“Are we recording? OK, here we go”. Eso dice James Yorkston antes de acometer “There Is No Upside”, una de las ocho canciones de un disco gestado con esa espontaneidad y ese gesto de ponerse en camino, a ver qué se encuentra. La excursión es pura complicidad y al escuchar el resultado cuesta creer que las dos sesiones de comunión natural y libre entre el cantautor escocés y la banda sueca The Second Hand Orchestra sean el fruto (casi) de la improvisación. O no, porque se trasluce el espíritu de descubrimiento al unísono, en una misma dirección y sin imposición de ningún tipo, para engalanar y enriquecer las canciones de Yorkston.

Lo explican en el interior de la carpeta (otra obra de arte ilustrada, como es norma de este bardo), en un conjunto de declaraciones de Yorkston y el músico y promotor, y líder de la Secondhand Orchestra, Karl-Jonas Winqvist: coincidieron circunstancialmente hace muchos años, pero fue en 2019 cuando Karl-Jonas invitó a actuar a Yorkston en solitario en su club, y preparó con su banda algunas canciones del escocés para sumarse al final del concierto. Al día siguiente se fueron a un estudio y, casi a la vez que Yorkston les mostraba algunas canciones nuevas, se ponía en marcha la grabadora y cada músico aportaba lo que intuitivamente creía necesario.

Sin embargo, las canciones aparecen enteras, muy formadas, avanzando como un pequeño mar con sus olas al unísono, sin destacar unas sobre otras, en movimiento armonioso y bello. Si el folk de Yorkston es siempre atemporal y libre, artesano y auténtico pero sin apego a tradiciones concretas y plenamente contemporáneo, con los aditamentos de la Secondhand Orchestra sus melodías melancólicas aunque recias, sus evocadoras historias abiertas y cálidas, encuentran una nueva sonoridad sostenida en hilos de violín, chelo, guitarras acústicas y eléctricas, y delicados instrumentos de viento. Un poco como en la primera época de Lambchop: una banda numerosa pero que produce un sonido íntimo y comedido.

Destacan especialmente las voces, con predominio femenino: cuando casi todos se ponen a cantar, como en las preciosas “Choices, Like Wide Rivers” y “A Very Old Fashioned Blues”, todo se ilumina y el corro de amigos se revela mágicamente conectado. Todo fluye y todo crece en este río ancho y caudaloso que es el talento de un Yorkston tan cautivador en solitario como en comunidad, en los tres discos del trío Yorkston / Thorne / Khan, o en esta conexión nórdica de inspirada templanza. ∎