Julio Ruiz: respetado. Foto: Alfredo Arias
Julio Ruiz: respetado. Foto: Alfredo Arias

Entrevista

Pregúntale a Julio: “Disco Grande” en el recuerdo

Durante el medio siglo de existencia del programa de radio “Disco Grande” Julio Ruiz ha lanzado infinidad de preguntas a los músicos. Ahora las tornas cambian y son ellos quienes satisfacen su curiosidad sobre él. J, Antonio Luque, Wendy James y Amparo Llanos, entre otros, proponen un cuestionario y, antes, explican su recuerdo favorito relacionado con el mítico periodista radiofónico.

08. 09. 2021

Como complemento y reverso a la extensa entrevista a Julio Ruiz publicada ayer en Rockdelux, hemos querido invitar a una serie de artistas que a lo largo de los años han mantenido una relación estrecha con “Disco Grande” a lanzar una pregunta al periodista y a compartir una anécdota o un recuerdo que defina su carismática personalidad. Alex Díez (Los Flechazos/Cooper), Amparo Llanos (Dover, New Day), Antonio Luque (Sr. Chinarro), Beatriz Concepción (Nosoträsh), Guille Galván (Vetusta Morla), Jorge Martí (La Habitación Roja), J (Los Planetas), Marta Ruiz (Sex Museum), Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly) y Wendy James (Transvision Vamp, Racine) proponen un cuestionario diverso, que aborda asuntos asuntos como el papel de la radio pública, los retos del periodismo musical en el presente y la naturaleza de una vocación infinita, la de Julio Ruiz.

Alex Díez (Los Flechazos/Cooper)

Con Alex Díez: “Te hacía sentir parte de algo que merecía la pena”.
Con Alex Díez: “Te hacía sentir parte de algo que merecía la pena”.

En la primera edición del Festival de Benicàssim, con Los Flechazos, estábamos un poco de “artistas invitados”, porque veníamos de otra escena, aunque estábamos ya en Elefant. Recuerdo tener la sensación de estar como cuando los amigos de tu novia te invitan a una fiesta esperando que la vayas a cagar. Y tú no quieres cagarla. Estaba con bastantes nervios por salir a tocar, recuerda que tocamos después de Echobelly y antes de Supergrass. Para mí era ideal porque me gustaban las dos bandas mogollón, pero a la vez era mucha responsabilidad. Estaba nerviosísimo en el backstage y Julio, a quien ya conocía porque nos había entrevistado en “Disco Grande” otras veces, estaba al lado y me tranquilizó. Gracias a él salí superrelajado porque vi una figura amable, cercana y familiar en un ambiente en el que no las tenía todas conmigo. Hemos tenido muchísima relación con Julio a lo largo de los años. Le pedimos que pusiera la voz al anuncio de la gira virtual por Internet de (el disco de Cooper) “Mi universo”, en 2011. Siempre nos ha apoyado en todas las majaradas mías, en estas ideas raras. Siempre ha estado ahí. Todos lo relacionamos con la escena independiente de los 90, es la persona que catapultó eso a un nivel más amplio de popularidad, hizo de amplificador, se especializó, pero es alguien que venía de escuchar a Led Zeppelin en los setenta. Y que aglutinaba. Te hacía sentir parte de algo que merecía la pena. Era mucho más abierto de calidad, de ideas y de estilos que otra gente que a lo mejor esperarías que lo fuera. He hecho entrevistas en su programa para presentar mi libro “Club 45” (2010), que es un libro de beat, que hoy en día en Radio 3 pues se haría en “El Sótano”, por ejemplo, que tiene más sentido. Pero en aquella época no existía “El Sótano”. ¿Dónde presento yo mi libro entonces? Pues donde Julio, porque también encontraba la manera de dibujarlo y de enseñarselo a la gente. Tiene esa cualidad.

Alex: ¿Has tocado algún instrumento o montaste algún grupo en el instituto?

