Las propuestas de las noches eternas suelen diluirse al día siguiente, pero Tere Iñesta (guitarra y voz), Bárbara López (teclado y voz) y Lara Miera (guitarra y voz) lograron que las confesiones de una de esas veladas se materializasen en un grupo que es la banda sonora de su amistad. La posterior incorporación de Jaime Acosta (batería) habilitó el despegue definitivo de Aiko el grupo, que ahora publica su segundo largo insistiendo en su fórmula de punk-pop directo como herramienta para difundir las sensaciones que les provoca todo lo que es ajeno a su microcosmos, lugar este último en el que encuentran su confort.
El único miembro masculino de la banda es el primero que llega a la entrevista, un físico rumbo al doctorado acostumbrado a guardar un discreto segundo plano. Cuando llegan ellas, todo se acelera, como las canciones que componen “Me están apuntando con un arma” (Elefant, 2023). Sus voces conforman todas las letras del álbum y en una mesa de un bar madrileño muestran su complicidad en cada una de las respuestas, siempre acompañadas por anécdotas o guiños que delatan que lo principal, más allá de la música, es el vínculo entre ellas.
Con esa premisa se entiende mejor un disco cuyo título procede de un sentimiento compartido, de estar entrando en una etapa vital con el ancla todavía en la precedente. “Es una sensación de ansiedad general, no tanto en lo musical, sino en general, en la vida, crecer…”. Con tiempo por delante aún para llegar a la treintena, el cuarteto percibe que todo va cambiando. “No es que la vida se haya hecho más jodida de repente. Igual con 10 años mi vida era más jodida objetivamente hablando, pero yo no era consciente y ahora sí que lo soy. Es un poco ir gestionando todo lo que va viniendo”, asegura Bárbara.
La huida hacia adelante es una mirada retrospectiva a modo de “refugio o terapia”, a veces recurriendo a los tiempos del instituto con una perspectiva crítica en “Niños furbito y niñas lo que sea” y en otras ocasiones rememorando el tiempo libre con el videojuego “GTA”. El leitmotiv sigue siendo la percepción de lo cotidiano, la materia prima de la que se alimenta Aiko el grupo. “Intentamos expresarnos de una manera directa”, asegura Tere, “y hablar de nuestras propias vivencias”. Lara añade: “Hemos tenido una necesidad de desahogo”.
Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.