Álbum

Meshell Ndegeocello

The Omnichord Real BookBlue Note-Universal, 2023

24. 07. 2023

La singular multinstrumentista, vocalista y compositora norteamericana Meshell Ndegeocello presenta en este nuevo álbum un baúl de recuerdos musicales. No es la primera vez que la bajista se cobija en el jazz, que, más que interpretarlo, lo utiliza a modo de palanca para expandir sus límites tanto personales como musicales y así acercarse a la espiritualidad del jazz. Desde “Comet, Come To Me” (2014), esta consumada exploradora de sonidos no componía obra nueva.

Esta grabación es la primera como líder para Blue Note, pues en años anteriores había participado como sidewoman en “Black Radio” (2012), de Robert Glasper, y más tarde como productora en el homenaje a un grande del swing de los años treinta, “All Rise. A Joyful Elegy For Fats Waller” (2014), un proyecto del pianista Jason Moran –que participa en el álbum de la bajista en la evocadora “Perceptions”–. Ndegeocello da un paso trascendente al concebir y materializar un trabajo visionario, muy influenciado por el jazz, que, además, supone un nuevo capítulo en su dilatada carrera musical.

Si nos atenemos a la pieza que abre (“Georgia Ave”), junto al saxofonista Josh Johnson (también productor de este doble álbum), se podría asegurar que la bajista toma un rol de exploradora musical en medio de un territorio poco transitado. “An Invitation”, “Call The Tune” o el instrumental “Omnipuss” son otros ejemplos en los que el jazz da cabida a una suerte de pop sintético. ¿Raro? Puede ser. Luego, la temática y el color sonoro viran hacia Sly Stone en “Clear Water”, un cautivador midtempo, junto al batería Deantoni Parks, el guitarrista Jeff Parker y la vocalista Sanford Biggers, que alcanza el R&B más sedoso en “ASR”, de nuevo con Parker, que también canta.

La explosión absoluta llega con “Virgo”, el vértice del proyecto. Una suite, cuyo vídeo (des)coloca tanto como atrapa, y la escucha se pega a la piel. Percusiones a todo vapor, multiplicidad de teclistas, el arpa casi hipnótica de Brandee Younger y el órgano de Julius Rodriguez. La propia bajista comanda las síncopas de funk, neosoul, dub y más. “They called me, back to the stars...”. Desde otro prisma, pero con similar intención, esos ritmos se entrelazan en “Burn Progression”, junto a ese inventivo trompetista y compositor que responde por Ambrose Akinmusir y la cantante Hanna Benn, para más tarde introducirse en “Tha King” (con la cantante sudafricana de spoken word Thandiswa Mazwai); luego, repiten en “Vuma”, con Joel Ross a la marimba. Después, la multinstrumentista lidera el ambient de “Oneelevensixteen”.

El trabajo colaborativo de la cantante, su banda y los invitados conduce a dos baladas. Una, “Gatsby”, de Samora Pinderhughes, cuenta con la voz de Joan As Police Woman y el piano de Cory Henry; en “Towers” se luce Ross, aquí como vibrafonista. Las coloridas voces de The Hawtplates (Justin Hicks, Kenita Miller-Hicks y Jade Hicks) sobresalen en “The 5th Dimension”, pues el trío se acerca a la sonoridad soul de la Motown del exitoso quinteto vocal de los años sesenta y setenta.

Ndegeocello no recoge cable. Al contrario, lanza lianas para tender puentes sobre el Amazonas musical que supone esta grabación, de la que también es coproductora, que expone ideas, homenajes y músicas que se remontan hasta cincuenta, sesenta años atrás. Un trabajo de deconstrucción y montaje. Se puede alegar que la espiritualidad de la bajista apela a la cosmología africanista de Sun Ra. Otro tanto se puede decir de la influencia de Herbie Hancock y sus sonoridades inclusivas, del jazz al rap. Si se piensa en radicalismo, cabe pensar en las cantantes de jazz y activistas como Abbey Lincoln y Nina Simone y ¿por qué no?, en Gil Scott-Heron y Questlove.

El disco es uno los títulos que define musicalmente 2023 en un sentido ecuménico y emocional, ya que abraza el mundo de manera inclusiva, incidiendo de manera decidida en la diversidad de género. Además, su padre, que fue saxofonista, falleció en 2016. Y su madre murió tiempo después. Tal vez por ello este espléndido doble álbum trata de la pérdida.“This album is about the way we see old things in new ways. Everything moved so quickly when my parents died. Changed my view of everything and myself in the blink of an eye”, ha declarado Ndegeocello a la revista británica ‘Bass Magazine’.

Su progenitor le regaló un real book, que es una recopilación de partituras de estándares de jazz hecha por los alumnos del Berklee College Of Music en los años setenta. Está considerado un documento indispensable para cualquier estudiante o músico de jazz. Por su parte, la bajista recuperó el omnichord, instrumento que permite elaborar melodías sin la necesidad de atender una pantalla. En “The Omnichord Real Book”, Meshell Ndegeocello desata un torbellino compositivo a partir del jazz, que sitúa al audiófilo en una interesante disyuntiva: romper el molde o seguir con las etiquetas. Nu jazz lo llaman. Simplemente, música para alimentar el alma. ∎

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