Julio: Sí, con 17 años, antes de entrar a la universidad e incluso de empezar “Disco Grande”. Era un trío de pop-folk que hubiera molado ahora. Yo tocaba la percusión, aguanta. No creo que pasáramos de cuatro o cinco conciertos. Se llamaba Peak Hour, como la canción de Moody Blues; la gente y los colegas vacilaban un poco… “¿esto cómo se traduce?”. “Hora punta” (se ríe)... En fin, está claro que Dios no me había llamado por ese camino. Si cogía una guitarra, como mucho tocaba el “Lady D’Arbanville”, de Cat Stevens, que además es muy fácil. Igual que el fútbol, que siempre me ha gustado y fui periodista deportivo, y tengo las dos rodillas, una con la tríada… lesión de futbolista, pero tampoco le habría quitado el puesto a nadie en la alineación titular.

Amparo Llanos (Dover/New Day)

Con New Day (Jota Armijo, Samuel Titos y Amparo Llanos): “Ese entusiasmo y esa buena actitud que ha tenido siempre Julio”.
Con New Day (Jota Armijo, Samuel Titos y Amparo Llanos): “Ese entusiasmo y esa buena actitud que ha tenido siempre Julio”.

Tengo millones de recuerdos de Julio, todos buenísimos, pero uno en concreto, que creo que además comparto con mi hermana Cris y los demás que estábamos en Dover entonces, es que íbamos a tocar en Benicàssim en 1996. Caroline, que era entonces nuestro sello, nos había metido en el cartel así milagrosamente. Íbamos a tocar en el escenario pequeño, no recuerdo si había uno o varios, pero en el último momento se cayeron Los Planetas y nos pasaron a las seis de la tarde al escenario grande. Y, claro, estábamos excitadísimos; nos apetecía muchísimo hacerlo, pero estábamos muy nerviosos. Llegamos a los alrededores del escenario con mucho tiempo para familiarizarnos con él, pero seguíamos estando muy nerviosos. A pesar de la piscina, a pesar del backstage con grifo interminable de cerveza… lo que quisieras, pero estábamos histéricos. Julio presentaba a los grupos del escenario grande esa tarde y esa noche. Debía ser como las cuatro de la tarde, no recuerdo qué grupo estaba tocando, pero debía ser uno que Julio había apoyado. Y los siguientes, también, porque estaba emocionado. No ya la presentación que hizo, daba vueltas sobre sí mismo, bailaba, se volvía a girar, seguía bailando… Era tan entrañable verlo tan entregado a la música y a esos grupos que todavía no eran grandes que nos tranquilizó muchísimo. Nos dio un buen rollo increíble y salimos mucho más tranquilos gracias al par de horas que estuvimos antes organizando lo nuestro en un rinconcito del escenario por ver a Julio con ese entusiasmo y con esa entrega absoluta a los grupos que estaban en ese momento tocando. Fue contagioso, nos vinimos arriba y salimos a por todas. Nos presentó él, claro, lo cual fue un honor increíble y nos dio más tranquilidad todavía. Fue un concierto fantástico para nosotros y, en parte, fue gracias a ese entusiasmo y esa buena actitud que ha tenido siempre Julio con los grupos que empiezan.

Amparo: ¿Qué viaje te gustaría hacer como premio a ti mismo después de tantos años haciendo este trabajo?

Julio: El otro día hablaba con Del Amitri, a los que apoyo desde la época de “Nothing Ever Happens” y “Waking Hours” (1989); recuerdo que Manuel Notario, el representante, era superfan también y los trajo a tocar a El Sol. Le dije a Justin (Currie, líder del grupo) que el día 20 de octubre actúan en Londres, donde vive mi hijo, y que es víspera de mi cumpleaños, que lo mismo me pasaba. Y él decía que nada, que ya estaba apuntado. Pues fíjate, el próximo cumple lo celebraré viendo en Londres a Del Amitri, un grupo que me gustó mucho en su momento.

Antonio Luque (Sr. Chinarro)

Con Antonio Luque: “Julio siempre era muy cariñoso con las bandas que empiezan”.
Con Antonio Luque: “Julio siempre era muy cariñoso con las bandas que empiezan”.

