El título del esperado segundo álbum del cuarteto de Malí
Songhoy Blues,
“Résistance”, es tan escueto y explícito como el de su debut de 2015,
“Music In Exile”. Si se formaron en Bamako huyendo de su Tombuctú natal a causa de la guerra, la ocupación y la prohibición de interpretar música, para ellos seguir tocando, aunque lejos de casa, es un acto de pura resistencia. Descubiertos por Damon Albarn y Nick Zinner de Yeah Yeah Yeahs, Julian Casablancas de The Strokes editó su debut en los Estados Unidos y desde entonces son favoritos de artistas y fans de todo el mundo.
Esa facilidad para conectar con público de todo tipo se debe a que su música no reniega de la tradición africana, en su caso del blues del desierto que se cultiva en su región natal –empezaron versionando temas de su ídolo, Ali Farka Touré–, pero va un paso más allá, absorbiendo influencias universales como el blues de John Lee Hooker, el pop de The Beatles y, sobre todo, el rock duro, de Jimi Hendrix a Led Zeppelin, e integrándolas de modo natural en su personal sonido.
Producido en Londres por Neil Comber (M.I.A., Django Django, Crystal Fighters), cuenta con las voces invitadas del rapero Elf Kid en
“Mali Nord” y de todo un Iggy Pop en
“Sahara”. Palabras mayores. Se lo merecen, aunque no lo necesitan: se bastan y se sobran solitos para levantarte del sofá y sacudirte la pereza, las ideas y el cuerpo entero desde ese potente inicio que encadena la stoner
“Voter” con ese jubiloso canto a la vida nocturna del sábado noche en
“Bamako”. Viva África Eléctrica. ∎