Electrónica del mundo. Foto: Paola Velasquez
Electrónica del mundo. Foto: Paola Velasquez

Entrevista

Valesuchi: sanación, cuerpo y conciencia

La DJ, compositora y productora chilena se ha ganado un espacio en cada uno de los tres Primavera Sound de Sudamérica –São Paulo, Santiago y Buenos Aires– que se celebrarán en noviembre. Es el corolario lógico a un trabajo persistente y, desde hace años, sin fronteras.

26. 10. 2022

Para los dos territorios más cercanos a nuestra entrevistada han sido tiempos de reciente agitación política. Chile, su país de origen, pasó por un extenuante debate que concluyó a inicios de septiembre con el rechazo a la Propuesta de nueva Constitución elaborada por un órgano popular. Brasil, en tanto, su país de adopción, extendió poco después a segunda vuelta electoral, a celebrar este domingo, el suspenso sobre la continuidad o término del poder de Jair Bolsonaro.

La expectativa contagia a Valesuchi incluso en el hemisferio opuesto, a un océano de distancia. La productora, DJ y gestora de música electrónica responde a la videollamada desde una terraza de Berlín, Alemania, en medio de una gira europea (la primera suya pospandemia) con fechas entre agosto y octubre en clubes de diez ciudades, de Londres a Atenas.

Su concentración está en las citas, a las que valora como la justa retribución a un esfuerzo independiente y casi totalmente autogestionado que no ha dejado de ocuparle el tiempo y las prioridades desde hace al menos diez años. Su corazón, en cambio, se apega a Santiago, la capital en la que Valentina Montalvo nació, se educó, debutó como DJ en 2008 y a la que mira como emigrante después de casi seis años de residencia en Río de Janeiro.

A la distancia, ves que Chile aguanta todavía una herida que le dejó la dictadura, y que no sabemos cuán profunda es ni cuánto va a tardar en cerrar. Me entristece la polaridad, que siempre se perpetúa. Y también es frustrante cómo los medios y la derecha parecen subestimar a la gente y su nivel de conciencia. Lo que hoy se discute es una forma de contribuir a esa sanación que se necesita en el país”, dice con convicción, y luego se permite una broma certera: “Hay que curar la herida, ¡aunque de pronto hay demasiados cirujanos!”.

¿Es comparable con lo que has conocido políticamente en Brasil?

Brasil está en el contexto particular que le da hoy un… monstruo en el poder. Es otra fibra, otro nivel de narrativa y de construcción simbólica, casi surreal. En Brasil todo es mucho más veleta, descarado, cambiante, racista… y por eso también más extenuante.

“Lo que nos sucede con la música es algo misterioso, inexplicable”, asegura. Foto: @desnadeonti
“Lo que nos sucede con la música es algo misterioso, inexplicable”, asegura. Foto: @desnadeonti

Dirigida por la música

Allá o acá, Valesuchi mantiene la alerta de quien trabaja con tendencias, información e intercambios. Sus inquietudes se funden con los pulsos de su entorno y los de las máquinas a su cargo en una fiesta. No hay contradicción. “Después de tanto tiempo y de todo lo que me ha pasado, que todavía la música me dirija… lo siento como una responsabilidad”, dirá sobre una labor con la electrónica que se despliega en producción, organización de las fiestas “venacava”, gestión con colectivos multidisciplinarios como -coro-fundo- o Mamba Negra y trabajo en remixes y discos propios: prepara un LP para 2023. Sabe que la audiencia espera estímulos incesantes; al oído, el cuerpo y acaso también la cabeza: “Es un trabajo para tomarlo en serio, ¿no? Buscar el equilibrio entre escucharse y disfrutar. Vivir, persistir, aportarse, disciplinarse, bailar, conocer: todo es parte del ritmo de estos tiempos, y a mí me fascina. ¡Y hay tanta música nueva!”.