Me vienen a la mente las primeras veces, cuando era más impactante para unos chavales que iban a Madrid. Recuerdo una vez que entró en el camerino, sería el de la sala Maravillas, ¿cuál si no? Era la época que venía con el casete, la grabadora, llevaba un ayudante, el micrófono amarillo… Un camerino para unos chavales de veintipocos era “ostras, somos un poco importantes” (sonríe). Julio siempre era muy cariñoso con las bandas que empiezan, por eso ha estado tanto tiempo y además estoy convencido de que va a seguir, no sé cómo, pero va a encontrar la manera, seguro. Recuerdo que a Begoña (Rodríguez, teclista en los inicios de Sr. Chinarro) le extrañó mucho que le hiciera preguntas a ella, porque normalmente me preguntaban a mí y ya está. A ella, siempre tan descreída con todo, le pareció muy divertido sentirse más partícipe que de costumbre, no ser solamente la chica que tocaba el “pianito”. El hecho de que muchas veces me haya dedicado un programa entero cuando he sacado un disco, ya años después, aunque fuese yo un poco ya de vuelta de esto del negocio, te vuelve a hacer sentirte importante. Y eso está guay. Me ha ayudado al principio, en la mitad y al final de, cuando ya estoy en el camino de vuelta. Los dos tenemos la misma pasión por la música, y por eso también le vi un poco afectado cuando me contó el otro día lo que pasaba. Es como si a mí me dijeran que no puedo seguir con Sr. Chinarro por lo que sea, porque tengo una edad o por cualquier otra razón. Obviamente, a mí no me lo pueden decir. Y creo que a él tampoco. Que va a seguir haciendo radio o escribirá libros o algo hará, seguro.

Antonio: ¿Crees que, con todo el tema del streaming y las prisas, a los que nos gusta la música nos va a dejar de interesar la información sobre las grabaciones y todo lo que rodea a un disco? ¿Se te ocurre algo para que esto no suceda, para que no se pierda ese interés?

Julio: La verdad es que, por un momento, en los últimos tiempos sí que pensé que había decaído la historia de que tuviera repercusión lo que decía un prescriptor, que es una palabra que –como “transversal”– está de moda y no me mola mucho. Luego me he dado cuenta de que había gente que podía servirse de lo que le gustaba ella misma. Pero sí he detectado en los últimos tiempos una corriente todavía pequeña de gente que piensa lo contrario, que dice que no puede ser una sucesión de canciones sin que haya nadie que te cuente el porqué y para qué. Que esto pase y lo pregunte Antonio me parece interesante, porque que suene una canción y que no haya nadie que la ponga en contexto es un poco pobre para quienes amamos la música. Sé que estamos en un momento de consumo rápido, de escuchar y tirar, pero me gusta que haya una lucecita al fondo de gente que quiera que eso sea como antes.

Beatriz Concepción (Nosoträsh)

Con Beatriz Concepción, Covadonga de Silva y Natalia Quintanal, de Nosoträsh: “Siempre hemos notado en él un apoyo a la mujer en la música”.
Con Beatriz Concepción, Covadonga de Silva y Natalia Quintanal, de Nosoträsh: “Siempre hemos notado en él un apoyo a la mujer en la música”.

Con Julio Ruiz tenemos muchísimas anécdotas, tanto como Nosoträsh como con todas las bandas a las que hemos pertenecido. Desde Petit Pop, Penelope Trip en el caso de Cova, Primas Hermanas ahora, La Villana, Mona… y también en toda mi faceta trabajando en discográficas hasta llegar ahora a Oso Polita. Y, realmente, Julio Ruiz estuvo en lo primero y en lo último. Y ha estado transversalmente en todo lo que hemos hecho en nuestras carreras musicales. Fue el primero que puso la maqueta de Nosoträsh en 1995, pero también ha sido el último, la última persona de medios que hemos visto en un concierto nuestro, que fue en noviembre de 2019. Nos juntamos para una cosa benéfica en Madrid, en el Café La Palma, junto a Ginebras. Nuestro invitado fue Julio Ruiz. Ahí estaba, con 25 años de diferencia entre una cosa y otra. Y también estuvo en los puntos más importantes de nuestra carrera. Estaba recordando en concreto la presentación maravillosa que nos hizo cuando tocamos en el escenario grande de Benicàssim en 1997. Para nosotras fue un hito, desde luego. No teníamos ni “disco grande” todavía. Solo dos EPs que habían funcionado muy bien y que él había apoyado un montón. Allí salimos, delante de 8000 personas, él nos presentó y estaba con nosotras detrás del escenario, supernerviosas. Para nosotros Julio Ruiz es ternura, cariño, preocupación. Siempre te pregunta por tu familia, que parece una tontería, pero va mucho más allá de lo musical, se acuerda perfectamente de todo lo que te rodea musicalmente y personalmente y se preocupa de las dos cosas. Más allá del cariño y el respeto musical, notas verdadero amor. Y eso no nos ha pasado con nadie. Quiero resaltar también la importancia de Julio con el feminismo, porque siempre hemos notado en él un apoyo a la mujer en la música. La sensación que tengo es de total igualdad y respeto; es más, casi de empoderamiento en el sentido de dar importancia a ese paso adelante que dimos en algún momento algunas... En cuanto a lo de hacerle una pregunta, no se me ocurre ninguna que esté a la altura del respeto que le tengo...

