Porque es que también hay que tener en cuenta que esta actuación se dio precisamente unos días antes de que saltara la noticia de que Google, en otro movimiento más de las grandes tecnológicas plegándose a las persecuciones personales de Trump, ha decidido eliminar de su Calendar algunas efemérides como el Mes del Orgullo (junio), el Black History Month (que se celebra precisamente en febrero), el Women’s History Month (marzo) o el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto (27 de enero). No es necesario que señale a quién se está intentando invisibilizar con estas omisiones, ¿verdad?
Ante una noticia como esta (una de tantas, también es cierto), se intensifica la grandeza de una actuación como la de Kendrick Lamar en la Super Bowl 2025. Una actuación que resuena precisamente en el Black History Month y que fue una celebración de la cultura negra para mostrar la otra cara de la moneda de la persecución del DEI. ¿Queréis eliminar los programas sociales para que podáis volver a ser una mayoría blanca dominante? Pues aquí tenéis 15 minutos en los que el excluido es precisamente el hombre blanco. Y no solo es excluido, sino que es alienado con decisiones tan magistrales como darle a Samuel L. Jackson la oportunidad de hacer de maestro de ceremonias como un Tío Sam negro o de recrear la bandera de los Estados Unidos usando solo a bailarines negros vestidos con estética ghetto en rojo, azul y blanco.
Sin necesidad de mostrarse abiertamente político, Kendrick Lamar fue político al 1000% al plasmar unos Estados Unidos puramente negros con invitados de lujo entre los que, además del mencionado Samuel L. Jackson, también destacaron Serena Williams o SZA, esta última con un dueto que pone los pelos de punta. Y todo esto lo hizo a la vez que se cepillaba al elefante en la habitación: ese beef con Drake que tuvo varios momentos estelares en el show. Varias veces fue soltando los primeros acordes de “Not Like Us”, una de sus diss track contra su rival, mientras se mostraba juguetón con la posibilidad de lanzarse o no lanzarse. “I want to play their favorite song, but you know they love to sue” (“Quiero tocar vuestra canción favorita, pero ya sabéis que les encanta poner demandas”), troleaba en cierto momento de la actuación. Por no mencionar esa “a” minúscula (la nota musical “a minor” que en inglés suena igual que “una menor”) que lucía al cuello en referencia a cierto verso en el que agita los rumores sobre la presunta pederastia de Drake.
“The revolution will be televised... You picked the right time but the wrong guy” (“La revolución sí que será televisada… Habéis elegido el momento correcto pero al tipo equivocado”), sentenciaba Lamar en un show que ya ha dejado para la historia una imagen destinada a convertirse en meme. No en vano, incluso ha sido convertida en sticker. Porque puede que ya haya bromas tan tremendas sobre este show como la afirmación por parte de ‘The Onion’ de que Fox blipeó la actuación de Kendrick al completo, pero el cabreo MAGA está ahí. Y es cosa seria. Porque todos sabemos que, al final de todo, el hombre heterosexual blanco trumpista tiene ahora mismo esta pinta.
Otra cosa que ocurrió en la Super Bowl y que demuestra lo necesaria que fue la actuación de Lamar en el intermedio: Kanye West se gastó el dinero en un espacio comercial para mostrar un vídeo grabado con su teléfono en el que precisamente habla de que contratar el espacio comercial fue tan caro que no quedó dinero para el anuncio. Y en el que también animaba a los espectadores a pasarse por su web para comprar zapatillas y tal. Lo que ocurre es que, al llegar a la web en cuestión, lo que los usuarios encontraban era un único producto: una camiseta blanca con una esvástica negra estampada en el pecho.
Todo esto ocurría, de hecho, mientras Ye caía bien fuerte en X / Twitter para esparcir mensajes de todo tipo, aunque ninguno de ellos más claro que este: “IM A NAZI”. Un mensaje que no desentona para nada con lo que suele verse en esta red pero que hay que sumar a otros tan preocupantes como este: “ELON STOLE MY NAZI SWAG AT THE INAUGURATION YOOOO MY GUY GET YOUR OWN THIRD RALE” (“Elon me robó mi swag nazi en la inauguración. Yoooo mi amigo. Búscate tu propio rollo”). Porque no hay nada que grite “salud mental” con mayor fuerza que expresarse con mayúsculas en redes sociales.
La consecuencia directa (no sé yo si de ser un nazi de forma pública o de antagonizar a Elon Musk) fue que a Ye se le suspendió la cuenta de X / Twitter. Y, de paso, también se le suspendió la página de Shopify. Que también digo yo: ¿eres el puñetero Kanye West y tienes tu tienda online en Shopify? ¿Puedes ser más cutre, macho? Suerte que las redes siempre están ahí para reírse de este tipo de sucesos y ya han anunciado que el artista se ha vuelto a cambiar el nombre, esta vez por Yitler. Y, sobre todo, han aconsejado que, en un mundo lleno de Kanye Wests, lo mejor que puedes hacer es ser un Kendrick Lamar.
Mientras en Estados Unidos la cosa está que da miedo, en España preferimos centrarnos en otras cosas. Porque esta semana obvio que hemos tenido nuestra racioncita de desbarres socio-políticos con Arturo Pérez Reverte intentando meter miedo con la dictadura “woke”. Pero, ¿para qué vamos a prestarle atención en este señoro cuando mejor podemos centrarnos en que el pasado sábado 8 de febrero se celebró la gala de los Goya 2025? Ahora bien, una cosa voy a admitir: no tengo ni idea de qué ocurrió ni qué peli se llevó premios ni qué actores y actrices lo petaron. Todo eso no me puede dar más igual porque en esta velada solo hubo una protagonista: Melody en la alfombra roja.
La de “El baile del gorila” venía directa de ganar una semana antes el Benidorm Fest 2025 (tal y como ya expliqué en mi anterior “Haciendo Scroll”), confirmándose como la representación española en el próximo festival de Eurovisión con su tema “Esa diva”. Y, si todavía no habías escuchado la canción de marras, seguro que lo hiciste en la mencionada alfombra roja en la que la artista no solo se dedicó a hacerse fotos con todo el mundo, sino que, se le acercara el reportero que se le acercara, la tía se arrancaba a cantar a voz en grito como si el mundo fuera su escenario. Porque lo es.
Total, que al reportero de ‘El Mundo’ le cantaba “el mundo no se ha parado” y al del ‘Hola’ lo de “Hola, hola, no vengas sola”. Esto implicó que, de repente, su voz se colara en las entrevistas de absolutamente todo el mundo que pasó por la alfombra roja, como puede verse en este video de Laura Escanes y en este otro de Jedet, de quien incluso hay otro clip un poco hasta el conio. Si todavía no te haces una idea de cómo sonó aquella alfombra roja, dale al play a este montaje.
Puede que los reporteros con micrófono acabaran un poco sobrepasados por el huracán Melody, pero las redes están a muerte con ella hasta el punto de que, para la pregunta “¿Cuántas veces ha cantado Melody “Esa diva”?”, tienen una respuesta tajante: no las suficientes. De hecho, los fans ya han propuesto “que Melody debería cantar TODAS las canciones de #Eurovision en plan, que participe por todos los países”… Lo que no quita que se estén marcando virales tan tremendos como meter los audios de los Goya en “Scream” o representar el sentir general en memes como este o este otro.
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