Levantaron polvareda con
“Murmur” (1983) por su estilo sencillo, inmediato, casi íntimo. Mientras fuera se hablaba de ellos como los artífices de un retorno a las formas clásicas del rock rural americano (hubo quien se atrevió a compararlos a los Byrds), aquí CBS pasaba olímpicamente del disco. Hábiles como de costumbre, se han dado cuenta de que
R.E.M. existen con el habitual retraso y habrán decidido editar
“Reckoning” (1984) –supongo– tras largas sesiones de debates acerca de su rentabilidad, por supuesto, sin ofrecer ningún dato acerca de los miembros o de las canciones –en el dibujo de la portada, estas salen medio escondidas–, no vaya a ser que por las tres pesetas que vale una hoja de créditos se tambalee la empresa.
Pero es igual; la prueba de que “Reckoning” está por encima de todas esas minucias la tengo en las canciones. Me las conozco por su situación, no por sus títulos –salvo la evidente
“Time After Time (Annelise)”–: son para mí la primera de la cara A o la tercera de la cara B, y la tonada es lo que cuenta. “Reckoning” está repleto de ellas, algunas lánguidas, otras evocadoras, maravillosas todas. Con el paso del tiempo estoy comenzado a acercarme al plato para saber cómo se llama esta o la otra, pero solo por una curiosidad animal; al poco rato ya no me acuerdo. De la canción, en cambio, sí. Y de las del disco anterior, también. Por eso, el mejor elogio que se puede hacer de ambos es decir que se parecen. Porque son igual de buenos. ∎