Guille Galván (Vetusta Morla)

Con Juan Manuel Latorre, Pucho, Jorge González y Guille Galván, de Vetusta Morla: “Es una persona apasionada y que sabe transmitir esa pasión”.
Con Juan Manuel Latorre, Pucho, Jorge González y Guille Galván, de Vetusta Morla: “Es una persona apasionada y que sabe transmitir esa pasión”.

A ver, Julio Ruiz... ¡yo qué sé, doscientas mil cosas! No es fácil. Recuerdo en los noventa estar en el instituto y empezaba a escuchar “Disco Grande”, que lo echaban por las tardes los fines de semana. Me fui construyendo una imagen de Julio Ruiz, porque no había internet ni salía en la tele, no sabía cómo era él físicamente. Por cómo llevaba el programa, me fui haciendo una imagen como si fuera casi un periodista deportivo, de estos que se va colando con sus cascos y su grabador detrás de los camerinos y va fisgando y contándote a tiempo real las cosas de las que se enteraba en ese momento. Creo que parte de lo guay que tenía él era convertir “Disco Grande” casi en un heredero, con esa coña deportiva, de esos programas en que iban saltando noticias. Tenías la sensación de que, si te lo perdías, te perdías el notición que acababa de conseguir porque estaba ahí, como un José María García de la música, detrás del camerino. Eso era algo muy novedoso en la música, y muy ligado al presente, porque los programas eran de poner canciones, pero él le daba una inmediatez muy grande.

La primera vez que le vi estaba empezando la carrera y Radio 3 hizo un evento en Ciudad Universitaria, debía ser diciembre de 1998, algo con Amnistía Internacional, conciertos que se hacían en toda Europa a la vez. Y recuerdo ver a Julio Ruiz de speaker, haciendo el programa desde allí y, joder, me quedé “alucinao”, porque la analogía voz-cara no me cuadraba para nada. Me hizo mucha gracia, porque era una voz tan personal, tan diferente y con tanta personalidad, que yo me había hecho otra peli mental. Esto es un poco chorra, pero me hizo gracia. Para definirlo, diría que es una persona apasionada y que sabe transmitir esa pasión, que va más allá de la importancia mediática del grupo. Es de las pocas personas que es capaz de ponerle la misma pasión a una exclusiva de Spiritualized o de Yo La Tengo cuando iban a tocar a Benicàssim que al último grupo maquetero que tocaba ese día en Siroco. Y eso, para los que hemos estado al otro lado no solo como oyentes sino como músicos, creo que le ha convertido en una persona muy importante. Porque sabíamos que era de esos en quienes podías confiar cuando eras muy pequeñito.

Era casi la puerta de entrada. Si alguna vez sonabas en Radio 3 por primera vez era en “Disco Grande”, en el espacio de las maquetas. Y, además, te asegurabas de que tu nombre iba a ser pronunciado con la misma ilusión y la misma pasión y el mismo rigor que el de cualquier grupo de fuera. Eso honra a Julio, y ha hecho que sea muy importante en todo el tejido musical que se ha hecho por aquí. “Disco Grande” tiene el espíritu de la radio pública de dar cabida a lo que no está en otro sitio porque todavía no tiene hecho un público, no posee la capacidad de generar una audiencia que a su vez vaya a salas y compre discos. Me parece muy importante y creo que es algo que solo ha sido posible gracias a que ha estado tantísimos años en la radio pública y ha sabido entender lo que significa. Si hubiera estado en otra radio quizá no se le habría permitido tener un programa como “Disco Grande” tantísimos años.

Guille: ¿Eres consciente de lo importante que has sido para las bandas que empiezan y del papel que has jugado en la música emergente de este país?

