivos.
Aunque no son las únicas capas a examinar. Ese final desconcertante en el que los dos raperos aparecen en pantalla y lidian con una escena terrorífica mediante cierto humor y cierta retranca sobre la idoneidad de llamar a la policía evidencian la normalización de la violencia atroz que sacude constantemente el territorio americano. También ese segmento del joven corriendo por el cine, con la pantalla retransmitiendo lo que capta la cámara de seguimiento, expone el tratamiento espectacular por parte de los medios de estas tragedias convertidas en contenido cotidiano. Una pieza cuyo ritmo disparatado y angustia latente no sepulta la contundente y lúcida denuncia alojada en su interior. ∎