Cómo son las cosas. La semana pasada, me alegraba de que el Haciendo Scroll pudiera centrarse única y exclusivamente en temas musicales, pero aquí me tenéis, siete días después, intentando rascarle a la actualidad musical algún tema que nos dé un poquito de viralidad y un muchito de jajás… Aunque no ha habido forma.
Vale que Aitana la ha liado parda en redes al arrancar a hablar de salud mental, lo que ha provocado un debate entre los que compran lo que la artista tiene que decir (“los problemas de salud mental nos afectan a todos, seamos famosos o no”) y los que la critican por su rollo de “pobre niña rica”. Y vale también que Nebulossa (los que representaron a España en Eurovisión 2024 con “Zorra”) han lanzado una canción titulada “Venenosa” junto a Mónica Naranjo que tiene a las redes lanzando parecidos razonables con Camela, una comparación que a mí no me podría parecer mejor piropo pero que la gente entiende como algo negativo.
Sea como sea, ninguno de estos temas musicales daba para estirar el hilo viral. Pero, por suerte, justo cuando estaba a punto de tirar la toalla y marcarme un Homer Simpson…
Por si acaso (y por si todavía queda alguien que no haya visto el maravilloso documental de Netflix), refresquemos la memoria… El Fyre Festival, celebrado en abril de 2017, se vendió como un festival de música de lujo en una isla de las Bahamas y, en su etapa de promoción, incluso fue esponsorizado por celebrities e influencers de la talla de Bella Hadid o Kendall Jenner. Los organizadores fueron Billy McFarland y Ja Rule, quienes prometieron una experiencia high end con villas de lujo, comilonas gourmet y música en vivo… Lo interesante es que los asistentes, que habían pagado un pastizal por la experiencia, se encontraron con tiendas de campaña de emergencia, comida de hospital y un recinto caótico que ríete tú de aquel año en el que un vendaval se llevó por delante un escenario del FIB. ¿Conclusión? El evento se canceló y McFarland fue condenado a seis años de prisión por fraude, ya que el festival resultó ser una estafa que dejó a miles de personas varadas en una isla y a inversores con pérdidas millonarias.
Pero eso fue en 2017… Así que, ocho años y una sentencia a prisión después, Billy McFarland ha decidido que la gente es imbécil y que por qué no intentar estafarlos de nuevo con la celebración (o ya veremos) del Fyre Festival 2. Porque, probablemente, la peña se quedó con ganas de más sándwiches de lujo gourmet y producto de proximidad y kilómetro cero como este.
Lo interesante de este regreso que absolutamente nadie ha pedido es que presuntamente se celebrará a finales de mayo de este mismo año 2025 en un lugar llamado Isla Mujeres en el que, a dos meses vista, absolutamente nadie ha sido contactado para montar tal evento. Lo que tampoco debería extrañar a nadie porque, al fin y al cabo, McFarland se ha especializado en vender “la experiencia” hasta el extremo de que en esta entrevista admite abiertamente que todavía no se ha contratado a ningún artista musical.
Como no podía ser de otra forma, el despropósito ha sido abrazado inmediatamente por las redes sociales, porque obvio que aquí estamos precisamente para eso: para abrazar el caos. Y también para subrayar que tiene todo el sentido del mundo que este sea el año de “Trump 2, Fyre Fest 2”. Al fin y al cabo, los paralelismos entre el Fyre Fest y el nuevo DOGE de la administración Trump son más que evidentes. Conclusión: si el festival no puede celebrarse finalmente en Isla Mujeres, es muy probable que a Trump le parezca conveniente y acertado que se celebre en el Golfo de América.
Así que tenemos varios meses por delante para pegarnos unas buenas risas, empezando aquí y ahora con la elocuencia de aquellos que ya han titulado esta secuela como “Fyre Festival 2: Fyre Harder”. Porque, mientras algunos siguen perplejos con lo familiar que resulta este déjà vu, otros ya han empezado a utilizar el poder del meme para apuntar al comprador objetivo de entradas para este evento o para ridiculizar la difícil decisión que ha tenido que tomar Billy McFarland. Porque, al final de todo, una cosa está clara: Fyre Festival 1 - La culpa fue de ellos, Fyre Festival 2 - La culpa es tuya.
Vaya por delante que el titular de esta sección esta semana me ha costado horrores porque no sabía cómo evitar la confusión. Al leer “Alberto Quirón ataca a una cámara”, cualquiera podría pensar que este señoro ha atacado a una cámara (es decir, a una persona con una cámara) cuando en verdad lo que ha ocurrido es que ha atacado a una cámara (es decir, al objeto en sí). Algo que ocurría después de que el maromo de Ayuso se acogiera a su derecho a no declarar ante la jueza que le investiga por fraude fiscal, una declaración que el #DefraudadorConfeso ya había aplazado cuatro veces en los últimos meses.
Total, que Quirón salía del juzgado con sus cojones bien cuadrados por delante y, ¡zasca!, agredió a una pobre cámara que pasaba por allá. Y, como una imagen vale más que mil palabras, aquí tienes el vídeo del momentazo al que un buen internauta ha añadido la mejor banda sonora posible. Momentazo que en redes ya ha sido bautizado como “la verdadera brecha digital” mientras la opinión se divide entre los que están preocupados por la salud de la cámara y los que festejan el acto heroico de la misma.
Como suele ser habitual en esta era nuestra de las fake news, han corrido titulares tan tremendos como “Alberto Quirón solo tiene un objetivo” o “La peluca de Alberto Quirón resiste la agresión de un cámara”. Y, como suele ser habitual también, han proliferado las teorías conspiranoicas como la de este usuario de Bluesky: “No tengo pruebas pero tampoco dudas de que el cámara que ha atacado a don Alberto Quirón es el mismo que atacó a don Eduardo Inda. A sueldo de Pedro Sánchez, claro”. Por no contar a aquellos que ya han empezado a conectar noticias y a prever que el Asteroide YR4 acabe impactando en la cabeza de Quirón.
También ha habido una buena ración de memes tradicionales como el de los enemigos naturales de personajes clásicos como los vampiros o Superman, pero en versión novio de Ayuso. Y hay quien, siguiendo a vueltas con las particularidades capilares de este hombre, ya se ha preguntado “¿A qué velocidad le crece el pelo a Alberto Quirón?”. Pero todos sabemos que, con lo que le gusta a esta gente la retórica del victimismo y de que “pobrecitos de nosotros que todo el mundo nos odia y nos ataca”, Quirón acabe explicando esta historia a sus nietos tal que así.
Otro que también tendrá muchas historias (de miedo… de puro terror) que contar a sus nietos es Elon Musk, quien hace tiempo que se lo está currando eficientemente para posicionarse como el ser más infecto del mismo universo que quiere conquistar con SpaceX. Y, aunque parezca que las redes sociales son el espacio de mucho protestar y poco hacer, resulta que a veces transportan su malestar hasta el mundo real de formas tan eficientes como el boicot europeo que se está orquestando contra Tesla. Porque ya tú sabes: si no puedes vencer al enemigo… por lo menos haz que el puñetero precio de las acciones de su empresa más querida, la misma que está a punto de producir coches eléctricos como este bajo nombres tan sugerentes como el Modelo SS, caiga en picado.
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