Julio: No, la verdad es que no. A lo mejor se puede pensar que estoy tirando de falsa modestia, pero no es así en absoluto. Me he dado cuenta ahora, por ejemplo, cuando estaba haciendo el último “Disco Grande” y mi hija, que estaba ese día en el estudio, me informó: “papá, eres ‘trending topic’”. Eso es impresionante. Vale, se acaba un programa después de cincuenta años y eso puede tener su importancia, pero que en ese momento en España se esté hablando más de mí que de una política que ha tenido unas declaraciones desafortunadísimas (se refiere a las realizadas por Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid durante el debate de investidura de Isabel Díaz Ayuso), me llena de orgullo. Te das cuenta de la dimensión de lo que has estado haciendo, que, repito, no deja de ser la obligación de un medio público: apoyo a la cantera. Ha habido maquetas y grupos que a la gente a lo mejor le hayan sonado a chino, pero para eso estamos. ¿Cuál es el target para que algo sonara? Mi oído. Me guiaba por mis gustos, ese era el único requisito para sonar si eras un “maquetero”. Que me gustase. Ese viernes 18 de junio me di cuenta de toda la gente que me quiere y de lo importante que había sido en su vida musical.

Jorge Martí (La Habitación Roja)

Con Jorge Martí y Pau Roca, de La Habitación Roja: “Él fue el primero. Le estaremos eternamente agradecidos”.
Con Jorge Martí y Pau Roca, de La Habitación Roja: “Él fue el primero. Le estaremos eternamente agradecidos”.

A la primera edición del Festival de Benicàssim me fui con un montón de cintas de la primera maqueta de La Habitación Roja. Me acerqué a la grada en que se encontraba la prensa y pude identificar a Julio Ruiz. Puede que incluso fuera ataviado con la camiseta de su querido Atlético de Madrid. Le di la maqueta en mano y fue muy cariñoso conmigo. Me dijo que ya nos había escuchado porque esa misma maqueta la habíamos presentado a un concurso auspiciado por Los Hermanos Dalton en San Fernando (Cádiz). Me comentó que le había gustado mucho y que nos pincharía en su sección de demos. La segunda maqueta que grabamos también se la dimos en mano a Julio en la sala Maravillas de Madrid, en un concierto de The Pribata Idaho, el grupo del querido y tristemente ya fallecido Ernesto González. Era 1996, y esa maqueta fue votada como la segunda mejor de su programa aquel año. Julio siempre estaba al pie del cañón apoyando a la cantera. A La Habitación Roja nos apoyó desde el principio, vino a nuestros conciertos, nos entrevistó con cada referencia que editábamos y fue tejiéndose entre nosotros una gran amistad que dura hasta hoy. No creo equivocarme si digo que gracias a él y a “Disco Grande” pudimos abrirnos camino en el mundo de la música, hacer que algunos sellos discográficos, salas, festivales, prensa y público se fijaran en nuestra propuesta y pudimos ser escuchados a nivel nacional. Sin esa plataforma que él nos brindó todo hubiera sido mucho más complicado de lo que ya de por sí fue. Él fue el primero. Le estaremos eternamente agradecidos.

Jorge: Tengo la impresión de que el ímpetu de emocionarse con la música es una de las cosas que van perdiendo los periodistas con el paso de los años. He visto ejemplos de ello, aunque no es tu caso, siempre te he visto con entusiasmo. ¿Se puede mantener la pasión independientemente de la edad?

Julio: Sí, se puede. Si uno está metido en el ajo, si ejerce de periodista musical escribiendo o haciendo radio, con más motivo para estar al tanto de lo que sucede, porque es obligado. Pero, en este caso, si has crecido vibrando con la música y has parado una clase que estaban dando los niños en tu barrio porque Mundovisión conectaba con The Beatles grabando en directo “All You Need Is Love”, pues ya está todo dicho. Eso quiere decir que llevas la música metida dentro. No creo que sea cuestión de edad. Comprendo que haya gente a la que se le vaya deshilachando ese cariño, pero no creo que sea cuestión de edad.

J (Los Planetas)

Con J y Florent, Los Planetas: “Para nosotros ha sido una figura muy importante”.
Con J y Florent, Los Planetas: “Para nosotros ha sido una figura muy importante”.

