Jeff Beck, en el Newport Jazz Festival, en 1969. Foto: David Redfern (Getty Images)
Jeff Beck, en el Newport Jazz Festival, en 1969. Foto: David Redfern (Getty Images)

Fuera de Juego

Jeff Beck, el oscuro héroe de la guitarra

Este 10 de enero, una repentina meningitis bacteriana nos ha privado para siempre del talento de Jeff Beck, que tenía 78 años. Formó parte del olimpo de dioses guitarristas de los 60, recondujo el blues-rock en The Yardbirds y al frente de The Jeff Beck Group, tocó en la superbanda Beck, Bogert & Appice, se adentró en el jazz-rock y dejó constancia de su irrefrenable creatividad en múltiples colaboraciones.

13. 01. 2023

No fue un músico de éxitos estratosféricos, ni de primeros puestos en las listas de ventas, ni tan siquiera de canciones reconocibles fuera de los círculos de entusiastas eruditos; tampoco de tremendos escándalos ni de leyendas perturbadoras: los focos de los escenarios fueron los únicos bajo los que se puso. Pero Jeff Beck (1944-2023) estuvo ahí, en el meollo mismo. Fue uno de los guitarristas que a mediados de los 60 retorcieron los cánones del blues para dar forma a algo nuevo: el rock tal y como seguimos conociéndolo hoy. Beck, Eric Clapton, Jimmy Page, Ritchie Blackmore, Jimi Hendrix, Peter Green… transformaron la música en un banco de pruebas del que salieron fórmulas magistrales que después otros solo han pulido o replicado. Si hubiera que reducir a uno todos sus logros, ese afán innovador sería por lo que Jeff Beck, fallecido el pasado 10 de enero a los 78 años por una meningitis bacteriana, merece ser recordado.

Como tantos niños a finales de los 50, Geoffrey Arnold Beck, nacido en Wallington, pueblo de la periferia sur de Londres, el 24 de junio de 1944, quedó deslumbrado por los efluvios rockeros que emanaba la radio. En concreto, le fascinó Les Paul; tanto que, siguiendo su ejemplo, construyó su propia guitarra. También Cliff Gallup, guitarrista de Gene Vincent, James Burton (Elvis Presley, Ricky Nelson) y Lonnie Mack. Convencido de su vocación artística, se matriculó en el Wimbledon College Of Art y poco después empezó a tocar en grupos aficionados o semiprofesionales. Como componente de Nightshift, The Rumbles o The Tridents, entró en el efervescente circuito londinense de conciertos. En 1964 tocó la guitarra en el single “Dracula’s Daughter”, de Screaming Lord Sutch. Y, como músico de sesión, en el sencillo de Fitz And Startz “I’m Not Running Away”.
Estaban a punto de ocurrir muchas cosas en Londres, de las que Jeff Beck sería protagonista destacado. The Yardbirds era una banda de blues-rock aparentemente comandada por el cantante Keith Relf, pero que tenía su máxima fortaleza en el guitarrista Eric Clapton. Había empezado con un acercamiento purista al blues, acompañando en una gira a Sonny Boy Williamson y grabando un descarnado disco en directo en la sala Marquee –“Five Live Yardbirds” (1964)– armado con versiones de clásicos del género. Sin embargo, el single “For Your Love” (1965), de tan comercial que era, se convirtió en un gran éxito, lo que enojó bastante a Eric Clapton, quien en esos días de febril militancia prefería seguir trasteando con el blues a permitir que los Yardbirds pasasen a ser émulos de The Beatles.

The Yardbirds, en 1966: Chris Dreja, Keith Relf, Jeff Beck, Jimmy Page y Jim McCarty. Foto: Michael Ochs Archives (Getty Images)
The Yardbirds, en 1966: Chris Dreja, Keith Relf, Jeff Beck, Jimmy Page y Jim McCarty. Foto: Michael Ochs Archives (Getty Images)
Clapton dio un portazo, pero antes de salir recomendó como sustituto a Jimmy Page. Este, sin embargo, estaba ganando un buen dinero como músico de sesión, por lo que embarcarse en una banda no le rentaba. Y además tenía un amigo que podía tocar la guitarra en los Yardbirds igual o mejor que él: Jeff Beck. Comenzó así la etapa de Beck en esta formación, que tuvo dos fases: primero con él como único guitarrista y después con Beck y Page en la banda. En ambos casos Beck despuntó con lo que serían sus clásicas señas de identidad: un estilo casi abstracto, rico en efectos y novedosas sonoridades y muy dado a la improvisación. La contundencia de los Yardbirds de Beck y Page en directo puede constatarse en su aparición en la película “Blow-Up” (Michelangelo Antonioni, 1966), en la que interpretan “Stroll On” y Beck termina destrozando su guitarra.