“No le quito mérito a mi sensibilidad, pero yo no esperaba lo bien que Brasil me recibió, la disposición permanente al baile y el cuerpo que hay ahí y con la que encajé. Más que en cualquier lugar, en Brasil me sentí libre, me desbloqueé artística, sexual, socialmente… y terminé de convencerme de que soy una artista”

Algo sobre esa conexión entre pulsos colectivos e íntimos estaba ya en su primer álbum. “Tragicomic” (Mamba, 2019) fue una reflexión propositiva “sobre las contradicciones y las tontas tragedias en las que estamos inmersos”. Ya los títulos de sus seis tracks son elocuentes de un desajuste con los dictados convencionales de las secuencias: “Impermanence”, “Death”, “Humour”, “Egolessness”, “Suffering” y, al fin, “Peace”. La guía en ese mapa de referencias infinitas no puede ser otra que la que dan la intuición y los afectos. Como DJ, Valesuchi se sabe en interacción con otras y otros, en un juego a través de la música “de afectarse y permitirse ser afectado”, describe. “La vida tiene muchas fugas y a veces se instalan crisis, por supuesto, porque uno es una artista latinoamericana, con todos los problemas que a veces eso puede tener. Pero nunca deja de ser muy grato para mí volver a tocar, ubicarme junto a un sistema de sonido gigante. Después del encierro por la pandemia, volver a sentir un ‘sub’ en el cuerpo ha sido todavía más especial que antes”.

En esa dinámica de reubicación de su trabajo planea Valesuchi su regreso a Santiago para su turno del 12 de noviembre en el primer Primavera Sound en Chile. Estará también en el de São Paulo, el 5 de noviembre, y en el de Buenos Aires, el día 13. Este ha sido un año de idas y venidas de la ciudad en la que creció. Se presentó en el centro cultural M100 en enero, y luego abrió el show de Gorillaz en mayo. Pero esta vez su ubicación en el cartel la considera como un voto de validación diferente: “Miras el ‘line-up’ y dices: ‘Wow, estoy junto a gente que respeto ¡tanto!’ Shanti Celeste, Arca, Travis Scott… ¡Björk! De mi parte, hay una supergratitud hacia la oportunidad”.

¿Te intimida saberte en esa compañía?

Más bien es un halago. Yo voy a hacer la mía; lo que me hace vibrar y que creo que vale la pena compartir desde las fuentes desde las que hoy bebo, que son más fuertes rítmicamente, más sexis… Amo regresar a Chile y saber que cada vez llevo algo nuevo. Estoy muy atenta a lo que está sucediendo hoy en los márgenes del primer mundo, en las historias no oficiales. Hay muchas cosas que están siendo resignificadas, y eso es bello también para la música: surgen cambios, se reconstruyen paradigmas y se instalan nuevas formas de sentir.

“Tienes que deshacerte de la dictadura mental que te dice que el arte no sirve”, dice. Foto: Paola Velasquez
“Tienes que deshacerte de la dictadura mental que te dice que el arte no sirve”, dice. Foto: Paola Velasquez

Libre en Brasil

Ocho años después de su primer EP –“Golosynth” (Discos Pegaos, 2014), cuatro piezas electrónicas presentadas como “una declaración de principios respecto de la música dance, de ritmos sombríos y uso de sintetizadores analógicos”, según la enciclopedia online MusicaPopular.cl–, Valesuchi es hoy una artista nómada, aunque con base de operaciones convencida en Río de Janeiro; entre comunidades que, dice, le enseñaron a creer en su valía en la música desde su primera llegada al festival Sónar de São Paulo en 2015: “Sucedió que fui muy bien recibida por colectivos, en fiestas y en todo tipo de espacios: alternativos, activistas, pitucos (pijos)… No le quito mérito a mi sensibilidad, pero yo no esperaba lo bien que Brasil me recibió, la disposición permanente al baile y el cuerpo que hay ahí y con la que encajé. Más que en cualquier lugar, en Brasil me sentí libre, me desbloqueé artística, sexual, socialmente… y terminé de convencerme de que soy una artista”.

¿No te había sucedido antes eso?

No, porque primero tienes que deshacerte de la dictadura mental que te dice que el arte no sirve. Y luego darte cuenta de que la cultura chilena es proclive al drama, a la amargura; que somos más grises e inseguros. Y, al final, no ser ingenua. Entender las asimetrías de este trabajo y calibrar internamente. ¿Dónde estoy yo acá? Para mí lo espiritual es político, también.

Hablabas hace un rato de “responsabilidad” frente a la música.

Me interesa responder a esa habilidad de, en tu proceso de automejora, tomar oportunidades, abrir puertas y quizá ayudar a otras personas que están interesadas en esto. Lo que nos sucede con la música es algo misterioso, inexplicable… pero es lo que me mueve y me inspira. Porque se trata de mi vida, de mi energía, de lo que escucho y me hace vibrar. Y, por supuesto, todo eso es importante. ∎

Reciente sesión: Berlín, 1 de septiembre de 2022.

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