No sé si fue el día que lo conocimos, pero el primer recuerdo que tengo de Julio es una entrega de premios que hacía Radio 3 en 1992. Los Planetas mandamos una maqueta a la emisora, tuvo bastante difusión y a la gente le gustó bastante. Al final de año Radio 3 entregaba unos premios y nos dieron un premio a la mejor maqueta. Nos lo entregó el mismo Ruiz; habíamos mandado la maqueta a su programa y la había puesto con bastante frecuencia. Y nos presentamos allí a tocar en 1992; apenas sabíamos, no teníamos ni idea. Había muchos artistas, no recuerdo quienes, pero sí recuerdo a Julio Ruiz y a Ordovás, que también había puesto la maqueta con mucha frecuencia. Para nosotros fue un momento muy fuerte. Era la primera vez que grabamos unas canciones, las habíamos movido y de repente estábamos ahí, tocando. Lo retransmitió Televisión Española, lo vieron mis padres y me dio cierta libertad para seguir haciendo eso, porque ellos no estaban muy a favor de que me dedicara a hacer música.

También recuerdo cuando Julio pinchó por primera vez en “Disco Grande” “Mi hermana pequeña”. Imagínate la ilusión que te hace cuando grabas tus primeras canciones y empiezan a sonar en la radio a nivel nacional. Para nosotros ha sido una figura muy importante, y todo Radio 3 en general, porque en ese momento no había otros medios que se ocuparan de difundir bandas emergentes y nuevos tipos de sonidos. En su programa no ha dejado nunca de poner bandas maqueteras, y han salido un montón de grupos interesantísimos que han sonado por primera vez en Radio 3. En el programa de Julio escuché por primera vez a Penelope Trip. Recuerdo escucharlos y pensar “hostias, se nos han adelantado”, porque salieron un poco antes que nosotros y pensaba que habían tenido una idea parecida. Pero eso también me animó a mandar nuestra maqueta a “Disco Grande”, porque estábamos viendo que empezaba a programar bandas nuevas, alternativas, independientes, con el típico sonido indie de la época, shoegaze. Si no es por ese canal, lo hubiéramos tenido muy difícil.

J: ¿Dónde se va a seguir el programa que hagas a partir de ahora para conocer la música que vas a seguir descubriendo?

Julio: Me emociona especialmente que J diga esto porque sé que estas cosas normalmente no le suelen gustar. Que tenga el detalle de preguntarme “y ahora, ¿qué?”. Cuando me quedaban seis o siete programas me escribió alguien con una historia que me parece muy bonita y que no tiene que ver exactamente con la radio, pero sí con la música… lo que le dije es lo que estoy diciendo ahora a todo el mundo, quitando estas entrevistas de compañeros, que para mí es un placer. Voy a tomar aire, voy a coger carrerilla, porque ahora viene algún que otro homenaje y reconocimiento de gente que me quiere un montón. Pero estoy bien, me encuentro bien y, aunque en un principio pensé “voy a colgar las botas y me desligo de todo esto”, es muy difícil. Salvo que surja algo, a lo mejor hay que ser autosuficiente. Para eso tengo a gente alrededor, mi hijo en concreto, que me puede ayudar a esa especie de nueva vida y de producir tú mismo tus contenidos de forma autosuficiente. Porque hay una cosa bien clara y la gente que te quiere tanto a lo mejor pierde un poquitín la perspectiva: Radio 3 es Radio 3. Fuera de Radio 3 no es que salgas del Barça y te vas al Atleti. No. Sales del Barça o del Atleti y has de rebajar tus pretensiones en cuanto a llegada de lo que haces. Dicho esto, he valorado muchas veces esa opción. Si empecé haciendo el programa durante muchos años como un hobby, ¿por qué no puedo acabar haciendo esto como un hobby? Creo que alguien que establezca una comparativa entre un “Disco Grande” de hobby y uno remunerado no va a encontrar diferencias. Es lo mismo.

Marta Ruiz (Sex Museum)

Con Marta Ruiz y Fernando Pardo, de Sex Museum: “Me animó a tener autoconfianza musical”.
Con Marta Ruiz y Fernando Pardo, de Sex Museum: “Me animó a tener autoconfianza musical”.