The Yardbirds: “Stroll On”, su estelar aparición en “Blow Up” de Antonioni.
El ángulo imaginativo de Beck y su predisposición a inesperadas influencias puede apreciarse también en “Beck’s Bolero” (1967), tema firmado por él pero grabado en compañía de varios de sus ilustres amigos: Jimmy Page a la guitarra (y compositor de la pieza), John Paul Jones al bajo, Keith Moon a la batería y Nicky Hopkins al piano. Sobre el ritmo de “Bolero”, de Maurice Ravel, Beck y Page desatan una tormenta de guitarras situándose a medio camino entre el jazz-rock y el rock progresivo.
Beck fue despedido de los Yardbirds después de algunos comportamientos erráticos durante una gira por Estados Unidos. Le faltó tiempo para formar The Jeff Beck Group, cuyos dos primeros álbumes son hoy clásicos: “Truth” (1968) y “Beck-Ola” (1969), ambos en Columbia Records. Su grandeza se justifica principalmente por dos razones. Una, el colorido inusitado de su blues-rock que a veces roza la psicodelia. La segunda, la formación que reunió para esta aventura, con un jovencísimo cantante llamado Rod Stewart y un guitarrista que pasó a tocar el bajo y que responde al nombre de Ronnie Wood. Para Rod y Ronnie, militar en el grupo de Jeff Beck supuso poder tocar por primera vez en Estados Unidos y degustar, de paso, los placeres de la vida en carretera, los hoteles y las groupies. Después de cuatro discos, en 1973 se publicó el álbum “Beck, Bogert & Appice”, grabado por el supergrupo integrado por Jeff Beck más el bajista Tim Bogert y el batería Carmine Appice, la base rítmica de Vanilla Fudge.

The Jeff Beck Group, 1968: Rod Stewart, Jeff Beck, Ron Wood y Mickey Waller. Foto: Michael Ochs Archives (Getty Images)
The Jeff Beck Group, 1968: Rod Stewart, Jeff Beck, Ron Wood y Mickey Waller. Foto: Michael Ochs Archives (Getty Images)
A pesar de que Jeff Beck responde inequívocamente al prototipo de guitarrista de rock, siempre se mostró –al contrario que muchos de sus colegas– abierto a explorar otros estilos. Interesado en el rhythm’n’blues, compareció en el estudio cuando Stevie Wonder estaba grabando “Talking Book” (1972); cuenta la leyenda que, jugando con la batería, Beck salió con el ritmo que daría lugar a “Superstition”, de la que Beck, Bogert & Appice grabaron una salvaje versión. En ese sentido también resulta clave su incursión en el jazz-rock, primero en “Blow By Blow” (Epic, 1975), producido por George Martin –uno de los escasos éxitos de ventas del guitarrista–, y posteriormente junto al teclista Jan Hammer en álbumes como “Wired” (Epic, 1976) o “There & Back” (Epic, 1980).

Ocho premios Grammy y dos admisiones en el Rock And Roll Hall Of Fame –una por los Yardbirds y otra por su labor en solitario– laurean la carrera del inquieto guitarrista, que siguió publicando discos y colaborando con compinches casi hasta el último día. Con compinches y con gente diversa: a modo de curiosidad, no podemos dejar de citar que Jeff Beck tocó en 2018 en el tema “Another Day” de la cantante Ruth Lorenzo, representante de España en el festival de Eurovisión de 2014. En 2022, Beck colaboró con el veterano cantante de heavy metal Ozzy Osbourne en dos canciones del LP “Patient Number 9” y lanzó a medias con Johnny Depp el álbum “18” (ATCO-Rhino), en el que no faltan elementos de electrónica y que pasará a la historia como su último disco publicado en vida. ∎

Jeff Beck, en tres discos clave

“Truth”
(Columbia, 1968)

Aunque el nombre de Jeff Beck es el único que aparece en la portada, se considera el primer álbum de The Jeff Beck Group, donde tenían plaza el cantante Rod Stewart, Ronnie Wood como bajista y el batería Micky Waller. De esa suma de talentos solo podía salir algo excelente. “Truth” es básicamente un disco de blues-rock, pero contiene elementos de psicodelia (“Ol’ Man River”), la balada folk tradicional “Greensleeves” y el apabullante “Beck’s Bolero”, compuesto por Jimmy Page sobre la base del “Bolero” de Maurice Ravel.

“Beck-Ola”
(Columbia, 1969)

Segundo álbum con el mismo núcleo de músicos –ahora Tony Newman en la batería y la incorporación de Nicky Hopkins al piano– y una icónica portada con el cuadro “The Listening Room”, de René Magritte, que representa una gran manzana verde. Beck, Stewart, Wood y Hopkins llevan el peso de la composición, pero también hay espacio para dos demoledoras revisiones de canciones popularizadas por Elvis Presley, como “All Shook Up” y “Jailhouse Rock”. En 2004 se reeditó con dos nuevas versiones: “Sweet Little Angel”, de B.B. King, en la que Rod Stewart se luce especialmente, y “Throw Down A Line”, de Cliff Richard y Hank Marvin.

“Blow By Blow”
(Epic, 1975)

Pese a tratarse de un álbum de jazz-rock instrumental, esta obra a la que dio lustre George Martin, el productor de los Beatles, fue el mayor éxito comercial de su carrera: vendió un millón de copias y llegó a la cuarta posición de la lista de ‘Billboard’. Con temas originales y versiones de los Beatles (“She’s A Woman”) y Stevie Wonder (“Cause We’ve Ended As Lovers” y “Thelonius”), Beck sentó las bases de lo que sería su sonido en la segunda mitad de los 70. ∎

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