Hacia mediados de los 90 nos hizo una entrevista Julio. Estuvo hablando con los chicos sobre sus proyectos paralelos y cuando se dirigió a mí para preguntarme qué más hacía yo aparte del grupo, uno de mis compañeros contestó por mí diciendo que era ama de casa o mis labores. Lo sentí como una puñalada, pues tenía una herida abierta al haber sido colaboradora en el otro grupo y esa misma persona fue la que me echó. Un tiempo después me encontré a Julio en una sesión de un DJ internacional y, de alguna forma, sentí cómo había conectado conmigo. Sin saber muy bien de qué iba la cosa me animó a tener autoconfianza musical. Julio ha dado visibilidad a lo femenino, a las mujeres y a una sensibilidad a menudo ignorada, ninguneada y despreciada. Y, como todo en la vida, esas palabras de mi compañero sirvieron para hacerme más fuerte, independiente y creativa.

Marta: ¿Cuál ha sido tu motivación y compromiso íntimo en tu largo camino en “Disco Grande”? ¿Ha sido siempre el mismo?

Julio: El gusto siempre ha sido el mismo. El programa ha ido cambiando con el paso del tiempo, claro. En los años 70, folk-rock británico y country-rock americano. En los 80, los grupos que influyeron a los de la movida. En los 90, los que marcaron el indie. Al principio de la historia de “Disco Grande” sonaron cosas tan dispares que pueden ser ejemplo de mi eclecticismo bien entendido, como… Terminé “Disco Grande” poniendo “Brigitte”, porque Los Planetas son historia del programa, pero también valoré acabar poniendo a The Moody Blues, un grupo de pop sinfónico con armonías vocales impresionantes y, para que se viera la cara y la cruz, con “Looking At You” de MC5, que es una canción que sonó en el primer “Disco Grande”.

El compromiso ha sido siempre el mismo: intentar contagiar a la gente de la música que me gustaba. Cuando allá en los setenta empezamos en Radio Popular FM una serie de gente joven y hasta el presente he sido absolutamente libre para poner lo que he querido. Esa libertad es impagable, pones la música que te gusta e intentas que la gente que te sigue se quede contagiada. Me consta que había oyentes setenteros y ochenteros a los que no les sentó bien el cambio a los noventa. Yo creo que siempre he sido el mismo, apoyando más o menos lo mismo y con la oreja abierta.

Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly)

Con Julia Martín-Maestro y Víctor Cabezuelo, de Rufus T. Firefly: “Siempre es así con todo el mundo, seas quien seas”.
Con Julia Martín-Maestro y Víctor Cabezuelo, de Rufus T. Firefly: “Siempre es así con todo el mundo, seas quien seas”.

Hay muchas cosas que contar de Julio Ruiz. Yo recuerdo, por ejemplo, la primera vez que fuimos a verlo a su programa con Rufus T. Firefly, que además fue la primera vez que íbamos a Radio 3. Esto debió ser por 2011 o 2012. Era un día de fiesta, no había casi nadie por allí y bajó él a recibirnos a la puerta. Se presentó, nos estuvo enseñando dónde se grababan los programas, dónde estaba la redacción; también el sitio donde se grababan los conciertos. Luego hicimos el programa. Estaba él prácticamente solo con un técnico. Nos pidió perdón porque, como ese día no había personal, no se podía hacer G.A.T.O. (“Grabación A Traición Original”, actuaciones de artistas que, en el momento de pasar por “Disco Grande”, eran todavía emergentes) para la posteridad. Lo recuerdo como algo muy entrañable y muy bonito. Como alguien que te está enseñando su casa: “Bienvenido, esto es Radio 3, esta es mi casa”. Realmente es la sensación que me llevé y guardo muchísimo cariño a ese día. Una de las cosas que siempre me ha “flipao” de Julio es que siempre me ha tratado con el mismo respeto. Ese día que no me conocía de nada, que era un chaval de Aranjuez que iba a verlo, a presentarle unas cancioncillas que había grabado, como el día que salí de La Riviera de tocar para 2000 personas. El mismo respeto, la misma amabilidad y el mismo trato cercano. Y siempre es así con todo el mundo, seas quien seas. Eso me flipa de él.

Víctor: ¿Qué grupo que hayas conocido y que no llegó a cuajar te hubiera gustado que despuntase?

Julio: Jolín, esta es buena. En la lista de grupos ganadores de maquetas de “Disco Grande” sí que hay algunos que no llegaron a donde tenían que llegar. Hay otros que se quedaron segundo, tercer o cuarto puesto y que hoy están… Por ejemplo Belako; la primera maqueta sonó en el programa incluso antes que en Euskadi, que quedaron terceros y bueno, ahí están en todo lo alto. Dover tampoco fueron primeros. Me estoy acordando de un proyecto que era algo así como un hombre orquesta murciano, Breadth, que a mí me recordaba a Belle And Sebastian.

Wendy James (Transvision Vamp/Racine)

Con Wendy: “Felicidades, amigo, por esa vida tan bien vivida”.
Con Wendy: “Felicidades, amigo, por esa vida tan bien vivida”.

Julio, te deseo una jubilación muy feliz, aunque tener tu nombre y la palabra “jubilación” en la misma frase me parece una locura. Pero es tu derecho a tener una vida más allá de ir al trabajo cada día, aunque me consta que es tu pasión y tu vida entera. ¿Cuánto hace que nos conocemos? ¿30 años, quizá? Desde que hicimos “Pop Art” (1988) con Transvision Vamp, parte de mi rutina laboral es descubrir y explicar mi música al mundo. Y en España, eso consistía en ir a tu estudio, besarte, abrazarte, sentarme detrás del micro, comentar el significado de las letras, cómo escribimos las canciones, cuáles eran los planes de gira y la inspiración detrás de todo ello. Después de Transvision Vamp seguí yendo con Racine, con “2” (2007) y con “I Came Here to Blow Minds” (2011), y creo que también con “The Price Of The Ticket” (2016). Por desgracia, no pude ir a verte con “Queen High Straight” (2020), mi último disco, con el que habríamos tenido mucho de que hablar, porque es un doble álbum con 20 canciones. Pero salió el año pasado, en medio de la pandemia, y nadie estaba viajando a ningún sitio. Y me habría gustado una última conversación contigo, pero probablemente nos hemos quedado sin tiempo. Así que quiero darte las gracias por la manera en que has contado conmigo, en que has compartido mi música, con entusiasmo y cariño. Y porque cuando he ido a tu estudio de “Disco Grande”, en las afueras de Madrid, en un complejo gigantesco, siempre era muy emocionante dejar atrás el parking, subir las escaleras y verte ahí, detrás del micrófono. Así que felicidades, amigo, por esa vida tan bien vivida.

Wendy: ¿Cuál ha sido la entrevista o situación más extraña que hayas vivido en una entrevista?

Julio: Lo conté en una entrevista el otro día en los Premios MIN. Entrevisté a Keith Richards cuando vino a Madrid a presentar su disco en solitario. Están los representantes del sello Virgin, el mánager, el representante internacional. Diez de la mañana en el Hotel Villamagna, yo tomándome un café con leche y él, vodka con naranja. Treinta minutos medidos de entrevista porque hay lista de espera. El chivato del magnetófono anuncia con un cloc que se han acabado los 30 minutos, pero Richards le pega una calada al cigarro y me dice que le dé la vuelta a la cinta y que sigamos. Eso para mí es la leche, que a él le parezca tan interesante la conversación y quiera seguir hablando.

Wendy: ¿Cuál ha sido el mejor concierto que has visto y de qué manera influyó en tu camino en la vida?

Julio: The Clash presentando “Sandinista” (1980) en el Pabellón del Real Madrid. Además, dos días seguidos de conciertos, uno Fischer-Z y otro The Clash. Dos targets musicales completamente distintos. Ahora que caigo, he citado a los Clash porque veía una conexión sonora con Wendy, pero también hay otra extramusical…(Wendy James mantuvo una larga relación con Mick Jones)

Compartir

Contenidos relacionados

Los Planetas y “Super 8”, 30 años de antirrock (1)

INFORMES / Por Marcos Gendre → 13.06.2024
Mala Rodríguez en las distancias cortas

Mala Rodríguez en las distancias cortas

BRANDED / Por RDL → 16.12.2021

Contenido exclusivo

Para poder leer el contenido tienes que estar registrado.
Regístrate y podrás acceder a 3 artículos gratis al mes.

Inicia sesión